Desde
niño me llenaron la cabeza de MIERDA; aunque ésta sea una metáfora
desagradable, sé que funcionará para hacerme entender. Cuando digo mierda,
lamentable quiero decir TODO. Advierto que no es en absoluto mi
intención herir la sensibilidad de nadie. Tampoco estoy culpando a nadie, ni me
siento profundamente resentido ni dolido. Es muy raro que uno no use la palabra mierda
con una carga de rabia, con una intensa carga emocional negativa, de
desprecio, asco, ofensa, violencia, etc. Yo carezco de carga emocional
negativa, aunque la utilizo también y la reconozco en mi biografía y aquí para
representar las infiltraciones negativas dentro de mi sensibilidad personal,
y su gravedad en general, en buena parte de mi vida previa… ¡Claro que podría
haber utilizado otra palabra!... Creo que la uso aquí sobre todo para destacar
la dificultad y el desagrado – metafóricamente asco - que me
causa no poder sacarme de adentro más fácilmente esto (mierda,
desecho, residuo conceptual y mental) que todavía me hace tanto daño, que me
condiciona, que me embadurna inaguantablemente por dentro y por fuera. ¿Cómo
podrían mis semejantes haberme ofrecido y dado algo que no fuese mierda,
si ellos mismos tenían y tienen la cabeza llena de mierda?... ¡Está bien, maticemos!,
hay muchos tipos de mierda... Incluso se da la paradoja frecuente de que hay
mierda que no es mierda, o sólo mierda. Veamos esto de la paradoja tan
frecuente. Si alguien me lee ahora, dirá con seguridad: “Yo no tengo la
cabeza llena de mierda”... ¡Sí!, pero también hay personas que dicen de un
pastel: “¡Esto es una mierda!”, y otras, respecto del mismo: “¡Esto
es una exquisitez!”… Una de las grandes preguntas que se deriva de esta
situación universal de la experiencia humana ha sido siempre histórica y
filosóficamente: ¿Ese pastel es realmente algo como una exquisitez, una mierda, u otra cosa?... Es
más, estoy cierto de lo que llamo la mierda infiltrada dentro de mi cabeza
para casi todos los seres humanos sería otra cosa que mierda, incluso mucho
les parecería un rico pastel. Demos un claro y decisivo ejemplo para que
comience a visualizarse de qué hablo… La
Educación. En todo el Mundo, en todas las culturas, en todos los
tiempos, la educación
(la formal y la informal) ha sido un eje central de toda sociedad humana. Sin educación,
sin transmisión de conocimientos y experiencias, la Humanidad no habría
sobrevivido hasta el día de hoy, ni tampoco habría logrado lo que ha
logrado – usted, lector, entienda aquí según su criterio: pastel o mierda,
u otra cosa -. Recuerde que si usted mira hacia la luna y considera que
ya ha habido seres humanos saltando en ella, o piensa en un Mars Rover
desplazándose sobre la superficie de Marte, se henchirá de orgullo humano, de
esta civilización-pastel, y de todo lo demás que hemos llegado a
desarrollar en nuestro “beneficio”. En cambio, si nos encontrásemos en el año
2043 con un planeta Tierra devastado por la destrucción nuclear y otras
calamidades antropogénicas, esos humanos tendrán que reconocer que la nuestra
ha sido una civilización-mierda.
[Ejemplifiquemos sólo de pasada: el hecho de que Einstein, y sus epígonos
físicos, no hayan reconocido e incorporado la dimensión humana (bio-psico-física)
en sus teorías físico-matemáticas reduccionistas de la realidad, convierte su
Teoría de la Relatividad, sin restarle sus méritos ciertos, también en una teoría
de mierda. Es más, toda la Física y las Ciencias modernas adolecen de la
misma falencia y, a fortiori, falsedad, al excluir la Dimensión Humana, en
tanto dimensión universal, en paralelo a las dimensiones espacio-tiempo,
multiverso, cuántica, hiperespacio, etc., no sólo de su modelo de realidad,
sino de sus propios condicionantes – actualmente ignorados - para la actividad
y área (sistema) de conocimiento de las Ciencias.]
