EVANGELIUM : LA REVOLUCIÓN DEL AMOR (2007)

 

 

 

 

EVANGELIUM

LA REVOLUCIÓN DEL AMOR




RODRIGO INOSTROZA BIDART

 

 

 

 

 

 

 

 

PRÓLOGO DEL AUTOR

 

 

 

Nos encontramos ante una obra inmensa y breve, que abarca en una sola mirada la complejidad de la condición humana y de su sentido e historia en el mundo. Sin embargo, el eje conductor es claro y definido: el Amor; un concepto amplio y decisivo para entender a la Humanidad actual y futura de una forma renovada y hasta redentora. El autor, chileno, Doctor en Filosofía, filólogo clásico, poeta, escritor, académico y profesor, demuestra una gran habilidad y conocimiento para abordar coherente y consistentemente temáticas tan diferentes como la Historia, Ciencias Naturales y Sociales, Psicología, Literatura, Religiones, y otras, lo cual le permite reflexionar de manera sintética, amplia e integral acerca de la realidad humana, por momentos con un lenguaje complejo, simbólico, teórico y poético, pero también con planteamientos claros, sencillos y abordables para el público no especializado.

Su propuesta para comprender al ser humano en su inmediatez, en su cotidianeidad, en su vida personal y comunitaria, lo mismo que en su sentido y trascendencia es desafiante y crítica respecto de las visones y comportamientos validados histórica y actualmente. Nos encontramos, pues, ante una propuesta filosófica holística, original y provocativa, que pretende promover el cuestionamiento profundo y el replanteamiento de un proyecto de persona y de Humanidad, que nos permita dar un salto evolutivo y una superación de las estructuras antropológicas, culturales, sociales y psicológicas que mantienen en la actualidad al ser humano al borde de una catástrofe aniquiladora, lo mismo que al planeta en su conjunto.

Esta obra no debiera dejar a nadie indiferente, pues toca las fibras más sensibles, universales y vivenciales de toda persona única, sin importar su condición social, cultural, etaria, de género, o de cualquier otro tipo de diferenciación. Esta obra anima al autoconocimiento, a la revisión íntima y honesta de cada persona en sus debilidades y en sus fortalezas, siempre manteniendo como eje orientador y esencial un concepto de Amor que alcanza honduras y aplicaciones nunca antes vistas en la historia del conocimiento humano. La riqueza, omnipresencia, densidad y variedad de este original concepto de Amor, se fundamenta, desde su origen y en su raíz última, como la esencia y la manifestación por excelencia de lo divino y de lo humano en la realidad cósmica, universal y personal, para todos los seres vivos en este planeta y en cualquier lugar o dimensión del Universo. El autor formula su concepto de amor sin caer en ingenuidades, reduccionismos ni idealizaciones teóricas de ningún tipo, pues –como el mismo autor lo hace ver—el concepto de amor posee una historia y un tratamiento manido, deformado, limitado, trivializado, que pudiera confundir y engañar a un lector no precavido contra esta deformación. El autor lleva el concepto de amor a una transversalidad de la experiencia humana que abarca desde el misticismo y la espiritualidad, pasando por lo más cotidiano, engañoso y vulgar, hasta su aplicación fundacional y trascendental en las Ciencias, en la Economía, en la Política, en las Matemáticas, así como en todas las áreas de la actividad humana, teóricas y prácticas, que tradicionalmente poseen un sesgo aparentemente contrario o incompatible con este concepto. Se podrá no estar de acuerdo con diferentes planteamientos y hasta con la visión general del autor, pero nadie podrá desechar sin una sólida refutación ni reflexión sesuda estos mismos planteamientos, cuestión harto debilitada y empobrecida en el mundo actual.

También se le podrá reprochar al autor un exceso de catastrofismo y pesimismo histórico, como si quisiese utilizar el abusado mecanismo del terror apocalíptico para conseguir sus fines, sin embargo, es cuestión de abrirse a la realidad cotidiana, a la variedad de fuentes noticiosas, a las extendidas y múltiples señales y advertencias de todo tipo, de toda calidad y condición de personas, para concordar en que, si no es la visión apocalíptica del Mundo un hecho obvio y predecible, al menos sí es la representación figurada de un estado de cosas planetario que pide a gritos un cambio y mejora. Todos y cada uno somos responsables y actores en esto. El autor, con su libro, intenta ponernos en esta decisiva encrucijada para que cada uno tome con la mayor conciencia posible, su decisión personal.

La presentación formal y estilística de su texto, al igual que su lenguaje, son un reflejo concordante y subordinado a estos mismos contenidos de su mensaje. El lector se encontrará con un formato inesperado, a veces desafiante, a veces familiar y simple, a veces extraño y fuera de norma. Está escrito en breves capítulos, con una numeración y subdivisión interna que hace eco de la Biblia y de otros libros sagrados, o hasta profanos y poéticos, como el Zarathustra de Nietzsche, para destacar ideas, provocar insights y sorprender al lector con múltiples y libres asociaciones. Esta metodología iniciadora y transformadora, en lo que podría ser una experiencia ritual --hasta chamánica--, se asocia también a metodologías propias de la poesía, de la filosofía, de la psicología y de las religiones. Podemos afirmar que ni una sola palabra, ni un solo signo gráfico, es casual, ambiguo, contradictorio o hasta equívoco, sin una intención consistente y lúcida del autor.

Para concluir y dar garantía de su propia persona, el autor posee la firme convicción de que, sin ser un contactado más, el mensaje no nació ex nihilo en su cabeza, sino que –además de la obvia evidencia de reflejar su formación educacional y biográfica-- es la inspiración y el plan de seres o dimensiones superiores de realidad, a los que tradicionalmente denominamos como divinos y espirituales, y en quienes reconoce por excelencia la presencia de este sentido de Amor.

 

 

 

 

 

 

 

 

I

 

 

 

 

1.           ¡Demasiado grande es el desafío de escuchar la Revolución del Amor para el hombre y la mujer comunes – o simplemente para el Ser Humano! – Ya no hay tiempo para enseñar ni progresar en la Revolución del Amor. – Te la enseñamos durante decenas de miles años, -- de tantas y de tan diferentes maneras – que ya el tiempo se te agotó. -- Y eres tú misma, Humanidad, la que ha se ha tomado el derecho de atentar contra ti misma y contra tu Mundo con tu próxima acción ¡DESTRUCCIÓN, DESTRUCCIÓN TOTAL!... – ¡Incluso contra el Amor y la Voluntad de tus Divinos Protectores, cuya paciencia y estímulo siempre fueron infinitos para ti! -- ¡Ha llegado al fin tu hora, Mundo, Hombre y Mujer, de decidir un minuto antes: ¿ERES LA REVOLUCIÓN DEL AMOR, O NO ERES LA REVOLUCIÓN DEL AMOR?!

 

 

 

 

 

 

II

 

 

 

 

1.            Somos complacientes con nosotros mismos en lo que no debemos, tanto como rigurosos e inflexibles con lo que no debiéramos serlo.

2.            ¿Qué valor y qué utilidad puede tener que miles de millones de yoes humanos vivan para satisfacerse a sí mismos? ¿Qué quiere mi yo? -- ¿Éxito social, una pareja que colme mis necesidades afectivas, sexuales, materiales, personales? ¿Bienestar material, seguridad física y síquica, placer, entretención, emociones? ¿Para qué quiero tener hijos, para qué una profesión, para qué conocimientos?  ¿En definitiva, para qué vivo? -- Si yo vivo en buenas cuentas para mí mismo, ¿qué valor tengo yo para la Vida? ¿Con qué derecho le exijo a la Vida, lo que yo no permito que Ella me exija a mí? ¿Cómo soy incapaz de comprender que los demás no existen sólo para mí? ¿Cómo me cuesta tanto sentir y tener la convicción absoluta de que mi yo es, ante todo, una extensión de la Humanidad entera? Si vivo para mi yo, soy lo mismo que la célula cancerosa, que vive y se reproduce para sí y no para el cuerpo. – Yo debo existir para mí, sólo en cuanto exista enteramente para la Vida, puesto que es la Vida quien me dona mi minúscula mónada en Su Realidad.

3.            Queremos ser espirituales, evolucionados, superiores, sin renunciar a ninguna de nuestras pequeñeces, a nuestro carácter, a nuestras apreciadas propiedades, a nuestros hábitos, a nuestros “deberes”, a nuestra negligencia e inercia, a nuestros sentimientos y principios “superiores”, a nuestra inteligencia y conocimientos; a todos, finalmente, nuestros espejismos, los buenos y los malos. Porque no comprendemos que aquello que nos sirve en un sentido, en otro nos daña. Y es que nos volvemos incapaces de existir en múltiples planos de sentido y realidad simultáneamente.

4.            Para nacer al yo superior, a la especie nueva, al “hijo de Dios”, es preciso antes morir de verdad, una y otra vez hasta la muerte, a través de las muertes diarias, cotidianas, nocturnas, sacrificiales, martirizadas, de todos nuestros espejismos; de todas nuestras formas gastadas y desgastadas por la simple acción de vivir; de nuestro yo arropado, armado, atrapado, identificado con nuestro abrumador aparato síquico y físico. Es preciso que Lo Humano muera como un todo, en un holocausto final y extremo, una vez satisfechas las muertes menores de los individuos: el ave Fénix renaciendo de las cenizas.

5.            Sólo debemos forzar y provocar la muerte de cada instante nuestro cuando se dé la ocasión oportuna, en el sacrificio perfecto, siempre y cuando en esa muerte haya una luz que nos guíe, un maestro afectuoso que nos aliente, una forma que nos espere, una intuición que nos toque y nos provoque. La muerte no es positiva para el que no está preparado ni iniciado en los misterios del morir. ¡Prepárate para morir!

6.            La vida no es positiva para el que no está preparado ni iniciado en los misterios del vivir. ¡Prepárate para vivir!

7.            Es una espiritualidad mediocre, un carácter mediocre, una voluntad mediocre, un ser mediocre, aquel que se contenta con, o se permite, una práctica y un desarrollo espiritual sin salirse de sus espejismos cotidianos. No es posible transformarse profundamente sin morir al yo. -- Si te es necesario dejar tu trabajo y tu deber cotidiano, hazlo. Si te es necesario marcharte a la montaña en soledad, hazlo. Si te es necesario separarte en conciencia de tu cónyuge, de tus padres, de tus hijos, hazlo. Si te es necesario cerrar el mundo a tu alrededor, ciérralo. Pero no es preciso sufrir ni hacer sufrir para llevarlo a cabo, ni derramar sangre, ni enloquecer, ni descuidar tus responsabilidades, ni faltar al regreso de donde te separaste. Porque si te separas, es para unir mejor que antes aquello que dividiste. No olvides que donde te encuentres y con quienes te encuentres, allí y ellos son la misión y la responsabilidad de tu existencia. Si conoces a alguien que antes no conocías, y dejas de ver a alguien que antes te era habitual, súmalos; nunca restes a nadie para que nadie quede en el pasado pasado. Aunque sólo sea en tu corazón, mantenlos vivos contigo. También existen otros planos de existencia, misteriosamente, pero realmente, unidos al nuestro.

8.            Cree en la Santidad como tu santidad, cree en la Perfección como tu perfección, cree en la Verdad como tu verdad, aunque las cosas supremas estén tan lejanas de ti como lo están las estrellas. Recuerda que nada que esté al alcance de nuestros sentidos es inalcanzable para nosotros.

9.            Cree en ti mismo, y, ¡ya muévete!

 

 

 

 

 

III

 

 

 

 

1.            La Humanidad es como un árbol. Todos tendemos a hacer un nido en algún lugar de ese árbol. Vivimos para producir un nido estable y seguro donde detener el cambio del crecimiento.

2.            ¡Contempla a la Humanidad! Somos un orgullo para el pasado y una vergüenza para el futuro. ¿Qué hay de los ancestrales mitos de divinización humana? ¿Somos dioses porque dominamos más y más el mundo de la materia? ¿Somos dioses porque estamos satisfaciendo mejor nuestros deseos mentales y emocionales? – Placer, seguridad, propiedad, uso y mucho EGO -- ¡he aquí nuestra divinidad!

3.            Yo te contemplo desde lo alto de la montaña, Humanidad, como a un Demonio. Yo querría enseñarte que en la raíz de todo demonio hay un dios traicionado. Yo querría redimirte, porque entre tú y yo hay una inextricable semejanza: tú eres un demonio potencialmente dios, y yo un dios, potencialmente demonio. Pero no quisiste. ¡Cuántos dioses, cuántos santos, profetas, maestros, iluminados, budas y ángeles te enviamos!... ¡Pero no quisiste!

4.            ¡Ha llegado la hora de la cosecha! Miles de millones de almas se aferran a un trozo de tierra en los sembrados del mundo. Ya no hay espacio para más. El trigo está maduro después de tantos soles y tantas lluvias de lágrimas y amor. Me temo que el abrojo y la hierba mustia ahogan la escasa mies para alimentar a tantas bocas de hijos hambrientos. ¡Proclama este Evangelium a los cuatro vientos, muéstralo en las pantallas, publícalo en las primeras planas, cuélgalo en las esquinas, enséñalo en las escuelas del mundo! ¡Ya no importa! Verás que a los pocos minutos será tragado por el tumulto de la nada humana...

5.            Yo busco a los obreros de Jesús -- el gran Mensajero -- para la siega. Yo busco sin credo, ni ideología, ni raza, ni cualidad externa que nos distinga. Yo busco a los segadores con las guadañas más afiladas, capaces de cortar incluso el viento y las almas. Yo busco a los rebeldes, a los enfurecidos por la paz. A aquellos que no darán tregua a su trabajo ni siquiera después de morir. Yo busco a aquellos que sin señas, ni signo exterior alguno, son capaces de abrazarse como hermanos y mismos. Yo busco, por fin, el espíritu del hombre-mujer.

6.            ¿Quién eres tú hombre-mujer? ¿Abandonarás el nido seguro y ancho como la tierra en donde te encuentras hoy para volar con las alas que no posees hacia un cielo invisible? ¡Llámame loco! – Está escrito en tu ley. Tu ley te protege de los quebrantadores como yo. -- ¡Llámame loco tú también, para que tu conciencia tranquilizada en lo hondo del sueño colectivo siga tejiendo la telaraña de la, para mí, tu locura! ¿Qué harás: yo te llamo loco y tú me llamas loco? -- Al menos no te interpongas en mi camino, como yo no estoy dispuesto a detener tu paso insensato.

