El Profeta me dijo que escribiera:
1. Los plazos se agotan. Los plazos me
duelen. Los vapores tenebrosos de todas las fuentes comienzan a extenderse por
los cielos del mundo eclipsando progresivamente la Luz.
2. Ninguna palabra humana puede contener
ni remotamente la realidad que se avecina. Los seres humanos se esfuerzan por
entender; se esfuerzan por tranquilizarse unos a otros; se esfuerzan por
desacreditar lo inevitable; se esfuerzan por apretujarse dentro de sus refugios
mentales conocidos. El orgullo de ser humano por encima de todo comienza a
empequeñecerse ante el desorden creciente de TODO…
3. Los seres humanos han sido llevados a
la encrucijada final, y ahora tendrán que avanzar sólo en dos direcciones
posibles: Hacia arriba, o hacia abajo. Hacia arriba: el camino de un espíritu
nuevo; hacia abajo, del espíritu que renuncia a sí mismo y se disuelve en zona
de la realidad desconocida.
4. Tantos y tantos esperan con ansias
anuncios claros y precisos; esperan fechas, nombres, cantidades, evidencias y
lugares; esperan instrucciones, datos, pruebas, y caudillos que los guíen de la
mano… Pero a la Humanidad se le ha vedado en este estadio evolutivo el acceso a
las dimensiones del conocimiento trascendental. En este tiempo final, se le ha
retirado al mismísimo Salvador.
5. Una vez más tienen la Verdad ante sus
ojos y no la ven; tienen la Verdad dentro de sus oídos y no la escuchan. En
cambio, han erigido verdades a medias y falsas verdades hacia todas partes,
desde lo más grande del Universo, hasta lo más pequeño. Sus mentes reducidas,
estructuradas, condicionadas, limitadas, simplificadas, ya no soportan las
nuevas realidades que aparecen, y en su desesperación se aferran a sus
minúsculas categorías, a sus mezquinas y violentas emociones, a su infatigable
instinto de negación y autoengaño.
6. Y aun así el Amor del Espíritu del
Universo está con ustedes para acompañarlos de infinitas maneras en su agonía
hasta la muerte... ¿Para qué seguir cuidando en este nuevo siglo el proferir mis
hirientes palabras, si ya nada se asemeja a la inmisericorde y terrorífica
realidad que avanza sobre ustedes?... ¿Para qué seguir escondiendo y suavizando
compasivamente lo que ya se aparece cruelmente a la vista y hasta a la misma
inteligencia humana?
7. Desde siempre ya se dijo todo, nada
nuevo se dirá... Aun así, la verdad evoluciona más sutil de lo que la mente
común puede percibir y asimilar. Todo lo que se reveló a medias a través de los
profetas, a través de los videntes, de los maestros iluminados, de adivinos, de
médium, de innumerables hombres y mujeres dotados de visión, se irá develando
en su manifestación nueva y única sólo ahora, al fin presente, ante los atónitos
sentidos humanos.
8. Si queda esperanza, se encuentra en tu
profundo interior. Si queda amor, se encuentra en tu profundo interior. Si
queda algo de Dios, se encuentra en tu profundo interior. Ya no busques fuera
de ti, las tinieblas por todas partes crecen y crecen…
9. ¿Cómo podrías reconocer las luces en el
cielo?... ¿Cómo podrías encontrarte con seres de otros mundos, tú, pequeña
miseria humana?... Debo protegerte y vigilarte, sin que
tú siquiera lo sospeches, por encima de los techos de tus moradas. Debo
protegerte y vigilarte, sin que tú siquiera lo sospeches, sólo junto a los
límites de tu alma. ¿No ves que una ley pronta a caducar me impide acercarme a
ti?...
10.
¡Cómo
dolerá tu carne quemada hasta el hueso!...
11.
¡Vuélvete
hacia tu interior y sumérgete en él, si has logrado crear el más hondo refugio
subterráneo en ti, vida tras vida hasta ahora!... ¡No puedo hacer nada más ya por
ti, lo he intentado todo, Humanidad deshecha por tu propia destrucción!...
¡Afuera de ti ya no va quedando nada!... Sólo tal vez el quejido que se apaga
de un moribundo. ¡No querrás seguir aferrándote a esta vida!
12.
Y
sobre el tiempo y el espacio estaremos esperando ingrávidos sobre ti, dentro de
ti, la hora justa para volver a descender sobre nuestro planeta Tierra arrasado
y otra vez renacido.