Bien,
con la Educación obviamente nos encontramos con un conjunto de saberes
transmitidos intencionalmente para beneficio de quienes los reciben y que se
inoculan casi sin aceptar ninguna forma ni grado de oposición en el educado,
o bien utilizando las más variadas y eficaces formas de encantamiento
persuasivo (p.e., el reconocimiento social, el bienestar material).
Sin embargo, ya desde tempranos tiempos la Humanidad ha creado un set de
conocimientos y experiencias tan numeroso y variado en sus características,
condiciones y efectos, que, lo que a unos les resulta beneficioso, a otros les
resulta perjudicial, como, por ejemplo, “El Arte de la Guerra”,
o, en su conceptualización actual: “El Negocio de la Guerra”. Reconozco
que yo también me nutrí a través de los innumerables tipos de medios culturales
y educativos con la firme creencia y experiencia de estar accediendo, como un
privilegiado, a la pastelería más exquisita y superior que nos ofrecía
la civilización humana: las artes, las ciencias, los libros, la espiritualidad,
la religión, Dios, la filosofía, la inteligencia, el conocimiento, la
superación material y la autosuperación, la medicina, los valores morales, los
ideales, el bien, el amor, la justicia, la humanidad, etc., etc., etc…. He
dicho antes que hay muchos tipos de mierda; también podría agregar –
para que se entienda mejor -, de grados, de experiencias, de parámetros,
de criterios, de sentidos, etc. Se podría, y hasta debería,
ampliar y profundizar en este complejísimo concepto de mierda que aquí
propongo – siempre sólo metafórica y sugestivamente -, para que se comprenda
cabalmente la dimensión, densidad y complejidad implícitas que posee (también
en mi texto). No puedo hacerlo aquí. En cambio, hago explícito que, para mí,
dicho en forma simple y banal, también hay tipos de mierdas mejores
y peores. En buena medida, como meros ámbitos o áreas de la experiencia
humana de civilización, todos aquellos tipos y excelencias que nombré más
arriba siguen siendo para mí todavía las mejores mierdas humanas. En cambio, se
han convertido en una gran mierda sus contenidos, sus logros específicos, sus
conocimientos particulares. O sea, la Física, como Ciencia facultativa, para mí
es una mierda relativamente mejor, que la mierda específica de la teoría de la
relatividad. Sí, uno puede y debe nutrirse de mierda para funcionar
concordantemente en un mundo de mierda, en el cual funciona bastante
bien la mierda, pero no la crema… ¡Esto es una trampa, un engaño, una falacia,
porque nadie te advierte en esta sociedad humana que TODO te está como hipnotizando
para comer heces, pero lo experimentas enteramente pastel!...
¿Cómo podría uno, tratando de huir de la ilusión de mierda, encontrar un punto que no sea otro mero punto
de mierda desde donde contemplar separadamente TODO?... ¡No lo sé!... Pero, al
menos, es un hecho indesmentible para mí que estoy viendo feca donde antes veía
pastel, y estoy experimentando, viviendo esta otra mierda separada que se
siente mejor en todo sentido que toda esa otra mierda, aunque no sea del todo diferente.
¡Eso ya es, al menos, un avance entre mierda y mierda!... Tal vez TODO no sea
más que una escala de mierda al infinito, en la cual uno sólo puede subir o
bajar de una grada de mierda, a otra grada de mierda. [Es desagradable,
¿verdad?, que repita tanto la palabra mierda, sinónimos y derivados.