7.            No reconozcas en estas palabras una amenaza, porque ya no es hora de convencerte con nada. No reconozcas en estas palabras ni un llamado ni un poema ni un juego más. -- ¡No es más que la voz sutil y potente de un heraldo que proclama el fin de una Era!

8.            ¡Ven, sígueme!

 

 

 

 

 

 

 

IV

 

 

 

 

 

1.            No podemos estar solos. No queremos estar solos. ¡No existimos solos!--  Pero qué poco y qué mal hacemos para estar bien acompañados.

2.            No sabemos amar, porque no nos conocemos a nosotros mismos, ni menos conocemos a los demás. Aun aquellos que más amamos no son más que sombras en la penumbra de nuestra comprensión e incertidumbre. Porque amamos sombras, fácilmente se diluyen o cambian de aspecto y ya no sabemos qué hacer – si seguir amando o dejar de amar. Nuestro amor – divina condición humana – es tan frágil como una hoja reseca, pero también poderoso como una gota de sudor en la sien de una madre.

3.            ¿Cómo nos cuesta tanto reconocer que en la raíz de todas nuestras acciones y deseos hay un amor insatisfecho? ¿Cómo nos es tan fácil invertir la dirección del amor y simplemente mirar a los demás con indiferencia o desdén?

4.            Sin embargo, las calles están atestadas de gente. Vivo rodeado de innumerables vecinos que apenas reconozco. Hablo con desconocidos que utilizo. Me trato diariamente con tantos humanos que aseguro conocer, sólo porque me son familiares sus caras, sus voces, su modo de ser y algunos eventos de sus vidas.-- ¡He aquí mis semejantes!

5.            ¿Cómo podría hacerme cargo de tantos y tantos humanos? ¿Quién podría demostrarme con su ejemplo que es posible amar sin superficialidad, en la vida cotidiana, a tantos y tantos?—Yo quiero amar de verdad, hasta la felicidad del otro, a tantos, a todos, que no puedo amar siquiera a uno. ¿Acaso me amo yo mismo tan bien como para amar bien a otro?

6.            Yo puedo amar a toda la Humanidad, y la amo. Yo puedo amar como Jesús a todos los hijos de Dios. Aun a quienes jamás conoceré puedo amarlos. Pero yo no puedo vivir para todos, ayudarlos a existir mejor a todos, escucharlos a todos, compartirme con todos. – En el amor hay niveles de entrega; hay gradaciones y modalidades de amar; hay amor de sí, amor de pareja, de padre, de amigo, de hijo, de pasajero, de colega, de vecino, de lejano, de enfermo, de discípulo, de extranjero, de trabajador, de humano, de enemigo, de Dios e infinitamente más.

7.            Yo sé que eres tan pequeño y limitado como yo, pero sé también que eres tan infinito como yo, puesto que infinito e inagotable es el amor.

8.            Cuando medito en eso que llamamos Universo, por todas partes me encuentro su amor. Nuestro amor no es más que la prolongación de un misterioso y a veces extraño amor que se difunde en todo.

9.            ¡Humanos, la evolución es el amor!

 

 

 

 

 

 

 

 


V

 

 

 

 

1.            La Humanidad ha dañado el sentido del hombre y el sentido de la realidad, al establecer una moneda de valor y de cambio para todas las cosas.

2.            A todas las cosas y a todo lo humano se les ha asignado una cuantificación de valor. ¡Cuánto perjuicio, cuánta miseria nos ha traído el dinero! -- ¡El dinero es perverso en sí mismo! -- Porque la moneda representa una abstracción humana, que distorsiona la verdadera naturaleza del hombre y de las cosas; la moneda necesariamente deprecia el valor intrínseco de las cosas. La moneda les asigna un valor estable, universal y convencional a las cosas, pero las cosas son relativas al sujeto que las experimenta; cambian de valor respecto de aquello con que se las relaciona; aunque también poseen una dignidad propia y en sí mismas. 

3.            ¿Con qué autoridad moral y espiritual se arrogan unos pocos humanos el fijarle un precio al agua de los ríos y océanos? ¿Con qué sentido de humanidad unos pocos arrogantes se atreven a decirnos: “Si no me pagas el agua potable, te haré morir de sed” ? -- ¿Aceptaremos sin más que otros pocos ambiciosos y envilecidos se apoderen de grandes extensiones de tierra, mientras los que necesitan un puñado de la misma para sembrar el pan cotidiano de los suyos enflaquecen impotentes hasta hundir, en otra tierra que tampoco les pertenece, sus huesos porosos y amarillos? -- ¿Con qué sentido de amor y humanidad unos llamados empresarios y enriquecidos acumulan bienes materiales y dinero, en perjuicio de aquellos empobrecidos que no han tenido las mínimas oportunidades para acceder al dinero?  -- ¡Qué decir, si incluso la mayoría de aquellos poderosos han alcanzado y conservan su riqueza a costa de la explotación y miseria de aquellos que llaman sus trabajadores y clientes! -- ¿Cómo podría no ser – me pregunto con verdadera inquietud – la riqueza y la acumulación de dinero simplemente una injusticia y una aberración del sentido de humanidad?

4.            Y aunque el dinero fuera repartido entre todos los humanos en partes iguales y suficientes, de manera que no hubiese ni ricos ni pobres, aún así sería una profunda y maligna distorsión de la naturaleza de las cosas. Porque, ¿con qué referente diremos que una manzana vale 10 y un automóvil 1000? ¿O que la nieve vale 100 y una atención médica 99? – Cualquier parámetro sería relativo, subjetivo, y finalmente injusto para otros.—Por lo mismo, el valor monetario acaba siempre convirtiéndose en el parámetro y valor que impone el poderoso. -- ¿Por qué no, entonces, -- y ya poco falta para ello-- asignarle un valor estándar a la salvación de las almas o al desarrollo del espíritu? -- ¡Qué penoso y compasible, mis hermanos, que hayamos mantenido durante tanto tiempo esta necedad y miseria!

5.            El cielo nos cubre y deja caer su lluvia milenaria sobre nosotros sin preguntarnos primero cuánto podemos pagar, ni cuántos avales tenemos. El sol y el aire sin cesar no hacen distingos entre ricos y pobres, entre negros y blancos, entre hombres y mujeres.-- ¿Quién es el verdadero dueño de lo que está aquí, antes que nosotros, los atropelladores advenedizos del mundo? ¿Qué valor tienen las cosas para Él?

6.            El humano es un animal autocomplaciente que evita preguntar e inquirir dentro de sí mismo para no tener que reprenderse y modificarse a cada instante.

7.            Si fuésemos más espirituales, más sensibles, más intuitivos, más inteligentes, podríamos percibir el valor de dignidad que poseen las cosas y, sobre todo, los seres humanos en sí mismos. Sin dejar de tenerlo presente, y superpuesto a este valor de dignidad, sólo entonces podríamos establecer otros valores que la moneda; o sea, nuestros propios valores relativos, circunstanciales, subjetivos, y, en definitiva, espirituales de las cosas, lo mismo que, en un cuadro, un objeto en primer plano adquiere su verdadero valor visual, en la medida que se unifica con el fondo o entorno.

8.            Si fuésemos de verdad más espirituales, más sensibles, más intuitivos, más inteligentes, es decir más divinos y más humanos, donaríamos gratuita y amorosamente, aunque sin dañarnos a nosotros mismos, todo aquello que esté a nuestro alcance compartir -- y crear desde nosotros mismos con la prioritaria finalidad de compartir -- y sin exigir nada a cambio, más que el derecho a ser amado por los demás, de la misma manera que la Vida, que unifica en sí misma la vida y la muerte, nos ama y se dona sobreabundantemente para nosotros, aunque sin dañarse a sí misma.

 

 

VI

 

 

 

 

1.            Son tantos y tan inmensamente superiores los seres que me superan. -- ¿Qué es el cielo de una noche estrellada de verano en medio del desierto, comparado con la inmensidad de Su amor? – Cuando escucho el silencio sin ruptura, el silencio sin imagen, el silencio infinitamente vuelto hacia su propio interior, reconozco más que nunca cuán ilimitadamente superior es el lenguaje que atraviesa el Universo.

2.             ¡Triste me es observar el despilfarro de energía y esfuerzo de los humanos que tratan de escuchar ese arcano lenguaje desplegando enormes antenas parabólicas y buscando descifrar con sus prehistóricos códigos algebraicos el saber que sustenta el orden perfecto de constelaciones y mundos!

3.            Los Inefables vinieron desde siempre desde las estrellas invisibles. Nuestros antepasados remotos, a quienes contemplamos a la distancia con una mueca de desdén e indulgencia, los conocieron de cerca. Nuestros ancestros tuvieron la inocencia y honestidad de los niños para aceptar lo incomprensible, lo infinitamente superior. -- ¿Qué eran las estrellas para ellos, sino la morada de donde nosotros mismos hemos salido y adonde habremos de regresar?—No eran para esos niños las estrellas y sus mundos un montón de rocas inertes, de gases incandescentes, de ondas y partículas, de fenómenos cuánticos o mecánicos. – Ni siquiera eran símbolos.

4.            Eran las moradas eternas de los dioses, por cuyos jardines cósmicos paseaban en interminables jornadas de amor; eran el trazado de sus jeroglíficos perfectos, con los que escribían sobre la página de los cielos el destino y el hilado del Universo. Eran nuestra promesa. -- ¡Habían sido esos pequeños incluso iniciados por los Maestros en las primeras letras de aquel maravilloso lenguaje! Habían sido enseñados a juntar las primeras piedras para elevar la montaña humana en un salto imposible hasta el cielo. -- ¡Cuán pronto desechamos sus primeros gorjeos cósmicos como balbuceantes e imprecisos; por fantasmagóricos e injustificados! -- ¿Y qué tenemos ahora sino un montón de “certezas” profanadoras y sin vida? ¿Qué más ilusión nos acucia que hollar con nuestros zapatones de cosmonautas el suelo virgen de Venus y Marte, de la misma manera que pisoteamos y embanderamos la Luna? Pero, ¿qué hay del Sol y las estrellas? ¿Qué hay también de nuestra propia Tierra?

5.            Entretanto los dioses siguen ahí, sólo un poco más distantes, pero no por ello menos presentes, ni menos actuantes, ni menos generosos, ni menos infinitamente compasivos y amantes para con nuestros despojos humanos. – Siguen ahí, pero ya no en las estrellas, sino detrás de ellas, preparándonos el nuevo escenario donde pronto se nos habrán de aparecer. -- ¡Con cuánta dulzura y presencia me envuelven!

6.            Dioses y estrellas, o cualquier otra palabra, son incapaces de expresar la experiencia imposible de su Ser para la mente actual del hombre.

7.            ¡Mejor hablemos del Amor!

 

 

 

 

 

 

 

 

VII

 

 

 

1.            La moneda del Mundo debiera ser el amor. Ese amor sutil, omnímodo, que se difunde diferente y el mismo en todo. Ese amor que es emoción suave o violenta, que arrebata y palpita en el pecho, o se derrama en lágrimas que resplandecen por las mejillas. Ese amor que es pensamiento honesto, puro y limpio como mañana de primavera. Ese amor que es certeza e intuición poderosa en el espíritu. Ese amor que te abre el infinito por encima de ti y hace eco infinito en tu interior. Ese amor que lo contiene todo y tanto, tan extremadamente todo – a este le hemos inventado el nombre de Dios.

2.            El amor no mide ni tasa. El amor no acumula para sí. El amor no mira su propio beneficio a costa del amado. El amor no es un convenio ni una convención. El amor no se desentiende de la Humanidad. El amor no es injusto ni orgulloso. El amor no se antepone a sí mismo. El amor no es cambiante ni incierto. El amor no es impulsivo, ni precipitado, ni de corto alcance.

3.            El amor acepta la naturaleza de las cosas. El amor se difunde gratuitamente y sin exclusión. El amor une y unifica. El amor es presencia de autenticidad. El amor nos hace humanos. El amor es sustancia divina. El amor es justo y sabio. El amor suma, multiplica y crea. A través del amor avanza el sendero hacia la Realidad. El amor es inagotable.

4.            Hay en este amor, sin embargo, una dimensión misteriosa y desconcertante para la inteligencia común.

5.            Existe un avatar del amor que es violento, destructivo y mortal. Existe un avatar del amor que atraviesa incluso el mal y la muerte. -- Aun en el pecado más horrible, en la aberración más inhumana y brutal, en la catástrofe más cruenta y genocida, en la ignorancia más banal y ruin, anima un amor humilde que empuja el destino inexorable del Universo y del Hombre-Mujer hacia Dios. -- A veces Dios se hace violento, destructivo y mortal en la multiformidad de su amor, aunque Él no sea ni violento, ni destructivo, ni mortal. -- El amor nunca deja de actuar en una incomprensible simbiosis con todas las cosas.

6.            Cuando se vive en el amor toda la realidad se transforma. El cansancio se experimenta como un logro; los colores y los sonidos resultan más intensos y vivos. La gente tiende a sonreír en tu presencia. Descubres que la realidad te facilita las cosas. Los demás -- hasta el más fugaz -- te parecen importantes y les prestas atención. Tus enemigos son simplemente personas equivocadas. Sabes que el día de mañana es una oportunidad para corregir tus errores o negligencias de hoy. Tu ánimo nunca decae. Te vuelves paciente y comprensivo. En tu mente y en tu alma aparecen intuiciones sublimes y trascendentes. Encuentras un nuevo sentido para la Humanidad. Todas las cosas se unifican y armonizan.

7.            ¿Es posible para ti vivir en el amor?

 

 

 

 

 

 

 

 

VIII

 

 

 

 

 

1.            Las ciudades son un oscuro mundo. ¿Qué hay de verdadero en ellas? Ningún ser humano puede crecer más allá de diez centímetros, igual que esas macetas en las que han germinado mil renuevos que se ahogan unos a otros.

2.            En la ciudad has extraviado tu sentido humano del espacio y del tiempo. Tus prójimos te estrechan cada vez más. ¿Qué sabes tú de praderas interminables y de océanos azules sin fin? ¿Acaso el cielo es para ti algo más que un decorado? -- La ciudad te apremia, la ciudad apiñada te exige caminar rápido y correr cuanto más de prisa mejor. Dormir rápido, despertar rápido, trabajar rápido, producir rápido, vivir rápido y morir rápido, para dejar pasar rápido al que viene detrás de ti.

