lunes, 5 de septiembre de 2022

¿Por qué ganó el RECHAZO en Chile (y en el Mundo)?

 

 

¿Por qué ganó el RECHAZO en Chile (y en el Mundo)?

 

 

Las inesperadas cifras de Rechazo a la propuesta de nueva Constitución (61,86%), frente al Apruebo (38,14%), han dejado desconcertado a todo el mundo. ¿Cómo es posible esto, si esta nueva Constitución es la consecuencia y respuesta directas al estallido social del 2019?... Creo que es necesario realizar un análisis mucho más allá de lo que se acostumbra. Intentaré algo diferente, pues no percibo que haya conciencia social, política, ni de ningún tipo, en relación con lo que esconde la caja negra nacional tras ese abultado 61,86%. Voy a decirlo de una manera extraña, pero tengo mis razones para hacerlo así.

Desde 2013 el voto había sido voluntario, reflejándose en una alta abstención en todas las votaciones realizadas hasta la fecha. En la última presidencial (2021), la abstención fue del 53%. En este plebiscito se volvió a obligar a los electores a votar. ¿Qué se ignora, y seguramente se seguirá ignorando, del silencio de los que han permanecido todos estos años alejados de las urnas, y quienes han sido obligados ayer a expresarse en un voto pseudodemocrático que sólo les permite declarar “Apruebo” o “Rechazo”?... ¿Qué rechazaron y seguirán rechazando la gran mayoría de los chilenos?... No un texto constitucional, sino una realidad nacional, la experiencia vital y cotidiana de desencanto y frustración que experimenta cada chileno y chilena, y que sí representa la verdadera CONSTITUCIÓN del país… La corrupción e ineficacia de los políticos y del sistema político en general, ¡RECHAZO!... La pobreza, ¡RECHAZO!... Los privilegios desmesurados de la gente enriquecida, ¡RECHAZO!... Las injusticias sociales, judiciales, laborales, económicas, de todo tipo, ¡RECHAZO!... La delincuencia, ¡RECHAZO!... La vacunación obligatoria, el pase de movilidad, ¡RECHAZO!... El sistema de pensiones, ¡RECHAZO!... Las violentas desigualdades en los sistemas de salud, de educación, de vialidad y urbanidad, de vivienda, de trabajo, ¡RECHAZO!... Los grupos violentistas, ¡RECHAZO!... Los abusos de poder de todo tipo y por todas partes, ¡RECHAZO!... El engaño y la manipulación de las personas como política social en todos los sectores, ¡RECHAZO!... La inmoralidad como forma de vida, ¡RECHAZO!... El desinterés generalizado por la calidad de vida de las personas reales, ¡RECHAZO!... La inmigración descontrolada y caótica, ¡RECHAZO!... La inseguridad y el peligro social, de los bienes, de aquello que valoro, ¡RECHAZO!...

La lista de motivos para el RECHAZO está lejos de acabar aquí, pero sólo esas razones ¿no son motivos suficientes para que toda una nación se encuentre frustrada y exasperada?... Además, basta que las personas se hayan identificado con uno solo de estos importantísimos motivos, e incluso aunque estén en desacuerdo con varios otros, para que hayan votado RECHAZO. Por eso, el RECHAZO es una caja negra que esconde una altísima heterogeneidad de motivaciones, pero también una suma tan grande de personas. Más aún, si agregamos que gran parte de la gente que votó APRUEBO lo hizo no porque no viva estas mismas penosas realidades, e igualmente las rechace, como todos los que votaron RECHAZO, sino que ingenuamente cree que este documento constitucional puede ser la vía hacia un Chile nuevo y mejor.

Un segundo nivel de análisis tiene que ver con las soluciones. ¿Cómo es posible que estos problemas CONSTITUCIONALES se hayan venido arrastrando desde tiempos históricos y nadie haya sido capaz de darles una debida solución?... Debo reconocer que las razones son de una complejidad tan grande y requerirían de una justificación y análisis tan extenso que no puedo siquiera esbozarlas aquí. Por ello, me atreveré a ir directo a mis conclusiones, aunque carezcan de medios de prueba. Al final explicaré por qué.

La comparación con los fenómenos y experiencias sociales en el resto del Mundo nos lleva a percibir una realidad en común, un fenómeno mundial, y, sin duda, ya antropológico. Este acto local y circunstancial ocurrido en Chile, el 4 de septiembre de 2022, es un síntoma de un grave fenómeno mundial en curso. Seguramente comenzaremos a ver en adelante que estos síntomas se extienden y se agudizan por todas partes en este planeta. En pocas palabras, el Mundo, la vida humana colectiva e individual ha alcanzado tal grado de complejidad, de interrelación, de interdependencia, que ha acabado superando la capacidad evolutiva natural de adaptación a esta complejidad crítica. Ninguno de los recursos históricos, cognitivos, espirituales, científicos, filosóficos, tecnológicos, materiales, o del orden que sean, son suficientes y adecuados para ofrecer soluciones innovadoras y concordantes con este fenómeno antropológico-planetario que ha desencadenado sin querer la especie humana. Si hay soluciones, debieran surgir por medios y formas inesperadas y hasta imprevisibles. Esta vez no estamos frente a problemas históricos localizados o particulares, como lo ha hecho hasta aquí la Humanidad. Hemos desarrollado una hipercivilización global de la ilusión. La ilusión está dentro de nosotros, fuera de nosotros, arriba de nosotros, debajo de nosotros, y, sobre todo, nosotros existimos DENTRO DE LA ILUSIÓN.

Apenas podemos experimentar un destello de conciencia de esto, que no sé siquiera si nos pueda llevar a procesos que superen en alguna medida o forma la ilusión física-material, ontológica, antropológica y existencial propia de nuestra especie, pero sí creo que la evolución natural nos ha traído a la encrucijada epocal de experimentarla. Aquí estamos en lo que debemos estar. No creo que podamos decir mucho más que esto, en cuanto nos estemos experimentando como destello de conciencia. Al escribir este texto, no tengo tampoco más expectativa que tocar el destello de la conciencia humana.