Bueno, así precisamente me sé - aunque no siento -, y por eso
mismo la repito por todas partes.] Intercalo aquí otro exabrupto y ejemplo significativo
de algo central en el conocimiento de mierda actual: las Ciencias… ¡Qué
decisiva ha sido para la Humanidad, también para mí, su presencia imperial,
imperialista, que todavía crece y crece, en desmedro de los demás saberes y
cosmovisiones!... Una pobre y hedionda Ciencia que teoriza sólo con ayuda de la
razón humana, infantil, vérmica, sicótica; una pobre y pegajosa Ciencia
que se atiene a una realidad sólo encuadrable dentro de los sentidos;
una pobre y arrogante Ciencia que se ha representado y le ha metido el guante
sólo con Matemáticas a un minúsculo entorno material (un Universo
con un tamaño de sólo 93.000 millones de años luz) que debiera ser
experimentado en relación con la infinitud incalculable, indeterminada, de
realidades, modos de ser y dimensiones, a los que tenemos
acceso fáctico y también posible; una pobre y delirante Ciencia que se
absolutiza a sí misma como Verdad y Sucesora de Dios (Supremo)…
¡Qué aborrecible ceguera de las Ciencias, y, como causa de las Ciencias, la
penosa y limitada condición humana, incapaz hasta ahora de reconocer por dónde
va su increíble y desaprovechada propia grandeza!... La persona humana es un cruce
interdimensional, un agujero de gusano multidimensional, incalculablemente
multidimensional, la demostración más completa e inmediata del
Multiverso físico y no-físico, la sobre-superación de toda Física y de toda
Ciencia y de toda forma de conocimiento hasta ahora conocidas; el asombro y el
milagro llevado al summum, pero experimentado desde una conciencia y una
autoconciencia espontáneas tan limitadas del fenómeno, del potencial, de la
complejidad de sus realidades imbricadas, de su verdadera condición natural, que
le ha sido conferida de modo tan fácil, tan gratuitamente dado, tan integrado, tan
unificado en su rareza y multiplicidad, que no alcanza a reconocerlo, que no alcanza
a darse cuenta - ¡pobre miope! -, aunque está totalmente inmerso en esa experiencia multiversal,
pues sólo se ha atenido a la utilización de los sentidos; a una racionalidad
servil de los sentidos y la materia; a una prolongación y extensión
(material-tecnológica-computacional) de los sentidos y la corporalidad física; a
una emocionalidad absorbente tan básica y animal, que apenas nos diferencia de
los lagartos; a un desarrollo de la mente, de la conciencia y del cerebro que
apenas se asemeja al resplandor de un fósforo que pronto se apaga, habiendo podido
brillar desde hace miles de años como soles hasta ahora desconocidos…
Sin
embargo, no soy tan mal agradecido, tan absurdo, tan desarraigado de la
experiencia de realidad que me ha acompañado toda mi vida a mí, y a
todos los seres humanos desde el principio de nuestra especie, como podría
colegirse de lo dicho hasta aquí. La experiencia directa de la Naturaleza, el
conocimiento y desenvolvimiento humano en sociedades y en el entorno natural y
físico del Universo asumido, los procesos cognitivos y sus producciones, las
realizaciones materiales, la educación y las enseñanzas de todo tipo, no pueden
ser calificados tan burda y exageradamente como desecho, mierda. En
buena medida crecí, me desarrollé hasta donde he llegado hoy (lo mejor de mí) gracias
a esos saberes, a esos maestros, aunque haya tenido que ser un proceso
dialéctico, de amor y odio, de leche y veneno, para sólo así serme entonces positivo,
el cual ahora denuesto y trato de exorcizar. Sólo donde me encuentro hoy, en el
Borde de la Realidad, en esta condición de singularidad, los
contenidos humanos aprendidos o disponibles son para mí, sólo para mí, una
mierda, más que cualquier otra cosa. Incluso pido perdón por todo esto,
pero realmente en mi experiencia actual de realidad es ASÍ. Seguramente
algo, seguramente sólo un poco, muy poquito de tu experiencia, mi lector, se
asemeja o te resuena familiar y tuya en esta mi visión extrema de la producción
omnipresente del excremento humano, que a mí y a ti nos empantana y nos hunde
asfixiantemente, o dulcemente, en contra de nuestra irrenunciable, profunda e
incomprensible necesidad de trascender, de evolucionar hacia un punto ápex trascendental
desconocido, el Gran Agujero de Gusano hacia una realidad aún no conocida,
que exige irresistiblemente
de nosotros la capacidad de irnos desprendiendo de TODO, transformándonos
integradora y vertiginosamente en algo más y superior respecto de nosotros
mismos y de TODO, contenidos por la misteriosa paciencia y gradualidad que
demuestra un Universo de unos 30.000 millones de años hacia atrás, y probablemente
de otros tantos hacia adelante.
Seamos pacientes, también vehementes, en la justa medida lo uno y lo otro, para
devenir experimentando necesariamente este gran pastel y esta gran mierda, todo
junto, definitivamente, al menos por ahora, a ciegas, porque no sabemos
siquiera si vamos a alguna parte (inteligible), si seguiremos siquiera siendo
algo semejante a lo que ahora somos, y dentro de algo semejante (Universo-multidimensionalidad),
como individuos, y/o como especie.