3.            Y esos ciudadanos con quienes has aceptado compartir las bondades del sistema, con quienes compartes el beneficio de ayudarse mutuamente a vivir, ¿qué son en realidad para ti sino una constante amenaza y desafío? -- Los otros disputan contigo tu trabajo, tu alimento, tu pareja, tu derecho de paso, tu opinión y tu voto, tu imagen, tu propiedad, tu seguridad, tu estatus, tu pequeña -- y hasta miserable -- libertad.

4.            A cambio te han colmado de gratificaciones sensoriales y virtuales para que sigas alucinando que vives y que tienes un lugar en la sociedad. -- ¡Tanto han castrado tu instinto de vida, que te horroriza la idea de vivir en la soledad de las montañas y los valles perdidos más allá del horizonte!-- ¡Oh, apretados campos de cultivo de adormideras y narcóticos humanos! -- ¡Si supieran el destino que nos tenían reservados los Creadores del Mundo!...

5.            ¿No ves, querido hermano, que te han esclavizado como nunca antes la Humanidad fue esclavizada? -- ¿Qué sabes tú de recogimiento, de meditación y de ayuno prolongados sin pausa por años? ¿Qué sabes tú del silencio de las estrellas cuando amanece? ¿Qué sabes tú de la oscuridad de los campos abiertos al infinito? ¿Qué sabes tú de la mirada sorprendida y benévola de encontrarse con otro humano en medio de la soledad? ¿Qué sabes tú de ti mismo y de tu espíritu profundo? ¿Dónde podría caber aquí un dios verdadero y un encuentro verdadero con Dios?

6.            No hay amor en las ciudades, sino drama y emociones triviales. No hay amor, sino apenas compasión y todavía un poco de esperanza.

7.            ¡Escúchame!-- Talla tu propio cayado y lía tus escasas pertenencias verdaderas. -- ¡Márchate cuanto antes!; ¡deja atrás el horno de la ciudad! -- Así también, en otro tiempo, Lot abandonó las ciudades de Sodoma y Gomorra entregadas a la misma suerte. Porque, ¿qué otro final podría esperarle a un mundo saturado, ahogado y hastiado de fagocitarse a sí mismo?

 

 

 

 

 

 

 

 

IX

 

 

 

1.            ¡Quisiera huir de aquí, lejos de las ciudades del Mundo! ¡Quisiera acabar con este mundo opresivo que me acosa por todas partes! ¡Quisiera destruir los vendajes de esta civilización que momifica la vida de mi espíritu, de mi mente y de todo mi ser!

2.            ¡Cuánto y cómo has jugado destino con mis anhelos de juventud fogosa! Me dejaste esperando en un pueblo olvidado y abandonado, lo mismo que nuestro mundo lo está respecto del centro del Universo.— Conocías demasiado bien los repliegues más minúsculos de mi alma, y me medías con tu vara implacable, aquella que ningún ojo humano puede ni de lejos conocer. Yo ansiaba las proezas y gestas del héroe antiguo – morir como Aquiles en medio del campo, o crucificado en una cruz para los testigos de los siglos, o simplemente obligado a beber la cicuta delante de mi discípulo predilecto --. Pero no, me dejaste arrinconado, invisible y casi inservible. -- ¿Quién me reconoció durante todo este tiempo? ¿Quién al contemplarme pudo decir: ¡He ahí uno de los guerreros de Dios!?

3.            Pero tu sabiduría infinita superaba todas mis dudas, mis vacíos y miserias. Y yo, con unos ojos cansados de tanta soledad y hastío, sin embargo podía reconocer carcomido por esta fina lepra tu llamarada y tu ardor, tu figura invisible, tu presencia tanto más divina cuanto más sutil.

4.            ¡Cuánto y cómo Te he amado tanto tiempo sin percibirte con ningún sentido humano! ¡Simplemente con la pertinaz certeza de mi voluntad y mi conciencia!

5.            Aun ahora que estás abrasándome y animándome dentro de mí y por todas partes; aun ahora que abro los ojos al despertar y no hay más que tu presencia; aun ahora que al dormir me voy a jugar contigo en mis sueños, aun ahora... estoy sediento de Ti como el náufrago de un desierto absoluto. -- Mientras te conozco más te añoro. Mientras más te veo, más Luz necesito. Mientras más escucho tu Logos arcano, más lenguajes nuevos, más verdades incomprensibles necesito abordar y descubrir. Mientras más amado me siento por Ti, mientras más amado reconozco de tu amor el Mundo, más me río y más Te alabo para mí.

6.            Tú y yo nos entendemos como el esposo se entiende con su esposa en la intimidad.

7.            Tú y yo somos cómplices de un secreto común.

8.            Espero paciente la hora y la encrucijada de los caminos justos en donde ha de mostrarse la acción. Dejar las ciudades, morir si es el momento, abandonarlo todo a un gesto tuyo, para brillar al fin como el sol cada mañana brilla milagrosamente sobre la línea del horizonte.

9.            ¡Y bien sé que de correr a tus brazos como un niño corre a los brazos de su padre amado, o de mirarte a los ojos directo con los míos, o de concentrar toda la energía de mi mente en tu existencia, enloquecería al punto, me extinguiría y moriría como una pajita seca en el corazón de un horno! – Por eso me contienes y me dejas a un lado, para que, conteniendo mi ardor, no me queme Contigo; y mirándome a mí mismo con detención en lo grande y lo pequeño, me descubra humildemente nunca suficientemente bueno y preparado para Ti.

 

 

 

 

 

 

 

 

X

 

 

 

 

1.            Si vuelvo mi mirada en torno de mí, qué grande me parece el Mundo. Si levanto mis ojos al cielo y miro de noche las alturas estrelladas, qué inmenso me parece el Universo. Si me muevo con mi cuerpo denso por la tierra o me desplazo sobre el más veloz de los vehículos de transporte, qué agotadoramente enorme me parece el espacio y el tiempo. Si escucho el silencio más lejano, cuán profunda me aparece la realidad. – La amplitud del Universo es la amplificación de nuestra propia realidad. Mis sentidos y mi ser interior son una prolongación del Universo. No existe propiamente una tal cosa como afuera y adentro. Yo-Universo somos una sola cosa.

2.            Aun así, qué pequeños somos. -- Por más que esta inmensidad que percibimos sea una prolongación de nuestra propia realidad. Por más enorme que sea el Universo que es nuestro universo. – Aun así, cuán pequeña es nuestra realidad.

3.            Tanto es así que dejamos que nuestros sentidos nos convenzan de que esto es real y verdadero. Tanto es así que permitimos que nuestros sentidos nos seduzcan con la ilusión de que esto tiene colores y formas y sonidos y texturas y temperatura y sensaciones. -- ¿Quién es lo bastante libre para prescindir de sensaciones y percepciones?

4.            Somos hormonas y células y sustancias químicas y nervios y procesos electroquímicos e instintos. Somos el resultado de un complejo sistema de componentes y procesos físicos, químicos, biológicos y sicológicos. – Pero, ¡oh sorpresa!, somos concientes de todo esto.

5.            ¿Qué hace la conciencia aquí?

6.            Yo digo yo y ya aparece mi conciencia, pero no hay igualdad entre uno y la otra. Yo me contemplo a mí mismo y ya aparece mi conciencia, pero yo no soy necesariamente conciente.-- ¿Qué hace mi yo aquí?

7.            Debo reconocer con hidalguía que carezco de sentidos y facultades naturales asociadas a mi yo conciente para penetrar en esta misteriosa realidad. – Es por ello que mi yo y mi conciencia se encuentran acordonados por un umbral de irrealidad.

8.            Reflexionen en esta paradoja: Esto que es la realidad y el Universo, esto que nos aparece como físico y químico, no obstante quiere ser experimentado y conocido en nosotros como a partir de un yo conciente. -- ¿He aquí una invitación directa y llana de la Evolución, o un distractor momentáneo en medio de la historia de la evolución de las especies?

9.            ¿Hasta qué punto mi yo conciente podría realmente replicar la Realidad como una verdadera realidad?-- ¿Qué futuro posee realmente este proyecto humano?

 

 

 

 

 

 

 

XI

 

 

 

1.            Detener el Mundo. – Meditar más de una hora al día.—Anular los sentidos externos para invocar los interiores. – No pensar, sino traspasar los límites de lo posible. – Vivir jubilosamente sin pausa.

2.            El Mundo se mueve, fluye y se transforma según su propia velocidad. ¿Por qué entregarse a la velocidad del Mundo si la tuya interior quiere moverse en otra dirección? – Los movimientos de la mente y del alma necesitan otras temporalidades. -- ¡Cuánta violencia se le hace al alma al ajustarla a la secuencia pasado-presente-futuro!

3.            Aunque el Mundo se mueve en otra dirección que nuestra alma, no se resiste a que creemos nuestra propia realidad. – El Universo siempre supo que algún día aparecería el humano sobre la Tierra. El Universo siempre alentó que el alma humana se alejara de él. – Sólo los débiles se apretujan contra el Universo.

4.            Como arrancar de raíz una planta salvaje es para un hemisferio del cerebro y del alma separarse del Mundo. – El otro hemisferio no es más que un campo sin cultivo, donde crecen juntamente flores olorosas y malezas. – ¡Te llamo a convertirte en jardinero de tu propio jardín! -- ¡Te llamo a las labores de tu campo interior! – Allí has crecido tú mismo en la forma de abrojos, de espinos y cardos agrestes. --¡Cómo duele tener que arrancarse y quemarse a sí mismo! -- ¡No es para los cobardes el mundo interior!

5.            Y es la voluntad el más duro metal, y el filo más cortante y el rayo de luz más agudo. – La voluntad es uno de tus tesoros escondidos. -- ¿Sabes dónde ella se encuentra oculta para ti? – Porque ese diamante que se oculta en las galerías de tus minas interiores debe convertirse en oro para el valor del Mundo. – El diamante transmutado en oro lo compra todo. – Es el oro del espíritu, el sol que ilumina todos los soles, la energía perfecta, capaz de transformar este Universo en otro.

6.            Y en medio de la luz de tu conciencia debes modelar como un nuevo demiurgo a voluntad eso, que sólo tú puedes descubrir y crear. – Y has de ampliar el campo de tu conciencia como el antiguo guerrero que ingenuamente ansiaba entonces, en la apropiación del territorio espacial, el arquetipo del emperador y señor de Todo. -- ¡Quería dominar el Mundo, pero incapaz de volverse a la conciencia, que era su mundo interior regurgitado hacia afuera!--¡Ahora tú!-- ¡Ya no más adentro y afuera!

7.            Cuando se mueve tu intención y tu propósito, cuando quiere tu voluntad, cuando tu yo se convence a sí mismo de eso, cuando tu conciencia brilla intensamente, cuando traes de la memoria las señales que te reafirman en el tiempo y la convicción; cuando tu mente, en fin, se ha purificado para el acto verdaderamente tuyo, con ese que se apropia de tu destino, entonces se realiza el hierós gamos, la cópula sagrada entre tu yo conciente y tu Yo inconciente -- ese Yo que es la excusa y el trasfondo de lo que apenas alcanza a tu lúcida conciencia. 

8.            Allí, oculto en la densa niebla de lo síquico profundo, acechan, no obstante, tu karma, tus ancestros demoníacos, tu involución. – Ellos sabrán estremecer tu alma y tu mente con sus alaridos. – Ellos sabrán enseñarte que no eres tan bueno como tu yo conciente se propone ser – porque ellos también son tú mismo -- y que cada forma nueva injertada en tu yo profundo será rechazada incluso con la muerte, fuera de esos surcos inveterados. – No cederán ni un instante para que no te deshagas de ellos. – Te mirarán también con dulzura y encanto, te acariciarán los lomos y te ablandarán para vencerte, para hechizarte con el encanto de lo que ya está probado como realidad.

9.            En esa hora llama desesperadamente, fuertemente, valiente y hasta ciegamente al dios, al numen o poder del Universo que te creó – Eso mismo que guía Todas las Cosas sin ninguna mano, dentro de la palma de su mano. – Porque el imán sólo se mueve hacia donde se tiene que mover.

 

 

 

 

 

 

 

 

XII

 

 

 

 

 

1.     Como la piedra y el metal esperan alguna de las formas humanas para convertirse en algo más – el artesano y el orfebre han materializado desde sí una forma contenida también en la piedra y el metal. – Como la semilla contiene al árbol que se empina para fundirse con el sol, y al bosque entero; como la célula proyecta el destino de la Humanidad; como una mirada encendida contiene toda la energía del universo – así te espera el sí mismo.

2.     ¿Y tú te quedas mirando embobado estas letras inertes?

3.     ¿No ves cómo la vida germinante trabaja en el más hondo y silencioso recogimiento? ¿No ves que dentro de la luz del día más radiante contralate también la más profunda oscuridad? – Muévete sin moverte. – Cámbiate sin cambiarte. – No eres ni esto ni aquello. -- ¡Reconócete!

4.     ¿Tienes que ser como la calle asfaltada por donde no hay más que transitar? -- ¿Serás como tu equipo de música, como tu televisor y tu revista, que se encienden, que despiden estimulantes señales, que se apagan? -- ¿Serás la educación y el útil conocimiento que te imparten, y las leyes que te imponen, y el horario de tu trabajo?; -- ¿serás tu profesión y tus tarjetas comerciales? -- ¿Serás el número que te asignaron y el lugar donde demuestras vivir?

5.     ¡Decídete, tú debes decidir!

6.     Sé amo y emperador de ti mismo. – Sé el guerrero, el campesino y el mendigo. – Sé el dios y no el esclavo. – Sé el látigo y el fogonazo del disparo. – Sé la saciedad que busca el hambre. – Sé la ropa tendida que se seca al sol. – Sé el apocalipsis.

7.     Y si un día al despertar despiertas, o andando por ahí te reconoces y te palpas para confirmar que eres cierto, no temas – es mejor disolverse como una sombra ante la luz que nace; -- es mejor cederle a otro incauto el puesto que no te pertenece – cuando te encuentras con la pasión de eso tú mismo.

8.     Recuerda que tras el penoso tránsito de la agonía de la muerte – no importa cuán extensa te pueda parecer – así como tu cerebro no necesita tus ojos para ver más perfectamente en sueños – así no necesitarás al final tu cerebro para desembocar en la maravillosa Luz de la Muerte.

