Existimos subsumidos sobre-debajo de 100025
estratos de metauniversos de sueños astronómicos. Sólo los sabios saben que las
mariposas de colores saben soñar en colores. Contemplar el tiempo como una
puesta de sol de tiempo sin ser tiempo que manipula números negros y blancos.
Tocar el espacio impenetrable de mi cerebro científico, diamantino e infinito, un
beso en todas las bocas que se marchita lento y suave. ¡Qué privilegio hozar y
gruñir cada vida entre las carnes de la madre! Oficiar una misa entre aguas
jubilosas de una cascada láctea. Todo está lleno de dioses. Todo está lleno de
demonios. Tienes que ir a trabajar, despierta. ¿La consciencia trata de detener
todo esto? No puedes dejar de colgarte de la teta de tu banco, no puedes evitar
creer en el saldo de tu cuenta mensual. Y tú te ríes tontamente de quienes
creen inquebrantablemente que Moisés abrió las profundidades del Mar Rojo. En
la esquina un loco predica el final del mundo, pero el mundo predica el final
de un loco. ¡Corre, mira tu reloj, otra vez lo hiciste, siempre acabas llegando
un poco tarde!
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