 

 

 

 

 

 

 

XIII

 

 

 

 

1.            Yo Te vi con estos ojos, pero no sé de qué singular materia estabas hecho. – Yo Te olí de lejos (pero no eras sutil como hubiese pensado) --, era tu olor como el del azufre. -- Resplandeciste como luna llena empañada dentro de una nube de plata, y trazaste un extraño signo entre las estrellas: -- la punta vacía de una saeta disparada hasta la constelación de Tauro.

2.            Ahora te embozas más allá de mis ojos, aunque al anochecer te busco todavía salir por sobre los montes cercanos. – Entonces me escuchabas, como la noche anterior cuando te invoqué contemplando el cielo – sabiendo y cierto que ya venías. – Y viniste, porque mis ojos te necesitaban.

3.            ¿Cómo podrían hoy mis ojos necesitarte tanto aún, si ya te desnudaste ante ellos? -- ¿No fui yo quien finalmente parpadeó? -- ¿Para qué adentro, para qué afuera, si estás en todos lados?

4.            Me dejaste tu señal registrada en la memoria y el espíritu – sin comprenderte hasta ahora, no obstante la he venido descifrando. – No hay palabras que la puedan explicar.

5.            Yo sé que esa noche planeabas en vuelo (lo mismo que ahora), por sobre las minúsculas habitaciones humanas – revisando los actos humanos y escudriñando las mentes y animando las almas. – Yo sé que nada se te oculta, tanto como nada te apresura. – Pero a través de tus ojos todos los espíritus del universo nos contemplan y pacientemente nos reconocen.

6.            Así también te contemplaron las pupilas fervorosas de nuestros antepasados – mejor que ahora podían observar el cielo a ojo desnudo --, mejor que ahora, despejadas sus almas de tanto egotismo --, mejor que ahora, con disposición de niños – en sus lenguas vernáculas te nominaron tartamudeando tu sin fin de meteoros y nombres distintos. – En todos ellos, sin embargo, te manifestaste como el taumaturgo de los cielos – Uno, Diferente y el Mismo.

7.            Precisamente ahora me escuchas – y atiendes con total atención mi eco en el alma del que justo – —ahora me escucha. – Y eres Tú también el que te muestras desnudo ante sus ojos – para que sin verte te vea, y sin olerte te huela – y sin encontrarte todavía como yo, te conozca.

 

 

 

 

 

 

 

XIV

 

 

 

 

1.            ¿Qué importan mis deseos? ¿Qué importan mi rabia, mi hambre, mi tristeza? ¿Qué importan mis ruegos y mis alabanzas? ¿Qué importan mis deseos de hablar, mis sueños, mis deseos de posesión? ¿Qué importan mis deseos de proyectarme en mis hijos, de ser reconocido por los demás, de ser amado? -- ¿A quiénes les importa mi deseo sexual, mis propósitos diarios, mis estados de ánimo?

2.            ¿Qué importan mis sentimientos, mis ideas, mis ríos de palabras? – Para cada rasgo, para cada cosa, para cada actitud nuestras tenemos una debida justificación. – Al fin de cuentas, siempre aceptamos y contemporizamos que somos como somos. – Al final siempre terminamos enterrándonos con nuestro cuerpo.

3.            ¡Qué desmesurada importancia nos damos a nosotros mismos! Y es que experimentamos la realidad desde nuestro yo encerrado entre las paredes estrechas de nuestra mente y alma. -- ¡Qué vasto, necesario y suficiente se nos presenta este minúsculo reducto de nuestro yo! -- ¡Qué potente y luminosa se nos aparece nuestra propia conciencia, cuando en realidad no hacemos más que tambalearnos por este pequeño mundo de ebrios! -- ¡Cuán activos nos parecemos trabajando tanto, compartiendo tanto y aprovechando esta vida pasajera, hasta caer agotados sobre nuestros lechos cada noche! – Y es que no podemos contemplarnos desde arriba, porque incluso las hormigas en su afán se mueven con más sentido e inteligencia que nosotros.

4.            ¿Qué importo yo si no soy capaz de vivirme como una hebra bordada en el lugar preciso de este infinito tejido del Universo y realidad? -- ¿Qué importa mi insignificante perspectiva, mi mónada irrepetible y absoluta, el sol de mi conciencia, si no soy capaz de experimentar todas las perspectivas posibles, todas las mónadas infinitas y todos los soles y todas las conciencias de los Universos?

5.            Si somos pequeños y hasta minúsculos, también somos infinitamente grandes. – Si somos obtusos y miopes, ignorantes y frágiles, confusos y equívocos, mortales y breves, también podemos ser lúcidos y clarividentes, sabios y omnipotentes, múltiples y unificados, inmortales y dioses.

6.            Esta vida es demasiado corta para que logres transformarte en tu yo superior. Este camino es demasiado largo para tu tranco de cojo y tuerto. – Los reptiles – se cuenta – tardaron millones de años en provocarse un par de alas. -- Si cambias en tu conciencia, no por ello has transformado las profundidades de tu interior.

7.            ¡Qué importa! -- ¡Vive como si fueses a vivir mil vidas más! -- ¡No siembres para contemplar en esta vida tus mejores trigales! ¡No te exijas ni te recrimines más allá de lo estrictamente necesario! ¡No trates de gozar del calor estival cuando el frío y la helada te estremecen hasta los huesos! -- La confianza en un nuevo día es tan necesaria como la confianza en la reencarnación.

8.            ¡Qué importa tu familia si nada quieres saber de otras familias! -- ¡Qué importa tu país si tiene fronteras! -- ¡Qué importan los predios y los continentes, los mares, las lagunas y lagos, los ríos, las carreteras, los espacios aéreos, las montañas, las llanuras, los monumentos, las reservas y los interminables sembradíos! -- ¡Qué importan la lluvia, los glaciares, el cielo, los planetas, las galaxias y la infinitud incalculable del tiempo y del Universo!

9.            Nada importa si tu yo sólo se reconoce como sí mismo. – Nada importa, si la Humanidad se reconoce como superior humanidad. – Nada importa, si el Universo se reconoce a sí mismo como el único Universo.

 

 

 

 

 

 

 


XV

 

 

 

 

1.            Para crecer debes tender hacia lo alto. – Mientras más amplio desarrolles el espacio de tu conciencia, más profundo debes arraigarte en tu interior. – Ni sueñes quedarte aguardando que tu sentido se te aparezca ante tus ojos. -- ¿Las aves vuelan realmente tan lejos, de manera que no puedes seguirlas?

2.            La vida no cesa de transformarse ni un instante, pero nunca se apresura. – Al igual que a cualquiera de las otras especies animales, la Naturaleza no cesa ni un momento de empujarnos. – Con todo, ha traspasado en parte a nuestras manos la capacidad de gobernar. -- ¿No ves que Ella no es seria y grave cuando gobierna el destino del Universo? ¿No ves que su trazado de la realidad no es diferente de un juego de niño? -- ¡Basta ya de construirte a ti mismo con la gravedad de los jueces! -- ¡Basta ya de legislar sobre lo bueno y lo malo, sobre lo verdadero y lo falso, lo sagrado y lo profano, lo pasado y lo futuro!

3.            Deja que la lluvia caiga y siga su destino. Pero monta sobre las gotas de lluvia y acabarás recorriendo todo el Mundo. – Contempla las estrellas para inspirarte. Nada más distante pueden ofrecerte tus ojos.

4.            Y al despertar cada mañana disponte a crecer, disponte a alimentarte, disponte a prolongarte en los demás, disponte a transformarte, disponte a descubrir para qué has despertado nuevamente a otro día. -- ¿Qué te ha preparado para ti ese niño juguetón? -- ¿Qué jugada maestra le devolverás para sorprenderlo? – Tus decisiones frente a los acontecimientos que te circundan son tu dominio de la realidad. -- ¡Hazte responsable de tus decisiones posibles, tanto como de las que finalmente ejecutas!

5.            Transmutarse es algo más que seguir un camino determinado. – Transformarse a sí mismo es algo diferente de un cambio orgánico, de un desplazamiento en el espacio, de un acto de la mente sobre la mente. – Hacerse a sí mismo no es nada parecido a un obvio hacerse a sí mismo. – Aun así, sólo la voluntad te puede dirigir hacia tu nueva existencia. – Aun así, debes moverte como siguiendo una línea; como si en tu cuerpo los minúsculos movimientos de tus células fuesen modificando tu magma citoplasmático. – Aun así, tu mente debe dirigir sobre su enorme campo síquico todo el potencial de sus facultades, a fin de que puedas reconocer que tú te estás transformando a ti mismo.

6.            Tú mismo es un algo que nunca puedes llegar a aprehender como un tú mismo. – Cuando te percibes a ti mismo no eres más que una densa neblina que te vela a la mirada tu ser profundo e inaccesible. – Eres un sueño de un sueño de un sueño de un sueño de otros incalculables sueños. – Todos tus logros, tus verdades, tus certezas y evidencias no son más que aparejos, biombos, imágenes dentro de un laberinto con infinitos espejos. – ¡Aun así debes seguir creyendo en ti mismo! – Aunque todo sea un sueño y una ilusión, nadie ni nada podrá evitar que sueñes tu sueño y te ilusiones con tu ilusión. – Aunque en medio de este sueño eterno te sea imposible detenerlo ni conocer su esencia; -- aunque debas renacer una y otra vez como ya los has hecho cientos y miles de veces, durante cientos de miles de años; -- aunque de todo ese derroche de energía de existir a través de la eternidad no te quede más que este rudimentario y vapuleado mamarracho que eres, -- ¡aun así, has alcanzado la conciencia de que eres un algo, y ya no cejarás en tu conciencia, porque te has propuesto despertar!

7.            ¿O querrías evitar este sino tuyo y mío? -- ¿Te has propuesto ejercer tu derecho al libre albedrío y oponerte a ser arrastrado en este flujo universal? --¿No te gusta, no lo quieres así, tienes irreversibles reparos?-- ¡No es tu hora! --¡Entonces muere, porque sólo en la muerte podrás encontrar lo que de cierto quiere tu alma! --¿Cómo podrías detener tu muerte? – La Muerte es más profunda, verdadera y sabia que todo lo que tu cuerpo vivo, tu mente, tu conciencia y este Universo te puedan ofrecer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XVI

 

 

 

 

1.       Vienen tiempos próximos, terribles, insoportables, como nunca los ha experimentado esta Humanidad.

2.       No puedes hacer nada para EVITARLO. Pero ¡sí puedes ser honesto contigo mismo, ser humano!—No te excuses ni te perdones a ti mismo tu deshonestidad o tu falta de valor.—Podrás defenderte casi con cualquier argumento minúsculo ante tu Juez Divino, incluso sólo suplicando, ya que es amoroso y tratará de perdonarte CASI TODO, --pero nunca te liberará de lo que te dio a ti mismo como responsable único e irrenunciable: ¡TU REALIDAD INTERIOR!

3.       Cuando ya no puedas reconocer ni encontrar nada amado, nada conocido, nada benigno para ti en el mundo exterior, --si has hecho un buen trabajo contigo mismo--, ningún arma de destrucción masiva, ninguna violencia proveniente de hombres o de cataclismos naturales podrá conmover TU REALIDAD INTERIOR.

4.       Podrás llorar, podrás sufrir, padecer hambre y miseria; --verás morir a tus seres amados, lo mismo que a extraños y a enemigos; --y aunque no quede piedra sobre piedra, ni siquiera suelo bajo tus pies, ni aire para respirar, ni agua para beber, -- si has hecho un buen trabajo contigo mismo--, nada podrá conmover TU REALIDAD INTERIOR.

5.       TU REALIDAD INTERIOR no es ni tu mente, ni tus sentimientos, ni tu conciencia, ni tu yo, porque todo esto de ti –aunque puedas llegar a desarrollarlo laboriosamente como prolongación y reflejo de tu TU REALIDAD INTERIOR-- se conmoverá y perecerá inexorablemente.-- TU REALIDAD INTERIOR no es el espejismo de la experiencia que experimentas de ti mismo en este cuerpo biológico y psíquico encarnado, --sino lo que hay todavía más profundo y más allá de tu mente, de tus sentimientos, de tu conciencia y de tu yo. –Lo que queda de tu mente cuando ya no hay mente; lo que queda de tus sentimientos, cuando ya no hay sentimientos; lo que queda de tu conciencia, cuando ya no hay conciencia; lo que queda de tu yo, cuando ya no hay yo.

6.       TU REALIDAD INTERIOR es INMORTAL, --pero ¡qué lejos estás de ELLA mientras te identificas con tu mente, con tu cuerpo y con este plano físico!

7.       Trabaja, esfuérzate, disfruta de aquí en adelante en descubrir, en avanzar, en mantenerte día a día, amorosamente, hacia TU REALIDAD INTERIOR.—Todo lo demás ya está muerto, acabado, cerrado, aunque se te presente delante como vivo y atractivo.—Y aunque tú mismo debas seguir actuando (hasta amorosamente) como un vivo y una persona normal, día a día,-- sabrás que el Mundo y tú mismo están, para este plano físico, --muertos, acabados, cerrados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XVII

 

 

 

 

1.            Volver a empezar una y otra vez. Repetir y repetir sin jamás agotarse. Crear y destruir lo creado una y otra vez sin sentir jamás hastío. Esforzarse años y años en desarrollar un cuerpo, un alma y una vida, para finalmente morir.

2.            Inmenso tiempo hemos experimentado ya para llegar a este instante y punto. – El Universo ha tardado miles de millones de años para que todos estemos juntos aquí. -- Tú mismo, ¿a quiénes, a cuántos y cuánto eres deudor por el largo recorrido del Universo para que puedas estar ahora respirando? – Es mejor que, después de tanto tiempo tras nosotros, nos reconozcamos de una buena vez inmortales, para asumir responsablemente el tiempo pasado y el tiempo venidero, horizonte nuestro tan inmensamente extenso y abierto como el pretérito.

3.            Y si no guardas el recuerdo vivo de tus vidas pasadas, y de los avatares del Universo, y de los saberes misteriosos de los que en otro tiempo te han hecho parte, y de tus experiencias en otros mundos y dimensiones, entonces o me crees simplemente, o te quedas escéptico en tu estrecho espacio de tierra y cuerpo esperando la última muerte. -- ¡Porque ha llegado la hora de definirte! -- ¡De aquí en adelante dos Universos que estaban penosamente unidos comienzan a separarse! --¡Ve tú allá, o en el mío! – ¡Ya no quiero más volver a sentir tu corazón gélido, tus miradas de disgusto existencial, tu levantar tu mano asesina una y otra vez para dejarme asesinar por ti, una vida tras otra! -- ¡Al fin se acabó! ¡Tu donación de tiempo y de repetidas y agotadoras oportunidades se acabó! -- ¿¡Cuántas vidas me humillé, me sometí, me postergué para no disputarte un espacio vital con tus mismas artes y armas de violencia, de salvajismo, de imbecilidad, de mal entendimiento, de inmoralidad y soberbia tuyas, Humanidad imperante!? -- ¿Creías que esto no tendría fin, -- lo único que eras capaz de creer como sin fin? – ¡Ahí está! -- ¡No finjas que no lo viviste, que no lo recuerdas! -- ¡Haz memoria de profundis! -- ¡Quizás cien, quizás doscientos años, no más – y ya no tendré que sufrirte en mi Mundo! -- ¡De una buena vez: Mi Mundo!

4.            Pero tú, hermano mío y hermana mía, que te estremeces junto conmigo de pena y compasión, al reconocer en el revés de mis palabras una mirada severa y adolorida sobre un Mundo de humanos asolado por la evidencia de su propia cruenta historia, -- me importas más que nadie, por cierto más que yo mismo. – Porque sé que escuchándome y contemplando por ti mismo sufres ante todo por esa extensa masa de carne en putrefacción llamada Humanidad. – Porque tú, como yo, no obstante, seremos siempre profundamente humanos y nunca acabará de dolernos el alma humana que nos deja para morir. – Tendremos que reír y gemir al mismo tiempo. – Tendremos que desgarrar una parte de nosotros mismos para que yendo compasivamente con ellos y tras ellos (los que fueron también nuestros padres y nuestros hermanos de sangre) -- muera para nosotros y de nosotros, en otra dimensión y tiempo, nuestra irrenunciable humanidad.

5.            Pero tú, hermano mío y hermana mía, me importas más que nadie. – A ti me debo con palabras de consuelo, de aliento y urgente guía. – A ti debo iniciarte en la muerte y el renacer que se te aproximan. – En el avanzar inevitable por las tinieblas de todas las formas de muerte, a la siga de una distante primera tenue lucecilla. – En la separación del cuerpo de la carne, de la energía de la materia, del alma y del espíritu, de la inteligencia y de la mente, de la existencia y del ser, de la luz y de la sombra. -- ¡Húndete en ti mismo y escúchame ya!

6.            ¡Yo te amo! – Y en mi amor no queda nada insensible de amor, -- nada queda sin vibrar en esta singular energía, de arriba abajo, de uno a otro extremo de los Universos, --sintonía más sutil que todo, en la que se funden sin discordia los contrarios, las dualidades, las diferencias y multiplicidades. – Para no llamarme Dios a mí mismo, ni obligarte a aceptar que tú mismo eres un dios (quizás te incomodara) – prefiero simplemente decirte: ¡Yo te amo!

7.            ¡Haz memoria, haz memoria! – Siempre podrás encontrar algo aún más atrás, algo todavía más olvidado. – Allí habremos de encontrarnos, allí habremos de reconocernos al fin uno. – No de aquella, sino de otra nueva forma deseo reencontrarme contigo, -- porque entonces tú no eras más que mi visión, mi anhelo, mi proyecto. – Ahora te veo seguir tu propio destino, como un caminante que camina y camina sin que yo lo pueda ver caminar. -- ¡Sobrehumanidad deberé llamarte, a fin de que entiendas que yo te contemplo desde una perspectiva absoluta! -- ¡Yo sé adónde te diriges, tanto como lo ignoro! – Por eso soy para ti como un padre y una madre, como el andador que vigoriza tus primeros andares, como la luz y el tiempo y el espacio y el Mundo!  -- Por eso soy este Dios, sólo y en cuanto me necesites como este Dios. – Yo veo sólo lo que tengo que ver, yo digo sólo lo que tengo que decir, aunque sólo deba durar el instante fugaz en que me estás leyendo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XVIII

 

 

 

1.             Contempla las gotas de lluvia cayendo simultáneamente sobre la superficie de un estanque inmóvil. ¿Cuántas gotas podrás percibir simultáneamente: ¿cinco, diez, cien? -- ¿Cuántas gotas realmente caen al mismo tiempo sobre el estanque? -- ¿Cuántas sobre la superficie de un lago? -- ¿Y sobre la tierra entera al mismo tiempo? – Aunque los computadores pudieran informar de su caída: 50¹º, ¿cómo podría hacerse presente esa cantidad de gotas en tu mente? -- ¿Cómo podrías percibir simultáneamente esas gotas cayendo a cada instante de una forma distinta, con gotas distintas, todas distintas, sin discontinuidad?-- ¿Cómo podrías percibir el universo de cada una de sus moléculas y la relación de cada una de sus moléculas con su innumerable  e inimaginable flujo de átomos? -- ¿Cómo podrías percibir la relación de esas inagotables gotas de lluvia entre sí? -- ¿Dónde pondrías el límite a su relación con el resto de las cosas que al mismo tiempo ocurren en el mundo y en el universo? -- ¿Dónde pondrías el límite a su relación con las gotas y las cosas que acontecieron en el tiempo pasado y las que acontecerán en el tiempo futuro? -- ¡Debes cortar, debes amputar, debes reducir la realidad para que entre en tu limitada cabeza!  -- ¡Reconócelo y hazte humilde como una culebra que no puede despegarse ni un centímetro sobre la tierra!

2.             Sin embargo, ¡es posible! -- Y hay un Algo que lo hace posible, que a cada instante lo está materializando, lo está realizando en la existencia real. – Y si podemos contemplarlo y concebirlo, aunque sólo sea en nuestra fantasía, entonces es posible y real. -- Porque nada que podamos concebir con cualquiera de nuestras facultades es imposible de llegar a realizar también para el humano. -- ¿Qué humano? -- ¡Sólo es cuestión de tiempo y saber hacer!

3.             ¡Ser a cada instante tantas cosas como pueda ser!¡Ser a cada instante de tantas maneras como logre realizar!¡Pensar de tantas maneras diferentes como pueda pensar!¡Sentir de tantas maneras diferentes como pueda sentir!¡Imaginar, recordar, crear, intuir, percibir, contemplar, actuar, de tantas maneras distintas como sea posible! -- ¡He aquí uno de nuestros desafíos para estar vivos  a cada momento!

4.             Minúsculos son los espacios y límites de nuestros cuerpos más densos.  -- ¿Has visto despejarse el cielo tras una intensa lluvia gris? – Así debes separar las densidades de cada una de tus fronteras. – La inercia de la existencia no nos abre; nos retrae una y otra vez a nuestra ínfima condición anterior. – No hay un segundo de la existencia que aún no se haya materializado, que no deba obtenerse con un penoso o denodado esfuerzo. – Darle nuestra forma propia a la vida implica reconcentrarse a cada momento en nuestra propia y difusa forma de conciencia. – La conciencia tiende a dormirse cuando la existencia se nos da demasiado fácil. – Y al dormirnos siempre acabamos siendo devorados por alguna monstruosa muerte.

5.             Toda virtud, habilidad o capacidad nuestras son también una limitación para la superación de esas mismas virtudes, habilidades y capacidades. -- ¡Anhela superar lo mejor de ti! -- ¡Anhela y descubre cómo superar también lo mejor de ti, tanto como lo peor!  -- ¿Te miras cada día en el espejo de tu alma y de tu mente y de tu espíritu, tanto o más cuanto miras tu rostro y tu cuerpo denso en un espejo material? -- ¡Disuélvete como un rocío pasajero bajo los rayos de tu sol interior! -- ¡Sopla como una brisa en tu espíritu para que ya no sepas dónde has de parar! – Si has dado a tu cuerpo un hogar de reposo, jamás le permitas a tu ser interior otro lugar de residencia que el infinito. -- ¡El alma es puro movimiento y cambio!

6.             ¡Corre, vuela, zambúllete y nada lejos de aquí! — ¡Mientras más lejos vayas, más cerca vas a estar del centro de cada cosa! – Deja en paz eso que llaman conciencia, porque tú eres infinitamente más que esa lucecilla sedienta de luz. -- ¿Te retuerces dentro de ti molesto conmigo? – Así he visto retorcerse a los gusanillos cuando los exponen a la luz del día. -- ¿Qué quiero de ti, adónde deseo llevarte, cómo podría siquiera concebirse una cosa como la que yo te exijo? -- ¡Recuerda cuánto te amo! – Y no es insania lo mío, sino locura. – Porque yo no habría de llevarte por donde yo mismo no haya gozado antes. -- ¡No felicidad, sino gozo quiero para ti! -- ¡No gloria, sino júbilo!

7.             ¡No temas transformarte en lo que no puedes prever! -- ¡No temas transformarte sin que dejes de ser el mismo! – El miedo a dejar de ser es otra pequeña frontera. – Alienación sin anulación; olvido de sí sin amnesia; desintegración sin reducción -- te pido--.  ¡Concentración, concentración, hermanos míos, la más profunda y furiosa concentración! 

 

 

 

 

 

 

 

XIX

 

 

 

 

1.       ¡Deja que los niños vengan a ti!

2.       Los niños existen para demostrarnos la Vida que existe antes, por encima y después de esta vida, no para representar la naturaleza propia, débil e incompleta de este estado de realidad humana en el que estamos encarnados.

3.       Los niños son nuestra divinidad que se va alejando con el paso de los años – para darnos una oportunidad de ser divinamente humanos, -- cuando ya dejamos de ser niños.

4.       Los niños están aquí precisamente para desmentir que esta es una vida espiritual y superior. – Por ello, los niños terminan de ser niños a los diez años. – Si bien, desde que nacen los ayudamos y los obligamos a ir dejando de ser niños. -- Ni tampoco les hemos preparado una buena vida, habiendo sido padres libres para construir el Mundo que quisiéramos. --¡Y acabamos en esto!

5.       Los niños están aquí para enseñarnos lo que deberíamos ser y hacer con nuestras vidas y con nuestro Mundo, pero que no somos ni hacemos. -- ¡Ellos no son el reflejo de nosotros, -- son lo opuesto a nosotros! – Y nos decimos compasivamente hombres y mujeres unos a otros: “¡Yo también fui niño!”, como pidiendo perdón.

6.       Los niños necesitan nuestro AMOR, porque son la humanización del AMOR que no es de este Mundo. – Los niños son donación gratuita de Luz de Amor, -- pero necesitan alimentarse de AMOR. -- ¿De qué sirve atiborrar sus cuerpos físicos de comida, si no alimentamos la Luz de su Amor?

7.       Los niños, por medio del Amor, despiertan lo mejor de nosotros, --aunque rara vez es suficiente y satisfactorio el Amor que, en respuesta, somos capaces de activar y ofrecerles.

8.       Pero ¡hablo de LOS NIÑOS!, no de tus hijos… -- ¡Si ni siquiera eres capaz de amar a tus propios hijos, como hijos del Amor! – Y de seguro ni siquiera entiendes qué significa ser “hijo del Amor”.

9.       ¿Cuánto AMOR espiritual vibra en cada cosa material que le has preparado a tu hijo para recibirlo en este Mundo? -- ¿Cuál amor vibra en el Mundo que le estás ofreciendo a tu hijo? -- ¿Cuánto amor, de ese que hace florecer las flores, de ese que hace cantar los pajaritos cada mañana, de ese que cae como una repentina lluvia en el desierto, serás capaz de darle segundo a segundo, día tras día, año tras año a tu niña o a tu niño, --y luego a ese hombre y a esa mujer?

10.     ¿O seguirás poblando este Mundo de hijos como cosas producidas para trabajar y para darte una que otra satisfacción personal?

11.     ¡Deja que los niños entren y salgan de tu corazón!

 

 

 

 

 

 

 

XX

 

 

 

 

1.            Mira por la ventana de tu hogar hacia la calle. -- ¿Qué ves ahí? – Y es que tantas veces tus ojos adormilados han recorrido el tránsito de sus vehículos y el divagar de tantos caminantes desconocidos, que ya no eres capaz de reconocer allí el terror y la negación de ti mismo.-- ¿Acaso no ves el dolor de los árboles amarrados al pavimento, ordenados en filas estrechas hasta torturarlos? -- ¿Acaso no ves la distancia infinita que la calle interpone entre tú y la existencia? -- ¿No ves esos perros que caminan husmeando nuestra propia carroña? -- Y las avecillas que vuelan a punto de ser arrolladas, también picotean las sobras de nuestra mesa infernal.

2.            Sin embargo, no puedes evitar salir a la calle. – La calle te llama para vivir. – Con todo, he visto morir humanos tras las cortinas y las rejas de sus ventanas, acorralados y asfixiados por la calle. – Aun así, la calle se esconde en su repugnancia y deformidad. – Bajo tus pies fluyen las aguas servidas, pestilentes, por la tubería contraria a la que pone en tu boca las mismas aguas, infiltradas unas con otras. – Y las cañerías de gas que bajo tus propios cimientos amenazan estallar como morteros de un momento a otro. – Y los cables que suspendidos por los aires o arrastrándose bajo tierra se asemejan más a las cuerdas de una horca dispuesta para caer en torno a tu garganta, o a los lazos que el cazador asesino oculta para enredar los pies de su presa.

3.            Y cada mañana tú sales decidido a ser parte de esa calle para lograr el objetivo de tu jornada. – Y es tu sonrisa ingenua, y tu buena voluntad, y también tu ceguera, la que me hace llevadero y hasta a veces amable el infierno de la calle. – Yo no entiendo en aquellos funcionarios públicos y municipales que maquillan las calles, otra intención que adormecer tu terror, distraerte de tu propia conciencia, simular un mundo mejor y que progresa, representar la farsa de que todos podemos vivir juntos en la ciudad.

4.            ¿Me miras con lástima y superioridad porque soy no más que un enfermo, un agorafóbico, un misántropo, un hiperestésico, un neurótico, que ajusta la realidad a su distorsionada mente? – ¡Eso soy ante ti y no debo evitarlo! -- “¡No todo es tan malo!” – te escucho decir. – Y te concedo que puedas sentirte hasta inmensamente feliz en estas calles del mundo, -- aunque no seas diferente que el ciego exclamado en un sueño: “¡Yo veo, yo veo!”

5.            ¡Ah, cómo anhelo entrar en tus sueños e insuflarte al oído mis vivencias! – Porque si tú pudieras experimentar un momento lo que yo llevo conmigo – te despeñarías como una roca desde lo alto de un precipicio, y ya no dejarías de caer ni un instante – como yo estoy cayendo –, igual que las aguas de una cascada no cesan de precipitarse –. Y me rebelo y hablo alto para ti, porque alguna vez yo también sonreí con la sonrisa estúpida del hombre de la calle.

6.            Y yo te observo y planeo sobre ti – cierto de experimentar día a día, hasta las heces, también tu vivir --, y espero con insistencia paciente el momento justo para dejarme caer dentro de ti – sin que me veas, como yo no te dejo de observar ni un instante – sin que me oigas, como yo no te dejo de atender ni un instante.

7.            ¡Hey!, bastaría que yo te transmitiera solo un átomo de mi fuerza, para que tu deseo de vivir ya no pudiese ser contenido dentro de los barrotes de la ciudad. -- ¡Hey!, bébeme lentamente, para que ninguna gota de mí deje de embriagarte. -- ¡Hey!, ¿sabes realmente cuánta energía está contenida en cada uno de los átomos de tu mente? – ¡La misma cantidad de energía con la que se ha construido todo el Universo!

 

 

 

 

 

 

 

 

XXI

 

 

 

 

1.            ¿Qué es el poder, sino ese deseo insaciable de someter a otros a nuestro ego?  -- ¿Has visto cómo se ha infiltrado hasta nuestra médula ese perfume llamado poder? – Ya no es concebible una sociedad humana moderna sin eso llamado poder.  -- Los Estados ejercen poder sobre los ciudadanos. – Los pequeños y grandes funcionarios públicos y privados hacen todo tipo de malabarismos con esa arte del poder. – Quizás el engaño, la corrupción, el cohecho y una fila innumerable de otros agentes similares de la fuerza, de guardaespaldas y lavadores de dinero, se camuflan entre sí contra toda evidencia y derecho.

2.            Los médicos, los ingenieros, los policías, los profesores, los choferes de micro, los padres, los transeúntes tanto como los automovilistas, los cajeros y cobradores, los tribunales y sus verdugos, los niños, los sacerdotes, ¿quién no ejerce poder? -- ¿Hay algo en el poder que no sea abusivo? -- ¿Hay alguna forma de injusticia de la que se prive?-- ¿Hay siquiera una manifestación de crueldad humana que no se ejerza en alguna medida en su acción?

3.            Entonces me gritarás desde el frente: “¿Qué es eso del poder?” – Y yo te responderé: “Esa sangre caliente que corre justo por nuestras venas y no por las del otro. – Esa mirada que abarca todo el universo, pero justo desde nuestros ojos. – Esa justificación que lo resuelve todo: “Es mi vida”. – Ese aullido simple y poderoso: “YO”.

4.            No es poder lo que ejercen los dioses sobre el hombre y el mundo. – No hay poder en la tormenta que barre el llano y los vegetales del monte, ni en las olas del mar que baten las playas del orbe, ni la tierra cuando se estremece, ni en la muerte que acaba desbaratando toda vida. – Ni siquiera hay poder en la flor cuando rompe su capullo.

5.            En todos ellos hay un sabio que toma del otro simplemente cuanto de sí mismo da. – Eso no es poder, sino amor. – Eso no es actuar sobre otro, sino saber hacer. – Eso es ofrecerse humildemente al servicio de lo otro, en un circuito sin fin de energía compartida. – Eso es parecer imponerse, cuando lo que se pretende es ceder todo de sí; -- sólo es cuestión de no detener humanamente el tiempo, ni reconocer intenciones en un acto clandestinamente aislado.

6.            Las sociedades humanas están enfermas de poder, porque los individuos están infectados. – En otro tiempo se cerraban las puertas de las ciudades a las poblaciones enfermas. – Ya no hay puentes levadizos ni puertas, ya no hay pandemias, ya nadie quiere dejar el paraíso de las ciudades. -- ¡Sé tú el paria, amigo, el leproso de las ciudades modernas, el chivo emisario, el canalla simplemente que traiciona a la Humanidad! -- ¡Y vete! -- ¡Sal de este hedor inconfundible a muerte, como las bellas flores olorosas cubren los cadáveres putrefactos! -- ¡Pero, huele, sí, por cierto, primero huele con una otra nariz! -- ¡Yo no quiero tu fe, yo no quiero tus actos de fanatismo ni tus buenas intenciones en pos de mí! -- ¡Huele con tu propia nariz! – Porque no quiero verte mañana por las praderas de mis desiertos caminando hacia atrás, -- no quiero ver en tu rostro una sonrisa estúpida cuando te hable -- ni llenando, al final, los corazones propios y ajenos con nuevas y más sutiles sustancias de poder.

7.            ¡Libérate de las cadenas que te aherrojan, más livianas que el viento, dentro de tu conciencia! -- ¡Acaba con tu orgullo, tu vanidad, tu suficiencia, tu complacencia, tu agresividad, -- precisamente esa que te ha llevado y te llevará todavía más al éxito! -- ¡No compitas ni por el más mínimo milímetro cuadrado de este soberbio onirama! – Ya nadie hace funcionar esta máquina del sueño global, -- ha alcanzado niveles óptimos de automatismo y recursividad. -- ¡No sueñes en cambiar este autómata de las sociedades del mundo! -- ¡Sólo te pido que busques y encuentres a los que se resisten a la voz poderosa del Amo del Sueño y todavía sueñan angustiados que están a punto de resbalar al abismo del sueño profundo! -- ¡Sácalos de aquí, sácalos de allí! --¡Llévatelos por los poros del espejo, por los pasadizos inencontrables! -- ¡Ven conmigo, toma mi mano, que voy a poblar los planetas vírgenes de poder!

 

 

 

 

 

 

 

XXII

 

 

 

 

1.       ¡Qué lejos están, hombres y mujeres de este Mundo, – del Amor!...

2.       Y aunque para todos y cada uno el amor es un ideal íntimo y cercano, -- ¡qué lejos están del Amor! – Porque ¿qué es eso de haber investido de un poder salvaje, violento, degradante a grupos humanos para dañar, controlar, ultrajar y matar a otros humanos, -- como la cosa más natural, necesaria y justificable para resguardar el “orden social”?

3.       ¿Cuánto amor hay detrás de las instituciones armadas, del ejército, de las fuerzas policiales, del gobierno? -- ¿Cuánto amor mueve a hombres y mujeres que se visten como robots y cargan armas letales o cruentas para dañar a otros humanos, -- como si estuviesen investidos de un mandato y autoridad casi divinos? -- ¿Qué esperan de la vida, del ser humano, de su propio sentido y dignidad de amar, -- cuando voluntariamente eligen esta disposición, este rol, este mandato, esta profesión criminal de violentar hasta destruir a otro ser humano?

4.       ¿Cuánto amor hay dentro de esos hombres letrados, legisladores, gobernantes y justos -- que crearon, o que aceptaron y dirigen las fuerzas armadas y de orden para controlar y corregir a las personas que yerran, que dañan, que sufren, que en sus limitaciones y su ceguera profunda y sin amor – también han elegido dañar a otro humano, y también muchas veces hasta la muerte? -- ¿Éste es el amor que justifica el derecho de vivir en sociedad? -- ¿No se parece más su pacto social al acuerdo de una manada de depredadores y asesinos para disfrazarse de corderos?

5.       ¿Alguna vez siquiera se imaginaron, Humanos, una sociedad en que el error y la imperfección humana – que llamamos delito, pecado, crimen – fuesen absorbidos y corregidos con múltiples instituciones de apoyo, con grupos de multi-especialistas, con medios humanitarios de todo tipo y sin restricción, con la inversión de los mayores recursos del Estado, con la sociedad entera, -- con un aliento de amor como no ha conocido hasta hoy la realización y la superioridad humanas? -- ¿Alguna vez siquiera concibieron que era la máxima responsabilidad del Estado, -- y de todo grupo social, -- asumir a la persona anti-social, anti-humana, anti-amorosa – para acogerla, corregirla y amarla, sin importar el costo ni el esfuerzo que ello implicase? -- ¿Por qué no Centros de Amor, Escuelas de Amor, Hospitales de Amor, Bancos de Amor, Iglesias de Amor, Calles de Amor, Familias de Amor -- en lugar de cárceles, de juzgados, de comisarías, de regimientos, de centros de detención, de tortura, de inteligencia, de espionaje, de fuerzas especiales, de agentes, de sicarios, de verdugos, de corruptos, de alienados de poder y de autoridad?

6.       Ha de sonarles y resultarles ridículo, ingenuo, estúpido, inútil, y más, – lo que aquí les propongo. -- ¿Cómo podría ser de otra manera – si ya construyeron su civilidad, su historia, su capacidad, su progreso, su mentalidad, tan, tan lejos del Amor, -- desde un comienzo de sus sociedades y de su naturaleza individual y social? -- ¿Cómo podría todo ser humano no actuar ni validar la violencia de dondequiera y de quienquiera que pueda venir, – si han cultivado por miles de años el des-amor, y la acción y la reacción violenta individual y social? -- ¿Podrían ser capaces de desarmar hoy, mañana, sus sociedades, sus mentes, sus almas – y volver a concebirlas desde la Fuente del Amor? -- ¿Bastaría hoy la Revolución del Amor para dar soluciones a la violencia arraigada en las mismísimas identidades humanas, y en todos los aspectos de su vida cotidiana?

7.       ¿Qué se puede esperar de una Humanidad que se vincula con el prójimo – desde el derecho y el instinto a dañarlo, – si uno, o un grupo, se siente y se experimenta dañado por un otro? -- ¿Tendremos que vivirlo en los próximos años – como nunca antes lo hemos vivido?...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XXIII

 

 

 

 

1.            La gratitud nos transforma profundamente. – La gratitud nos distancia de nuestra precariedad instintiva y animal. – Agradece quien tiene conciencia de que cuanto le acontece siempre es una opción. – Agradece quien tiene conciencia de que toda la realidad ha sido creada enteramente para uno, -- sin que por ello sea exclusivamente para uno. – Agradece quien contempla que, aun dentro del más horrible de los males, surge una escala hacia el bien.

2.            ¡Gracias a Ti, Lo Innombrable, por dejarme ser junto a ti!

3.            ¿Y cómo no agradecerte a ti, mi mundo globoso y terráqueo, que giraste por miles y miles de años modelando la cuna y el paraíso dentro del que ya tantas veces me has amamantado y contenido?-- ¿Cómo no agradecerte más todavía que a mi última madre humana que me parió, -- aunque no hayas sido más que mi nodriza y mi aya, -- porque me recogiste huérfano a mí, y a todos, de entre la inmensidad interestelar para situarme en este punto rocoso del Universo? -- ¿Cuánto esfuerzo, cuánta perseverancia y delicada atención no has entregado de ti para que nuestra humanidad ahora ciega, sorda y anestesiada para ti-- se cebe y se revuelque en su fangosa y tóxica vanidad? – ¡Ni el más criminal y salvaje de los parricidios humanos puede asemejarse siquiera a lo que la Humanidad está haciendo ahora contigo, Madre de mis madres y Padre de mis padres!

4.            Tanto amor infinito, tanta entrega sin tasa, tanta riqueza de dones y divinidad nunca vi sino únicamente también en aquel otro tan cruenta y tan inicuamente tratado por nuestra humanidad, lo mismo entonces que ahora: -- Jesús, el de Nazaret. -- ¡Ah, mi Tierra, cómo me duele el alma y el cuerpo cuando me comunico contigo! – Ninguna palabra, ninguna experiencia humana puede siquiera parecérsele a lo que a ti te está aconteciendo. -- ¿Sufres, agonizas, rabeas, te angustias, callas? -- ¿Por qué sufres, por qué agonizas, por qué rabeas, por qué te angustias, por qué, en definitiva, callas? – Eso es lo mejor que puedo atribuirte ahora a ti: silencio, -- porque ello significa nuestra ausencia hacia ti.

5.            En tan pocos años he visto poblarse la Tierra hasta los bordes -- ¿para qué? -- ¿para qué insisten unos caudillos de credos y consumo en fomentar la procreación y el crecimiento, -- si cuantos más seamos, más rápidamente terminaremos siendo menos y mínimos? ¿Acaso sumar almas sobre la faz del mundo es una cuestión de autoarfimación humana? -- ¿Somos incapaces de mirarnos como un todo?-- ¿Acaso la vanidad y el orgullo se han convertido en nuestros caballos de batalla, en el amo y señor de todos nuestros demonios? – Los veo ya desbocados convertirse de aquí a unos años en monturas para los jinetes del Apocalipsis.

6.            Y no podremos ser tantos – y no podremos ya tantos sobrevivir sobre una tierra desgastada – esterilizada – recalentada – enfebrecida por tantos estremecimientos – convulsa en sus mares, en sus volcanes, en su geología desgarrada, en sus espacios aéreos. -- ¿Por qué tendría yo que sobrevivir en lugar de cualquier otro? -- ¿Por qué tendría cualquier otro que sobrevivir en lugar de mí? – Abandonar la vida, morir, entregarse al final -- se ha vuelto una necesidad, un deber, un sacrificio estrictamente natural – como tantas veces ya la Naturaleza ha sacrificado naturalmente innumerables especies y criaturas para volver a crear y recrear sobre el sedimento de nuestros propios antepasados. – Mas no te pido, hermano-hermana, que te quites la vida por ti mismo, -- sino simplemente que no te resistas a la muerte cuando se te acerque a ti. – La Muerte es como la espalda de nuestra propia Madre. – La Muerte es, amados míos, no otra cosa que la parte que no podemos ver de la Vida.

7.            ¡Hermoso es el Mundo y hermosa la vida en este Mundo! -- ¡Hermosas son algunas cosas que hemos logrado hacer en esta Tierra y las que pudiéramos llegar a hacer! -- ¡Cómo quisiera yo evitar la Catástrofe! -- ¡Más aún porque evitarla significa que la Humanidad ya ha comprendido, y al comprender, se ha transformado! -- ¡Porque eso quiero ante todo y sobre todo: transformación y superación de la Humanidad! 

8.             ¡Grita de una sola vez, coro de humanos del Mundo: “¡No queremos tu transformación, déjanos en paz!” – Entonces yo te gritaré en respuesta desde mis abismos: “¡Venga ya la Catástrofe!”

 

 

 

XXIV

 

 

 

 

1.            ¿Cómo es posible que nos hayamos permitido ser tantos humanos en el Mundo? – Nosotros, a cualquier otra criatura en tal cantidad, la hemos llamado plaga. -- ¿Por qué no somos los humanos una plaga para el Mundo, e incluso para nosotros mismos? -- ¿No es propio de una plaga calamitosa el causar daño a otros seres en forma extrema y destructiva? -- ¿Hay algún otro ser siquiera, que habita en este Mundo, al que no le causemos un daño fatal?

2.             La Naturaleza es una diosa de compensaciones, – los griegos te llamaban Themis – diosa del equilibrio de la justicia divina. –  También llamábamos leyes no hace más de un siglo a tus poderosos y sabios mandatos, que habían sustentado la riqueza y móvil variedad de este inmenso organismo viviente – Naturaleza --, que ya había cumplido cien millones de años construyendo y resguardando esta maravillosa mansión de la vida – Tierra --.

3.            Pero en estos cien últimos años he visto poblarse el mundo de miles de millones de agentes asesinos, -- cuyo primer y más diabólico acto ha consistido en reproducirse y reproducirse sin ley ni medida. – Estos humanos sonrientes que ante un altar y la supuesta consagración y mandato divinos se comprometían a reproducirse—como el acto más puro, sabio y santo. – Ahora, ¿cómo podrán detener el avance de sus insaciables organismos consumidores del medio ambiente y de sí mismos? – Ahora que comienzan a ver la locura y las desastrosas consecuencias de ser tantos y tantos -- ¿cómo podrán detener los efectos devastadores de ser insosteniblemente tantos? -- ¿No habrá ya algunas mentes “superpoderosas” que apuestan a una mortandad selectiva? -- ¿No se hacen eco de la voluntad de la Madre Tierra – o de Dios Padre? – Porque morir y ser barridos como basura y excremento de sobre la faz de la Tierra es inevitable. – Por todos los vientos del Universo seremos barridos. – Por nuestro propio hálito también. -- ¿Y qué? -- ¿Tendremos siquiera el derecho a alzar una mínima queja, o a manifestar incomprensión de la existencia y declarar un sinsentido tanta muerte y atrocidad? -- ¡Amigos, esa era la ley de la Naturaleza no hace sino cien años!

4.            Y es que ahora millares desfilan por las calles y claman en las esquinas del mundo: -- “¡El poder es nuestro, la Naturaleza es nuestra, el Universo es nuestro!” – Y como los malabaristas y más diestros prestidigitadores y magos, sacan una y otra vez nuevos encantos de entre sus ropas – y he aquí que nuevas y mejores ilusiones anuncian y muestran cada día. – Y la gente, más y más embobada, sigue su marcha y procesión triunfal – como una piara de cerdos corre feliz y anhelante hacia la caída del desfiladero. – Y esos amos y señores malditos se bautizan a sí mismos --economistas, científicos, técnicos, políticos, maestros, artistas, periodistas, religiosos, diplomáticos, empresarios, funcionarios públicos, ingenieros, soldados, abogados, policías, comerciantes, gerentes, médicos, e infinitamente más, -- pero todos no son más que embaucadores asalariados – y hechiceros de la Bestia Final.

5.            ¡Cómo quisiera estar equivocado! -- ¡Cómo quisiera que cada uno de ustedes salve ese trocito de carne que asociamos a la vida!-- ¡Cómo quisiera, sin embargo, no ser tan obvio, tan ostensiblemente evidente en lo que muestro!--¡Cuánto deseo que nadie sufra lo que ha de sufrir!

6.            Y como manadas y jaurías enloquecidas nos despedazaremos unos a otros. -- ¿Y dónde estarán entonces los ideólogos y técnicos del “sistema”? -- ¿Dónde esos llenos de tanto dinero, bienes y poder que ahora se acunan en su misérrimo feudo? -- ¿Dónde la ley y el orden? -- ¿Dónde los guardianes de todos los ejércitos del mundo? – Simplemente errantes y destruyéndose unos a otros.

7.            Tantas cosas más podría mostrarles y decirles, hermanitos míos, -- pero yo no quiero influir en las conciencias por el terror. – Yo no quiero tampoco la declaración de fe del amenazado con una pistola en la sien. – Yo no quiero ni puedo siquiera decir toda la verdad. – Porque en esas horas acontecerán sucesos nunca vistos e incomprensibles para el entendimiento y la mente de hoy. – Porque ninguna emoción quedará guardada apaciblemente en la memoria del hombre, -- sino que todas serán estimuladas y explotadas hasta su máxima expresión. – Aun así, no teman, mis amados, -- los Altos Espíritus del Universo estarán atravesando el mundo con Amor.

8.            ¡Esfuérzate en hacerte uno con el amor, -- a pesar de las más contrarias evidencias!

 

 

 

XXV

 

 

 

 

1.            Te prometo que volveremos a atravesar con la reja del arado las tierras cubiertas hoy por el estéril pavimento de las calles. – Que los árboles de verde fronda se empinarán más alto que la más alta de nuestras habitaciones. – Que los arroyos relucientes y jubilosos descenderán saltarines y libres desde la montaña al mar. – Que las nubes multicolores se apretarán derramando gotas más dulces que la miel para los campos pululantes de múltiples seres. – Que el silencio adormecerá en las tardes el verano del mundo – y los pequeños huertos, trigales y viñedos revelarán que hay sólo pocas mandíbulas dispuestas para comer.

2.            Te prometo que el Mundo nunca más volverá a ser el mismo de antes. – Que Gea ya no habrá de estremecerse, -- sino como mujer madura y sin catástrofes mundiales – dejará que su nueva prole también alcance su madurez. – Que aunque la vida todavía visible y variada sea muchísimo menor, -- infinitamente más profunda y vuelta hacia el interior – continuará creciendo el increíble Nuevo Mundo, ahora sí hacia NUEVOS MUNDOS.

3.            ¿Cómo podría ser otro el final de la Creación del Amor sino éste, cuando un Repentino Dios de Amor clavó este Mundo en una hora bien antigua, -- este planeta Tierra de seres instintivos, descomunales y brutales, en el centro de Su Corazón, -- al verlo dolorosamente frustrado una y otra vez por falta precisamente de Amor de otros primerizos jardineros cósmicos?

4.            ¡Te prometo!

 

 

 

 

 

 

XXVI

 

 

 

 

1.            Simplemente como se despeña una pequeña roca desde la cumbre de la montaña más alta – así se precipitará la Humanidad completa desde lo alto de su propia montaña de Babel. – Porque tan alto habrá alcanzado su extremo, -- tan penosa e inestablemente habrá logrado alcanzar a construir más allá del mismísimo equilibrio, -- que al igual que esos castillos de naipes, cuyas últimas cartas depositadas en la cima temblorosa – advierten que en ellas se consuma la debilidad y el derrumbe inminente de toda la construcción, -- así también una mañana de diciembre, un primer y simple crujido, -- luego una falla escondida en algún punto neurálgico de esta monstruosa máquina global – se desplomará. – Como una gloriosa reacción nuclear – una tras otra las naciones del mundo comenzarán a dejar de ser en poco tiempo civilizaciones y sistemas.

2.            Jesús de Nazaret lo advirtió ya hace dos mil años: -- “Cuando veáis la abominación desoladora manifestarse sobre la faz de la Tierra, -- allí mismo sabréis que la Gran Hora ha llegado. – Entonces, estéis en el campo o en la ciudad, -- no vuelvas a buscar nada tras de ti, -- sino aléjate cuanto antes a la soledad.”

3.            ¡Mira cuán privilegiado eres! -- ¡Ver y sufrir tú mismo el fin de la Humanidad! -- ¡Admirar sobre ti mismo y sobre todos los que amas la agonía de nuestra muerte! -- ¡Demostrarnos que no en vano hemos sido durante tantas vidas, una y otra vez, mártires para este mundo! -- ¡Yo recuerdo haber estado en la arena del Circo romano, -- aspirando el aliento fétido de los leones cerca de mi garganta! -- ¡Yo recuerdo haberme arrodillado a los pies de la cruz! -- ¡Yo recuerdo las torturas de los inquisidores contemplándome con sus ojos enrojecidos y torvos! -- ¡Yo recuerdo los caballos pisoteándome las entrañas, -- las lanzas abriéndome por los cuatro costados, -- los cañones y las balas despedazando mis arterias y mis huesos! -- ¡Los decretos, los escupitajos, las risas, las extorsiones, las conspiraciones, las rejas, la oscuridad de tantos y tantos lugares y corazones, en fin! -- ¡Vaya si no hemos experimentado todo lo que necesitamos para vivir valientemente el holocausto final!

4.            Las tierras que hemos resecado con nuestro avance desolador – volverán a recibir la humedad de nuestra sangre vertida desde nuestros innúmeros cuerpos abiertos, – y las flores durante cien años sólo florecerán de rojo carmesí. – Uno tras otro los grandes fanales de la Humanidad se irán apagando, -- lo mismo que las estrellas se van disolviendo con la primera luz del alba. – Lo mismo los llantos y gritos desgarradores que circularán por cerros, valles y distancias, -- se irán paulatinamente silenciando ante la inmensidad del Mundo y Universo. – Lo mismo uno tras otro los cuerpos que ablandados y carcomidos por otros seres y elementos dejarán de ser visibles, -- también los espectros que errarán por un tiempo sobre los restos y ruinas de nuestro propio pasado, -- acabarán por partir hacia otras esferas, -- hacia otros mundos dispuestos a volver a empezar tan y tan abajo.

5.            ¡Yo parto, yo me alejo! -- ¡Yo ya veo venir sigilosa y bramante esa imponente realidad! -- ¡Llegará, y entonces estaremos dentro de ella como se siente dentro de un malísimo sueño! – “¡Que acabe pronto! -- ¡Salir de aquí, porque esto no puede ser real!” -- ¡Yo sólo aspiro a estar durmiendo-despierto! -- ¡Yo sólo aspiro a estar a tu lado para coger tu mano – y apretarla dentro de las mías!

6.            Y volveré mis ojos hacia el sol, -- buscando la fuente de la energía de mi Mundo y mi materia, -- y aunque no te encuentre, sino una muralla de nubes y rocas grises e impenetrables, -- sabré que no has dejado de alumbrar, -- porque simplemente aún estoy vivo. – Y aunque muera pronto o más tarde a ti, mi amado sol de cada día, -- me encontraré por igual con el Sol todavía más sutil que te alumbra y alimenta desde dentro también a ti, mi compañero de cada mañana.

7.            Entonces quizás logré ser completamente el puente y el asno – que he tratado de ser en esta vida para tu servicio. – Quizás ya deje de ser solamente el heraldo y el testigo que anuncia la profecía. – Quizás ya no me esconda de mí mismo y pueda brillar y consumirme en mi propio fuego – como he anhelado contemplándote que tú me enseñas a ser, -- pero no puedo hasta aquí.

 

 

 

 

 

 

XXVII

 

 

 

 

1.    Todos los días y cada día nos perdonamos ser tan imbéciles, tan necios, tan sensatamente mediocres, tan rebuznantemente asnos para con nosotros mismos.

2.    ¿Por qué no tomamos de una vez la decisión radical que nos espera? -- ¿Por qué no cortamos de raíz esos hábitos, esas rémoras de nuestro siquismo, esos estados de conciencia oscurecidos, esas emociones e impulsos autonomizados -- que sólo nos facilitan para seguirnos repitiendo a nosotros mismos eso mismo que somos ya desde antes-- y generan un constructo de realidad cómodamente ya dado?

3.    ¿Por qué no reventar y explotar de una buena vez? -- ¿Por qué no decirle a la montaña más cercana: -- “Hazte a un lado que quiero pasar”? -- ¿Por qué no saltar ahora mismo desde lo alto de este edificio-- si creo realmente que algún día he de volar? -- ¿Por qué siempre me digo a mí mismo: “No pudiste hoy, pero quizás mañana sí puedas? -- ¿Por qué no desarmarlo todo simplemente ya?

4.    Mas no estoy invocando tu liberación de la creación divina – ni estoy promoviendo tu excelencia sobre la realidad -- ni quiero que arrases todo a tu alrededor como un fuego irresistible.

5.    Has de actuar con la sutileza del Tao, -- haciendo-sin-hacer – con la transparencia del aire y la violencia de la tormenta, -- con la dulzura del amor y la crueldad de la muerte,-- con la inteligencia de la serpiente y el rigor del elefante, -- con la voluntad del tirano y la humildad de la flor.

6.    Porque si abandonas tu hogar—también has de hacerte cargo del hogar vacío.—Porque si dejas de comer carne, -- tendrás que atender a las demandas de tu organismo; -- si caminas, -- tendrás que pisar el pasto; -- si meditas,-- ¿quién se beneficiará y quién se perjudicará?;-- si mueves la mano derecha en lugar de la izquierda-- ¿qué acontecerá con aquello que dejaste de hacer con la izquierda?—Cuando tú realizas el acto más insignificante y pequeño, -- o dejas de hacerlo --, también la realidad entera se reajusta y reordena en conformidad con tu mínimo acto, -- y con tus ausencias de actos. – No debes entonces desconocer – que si haces estallar la realidad cotidiana – es porque la realidad te ha permitido hacerlo – tanto como tú le estás imponiendo una reacción en conformidad consigo misma, -- pero ¿en conformidad contigo?

7.    ¿“Estar en conformidad contigo mismo” no es, entonces, – estar en conformidad tú con la realidad que te completa? -- ¿Y si la realidad en vista de su propio orden—necesita el sacrificio de tu voluntad y de tus propias creaciones? -- ¿Y si te exige que no revientes-- cuando tú sólo quieres reventar ya?—Entonces, amigo mío y amiga mía, -- esto te lo confieso en el secreto que guardamos sólo tú y yo—hazte real, para saber cuáles de entre todos tus actos imaginables – son perfecta y real-mente real-izables—y cuáles no son más que distorsiones de realidad producidas por tu máquina de ilusiones. – Hazle saber a esa gran dama Realidad—con firmeza, pero con humildad—que, aunque ella te obligue a algo distinto de lo que tú quieres, – tú también eres en gran medida Ella misma, – de manera que te informe qué cumplirá de tus anhelos para satisfacerse a sí misma.

 

 

 

 

 

 

XXVIII

 

 

 

 

1.    Cuando levantamos nuestros ojos al cielo y contemplamos – como nunca pudo hacerlo ninguno de nuestros ancestros—la inmensidad del Universo – y reconocemos estrellas y galaxias – en las que preferimos creer y hacer como si no existiesen más que otros seres insignificantes -–o mejor incluso, ninguno -- reconocemos un poder inmenso en nuestra capacidad de ver.

2.    Cuando anticipamos con precisión cronométrica el curso de los astros—o proyectamos sin error alguno el edificio más alto del Mundo, -- o creamos el androide más refinado, --o explicamos cada vez con más eficacia y amplitud el universo de la materia, -- entonces yo también me asombro de la inteligencia del humano.

3.    Cuando contemplo la Historia de nuestra especie, -- la grandeza de nuestras obras físicas, -- la maravilla de las creaciones artísticas por todas partes,--  nuestro empuje y capacidad de adaptación al medio ambiente, -- nuestra habilidad creciente de satisfacernos sicológicamente, -- nuestro esfuerzo conciente e inconciente de ser año a año más y mejores en nuestras formas de vivir, -- entonces sé que el humano ha recibido más dones y gracias que ninguna otra creatura de este Mundo.

4.    Pero aun así, con toda esta soberbia y asombrosa condición y evidencia – que me estremece hasta el recogimiento del llanto en la gratitud, – aun así, ningún otro privilegio ni lejanamente semejante se nos concedió, -- ninguna otra facultad, ni maravilla, ni don, ni gracia, ni inteligencia, ni visión, ni saber, ni capacidad, ni arte, ni habilidad, -- ni ningún poder mayor de ser verdadera y completamente esta mismísima realidad—que el AMOR.

5.    El amor es el poder de la gradación infinita. – Aunque los sentimientos puedan ser mera subjetividad, -- el producto aislado de la fábrica química de nuestro cerebro, -- pura autorreferencia egoica, -- distorsión del juicio y del reconocimiento de las cosas, -- aun así, el amor compensa del todo la falsedad y el equívoco de emociones y sensibilidad, -- con su infinito poder de integrar la realidad.

6.    Ningún juicio puede ser más certero y cierto que el juicio del amor.—Ningún acto o evidencia de conciencia puede ser más esplendoroso y omnisciente que la conciencia en el amor. – Ninguna mirada sobre la multiplicidad del Universo, -- ninguna iluminación clarividente sobre arcano más oculto e inaccesible – puede asemejarse al poder de la mirada y de la clarividencia del amor. -- Ningún acto, ningún movimiento, ningún suceso humanos, por más acertados y precisos que puedan acontecer – es algo trascendente, sino sólo la perfección del acto, movimiento y suceso del amor.

7.    Si juzgo la inmoralidad de mi vecino, -- si me hago conciente de la injusticia que sufre el mendigo que me pide, -- si sigo día a día el brote de una flor de ciruelo, -- si puedo comprender el dolor de la pérdida de un hijo, -- si estoy en el lugar preciso donde me necesitarán, o cumplo con aquello que me solicitaron, o me hago imprescindible para que un evento se materialice bien, -- pero no lo vivo en el amor, -- entonces no soy más que otra creatura condicionada por el mero instinto de existir.

8.    El amor nos hace libres para no ser lo que naturalmente somos. – El amor nos impide seguir siendo siempre sólo creaturas en evolución. -- ¡Qué lejos y qué cerca están del amor, amados míos! – ¡Viéndolo no lo ven, oyéndolo no lo oyen, sintiéndolo no lo sienten, nombrándolo no lo nombran!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XXIX

 

 

 

1.    Como olas que avanzan inundando espacios vacíos – veo rodar de lejos un nuevo océano de energía. – Como la nube ardiente de una explosión nuclear se dilata – abrasándolo todo y transformándolo todo en su propia incandescencia, -- así también avanza transformando los mundos cercanos al núcleo de este Universo – un nuevo espíritu divino y material. – Como diluvio de luz y cascada de fuego caerá de lo alto sobre nosotros – sobrepasando todos nuestros rangos de percepción.

2.    Como ondas de alta y baja frecuencia más allá de los rangos conocidos – hará estallar el duro cristal de las almas destempladas – sin saber para ellas de dónde ha venido. – Ningún instrumento, ningún telescopio, censor ni radar advertirá su venida, -- sino como ladrón entrará furtivo hasta el tesoro de los corazones. – Sin un ¡ay! dejarán simplemente de ser, consumidos no sus cuerpos, sino las almas – y no de distinta manera que el cadáver se incinera cuando muere – también una pira cósmica quemará las carnes del espíritu podridas.

3.    Entonces las mentes superiores vibrarán al unísono – como cuerdas de un instrumento espiritual – cantando entre los dedos infinitos de un dios más sutil que todos los otros. – Entonces los átomos de esta nueva materia vibrarán vertiginosos – para saltar a una nueva dimensión de ilimitada energía, -- donde no existirá el espacio vacío – ni distancia entre mónada y mónada.

4.    ¡Y esto no quiero decirte que será mañana – sino a la vuelta de cientos de años, – cuando las espigas humanas se hayan madurado todavía más al sol de la existencia! -- ¡Y no quiero que vayas por aquí sin rumbo, gimiendo y esperando sólo tu fin! – Ya han sido desenmascarados los falsos agoreros del final del mundo. -- ¡Qué fácil me sería a mí también engrosar sus filas – y jugar con tus miedos – y levantar mi mano castigadora – como otrora lo hicieron santones y santas religiones – y los padres amenazando a sus hijos – para enderezarlos!

5.    ¡Yo no quiero mentir ni a ti ni a mí mismo! -- Y no menos que al anochecer puedo afirmar – que el sol volverá a subir por el horizonte, -- así también afirmo lo que aprendo con mis sentidos interiores, -- sutiles sentidos que numerosas veces me han demostrado su honestidad y certeza.

6.    ¡Mira que aunque lejano aún, -- igual que la aurora se empina afirmando sus pálidos dedos sobre el horizonte, -- igual que la brisa tibia y tenue sopla inquieta sin moverse antes de la furibunda tempestad, -- de la misma manera que tu corazón se agita y te abandona el sueño al presentir un evento inminente, -- así debes vivir este paulatino adviento, -- porque aunque lejano, -- tan cercano está que de verdad te requiere!

7.    ¡Mira que no te engañes creyendo que predigo el mismo horror que el apocalipsis, – no por ello éste será menos cierto! -- ¡Soy un espejo que refleja las mismas verdades de todos los registros oraculares, – más preciso y más cierto no más que porque mi espejo se encuentra más cerca de los hechos.-- ¡Mira y vela puramente – como la novia de Jesús esperaba a su novio – como el obrero que embaldosa pacientemente el camino de su propio mañana! -- ¡Mira que este suceso no ha de ser ni bueno ni malo, -- sino simplemente inmensamente superior!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XXX

 

 

 

 

1.    ¡Los niños, esas diminutas pavesas que todavía corretean por la superficie del mundo, chisporroteando por el fuego que en ellos arde desde la gran pira de la profundidad cósmica! -- ¡Si todos supiéramos que hemos venido al mundo como niños para no dejar de brillar! -- ¡Si todos conociéramos cuánta esperanza se ha puesto en cada niño desde la Vida! -- ¡Con cada niño se espera que comience a arder el Mundo entero en el fuego del Amor!

2.    Pero los dejamos consumirse y extinguirse en nuestras oscuras y lóbregas realidades. – Les enseñamos a ser mejores,– acatando nuestras mezquinas normas. – Les enseñamos la verdad, – acostumbrándolos a depender de sus sentidos. – Los hacemos más inteligentes, – encerrándolos en el laberinto del lenguaje verbal-- y obligándolos a contar para manipular el mundo. –Fortalecemos sus sentimientos, -- estimulando sólo sus ramplonas y egocéntricas emociones. – Les damos seguridad en sí mismos, -- a costa de engrandecer su ego y avasallar a los demás. – Los saturamos de conocimientos e información irrelevantes, -- para que olviden sus memorias y saberes ancestrales. -- Les concedemos llegar a ser humanos, -- sólo si renuncian a su profunda y espontánea divinidad.

3.    ¿Educación es esto? -- ¿Enseñanza para qué es esto? -- ¿Dónde hay una sola escuela en el mundo -- en que se nos enseñe a descubrir nuestra humanidad trascendental? -- ¡Despierten niños de la Tierra! -- ¡Ustedes sí, pero no estos cansados, amargados, rutinarios, enfebrecidos, débiles, materializados y obcecados individuos del presente, háganse con el poder! -- ¡La revolución de los niños convoco!-- ¡La transformación del limo, -- la vibración de las aguas, -- el latido del aire y del vacío, -- la consagración del fuego, -- la necesidad del alma!-- ¡He aquí los campos de batalla!-- ¡He aquí la nueva monarquía de los niños!

4.    Y seremos nosotros, -- los maestros humildes y silenciosos, – los caminantes de ciudad en ciudad, – los luceros de la tarde en medio de las montañas, -- los que moriremos antes del fin de este siglo para nacer esta nueva vez como niños entre niños, -- los invocadores de ángeles y serafines, -- los padres traspasados de amor, -- los facilitadores del infinito, -- seremos nosotros la sustancia y la carne para esta nueva niñez.

5.    ¡Levantemos entonces, maestros del mundo, escuelas perdidas entre los cerros, -- entre los valles cubiertos de praderas y cañaverales – a la luz de la luna y del sol y las estrellas! – ¡Eduquemos en un amor nunca visto! – ¡Eduquemos en los sentidos interiores, -- en el desarrollo de los órganos del espíritu, -- en las conexiones con las profundidades del Universo, -- en la divinización del humano a través de la divinización de todas las cosas, -- en el servicio a los demás como realización del sí mismo, -- en la sabiduría de los niños-ancianos, -- en el conocimiento de todas las cosas, -- en la trascendencia y en el infinito! – ¡Eduquemos a los niños – simplemente para que nunca dejen de ser lo que ya son!

6.    ¡Enseñemos a los padres a enseñar a sus hijos! -- ¡Enseñemos a los padres a dejar a un lado su vida gastada y vieja, -- para redescubrir en el poso de sus almas y atormentadas vidas – su sepultado niño interior! -- ¡Acabemos ya con esta mole inútil y autodestructiva de esta manera y forma de ser adultos humanos! -- ¡Enseñemos a los padres a reconocer, valorar y acrecentar el tesoro único que poseen en sus hijos! -- ¡Enseñémonos unos a otros a crear humanidad!

7.    Y serán pocos los que nos presten oídos, hoy. – Y la tortura de ser como siempre somos, -- todavía continuará repitiéndose año tras año. – Y aunque podamos todavía evitarlo, -- ya ves que no lo podremos evitar. – Entonces, no por ello dejaré de llamarte, amada pero infiel Humanidad-- como se llama a aquellos que se van perdiendo tras la bruma, -- aunque ya casi no puedas distinguirlos, -- ni ellos oírte.

 

 

 

 

 

 

 

XXXI

 

 

 

 

1.    ¡Entregadnos las ciudades, soberanos del mundo! -- ¡Traspasadnos el poder de los Estados-- para disolverlo en nosotros todos!-- ¡Confiad en nosotros, los iluminados desde la trascendencia, los señores del mañana, los humildes servidores del Hombre-Mujer! -- ¡Confiad en nosotros, vosotros, pobrecitos de la Tierra, -- pueblos, aldeas y barrios,-- mujeres, hombres, niños, ancianos,--  desconocidos de uno a otro confín!-- ¡Prestad atención que hemos venido a materializar – los anhelos más profundos que palpitan angustiados en vuestras almas!-- ¡Seguidnos los que sufren y temen!-- ¡Seguidnos los que, poseyendo todo lo que necesitan,-- no se poseen a sí mismos!-- ¡Acogednos en vuestros hogares, -- porque no hay paz!-- ¡Tomémonos las calles, las plazas, los espacios públicos!-- ¡Que todo el mundo vea, que todos  oigan y perciban --  que en nosotros no hay mal!-- ¡Que todos sin duda puedan contemplar y escuchar y sentir—que en nosotros no hay egoísmo,-- que nosotros no vivimos una ilusión!-- ¡Que todos conozcan, por fin,-- la revolución total sin violencia!

2.    ¿Cuántas ciudades del mundo estarán dispuestas verdaderamente—a entregarse a la revolución del amor? -- ¿En cuántos habrá la valentía y la conciencia suficientes, -- para reconocer que debemos comenzar de nuevo la historia del Mundo? -- ¡Más aún, ¿que es preciso volver a nacer cada uno en vida?!—Y todavía más, ¿que tendremos que morir en este cuerpo agotado y anquilosado – para volver a nacer con nuevos bríos?

3.    ¿Cuántos encubiertos amos y esclavizadores de otros, -- se negarán a ceder su poder?-- ¿Cuántos enriquecidos, llenos de sí, lujuriosos, consumidores, indiferentes, inconcientes, violentos, materialistas,-- cederán su exceso, su riqueza, su potencial, -- en beneficio de los que poseen menos y casi nada?-- ¿Cuántos no verán en Evangelium, en la revolución del Amor, en la propuesta de los dioses, -- nada más que una insulsa utopía?-- ¿Cuántos no sonreirán y endurecerán sus corazones escépticos,-- para exclamar simplemente: “¡Otro más!”?

4.    ¡A mí no me importaría ser meramente otro más:-- otro Buda, otro Cristo, otro Francisco de Asís, otro Gandhi, otro Luther King, otra Teresa de Jesús!-- ¡Pero nuestro tiempo se acabó, hermanitos y hermanitas míos!-- ¡Hemos colmado la Tierra, a punto de reventar!—Hemos llenado el espacio vital,-- demasiadas bocas que alimentar, demasiada violencia y consumo de los recursos naturales, --devastación por todas partes del medio ambiente, -- armas nucleares y sus desechos repartidos por toda la Tierra, -- incapacidad de existir sin la tecnología, --insania y más insania de una u  otra forma,-- sin suficiente conciencia ni consecuente voluntad de reparación.

5.    Y es que para volver atrás—sólo es posible hacerlo – trascendiéndonos a nosotros mismos, -- reconociendo nuestra cadena de errores desde el principio mismo de la Historia. -- ¿Cómo no ver que la Naturaleza nos había puesto en la cima de la escala animal—como los más perfectos depredadores? – ¿Pero que aquello no era más que el inicio mínimo de nuestra evolución? -- ¿Cómo no ver, ciegos, que Ella esperaba hace cientos de miles de años—que superásemos nuestros condicionamientos a destruir, a reproducirnos y dormir, -- a través, en cambio, de la transformación del Espíritu?-- ¡Cientos de miles de años repitiendo neciamente los mismos errores, sin salir siquiera del punto de partida,—para llevarlos ahora hasta su completa y máxima expresión!-- ¡Cientos de miles de años ha sido paciente el verdadero Dios con nosotros, -- sólo enviándonos amorosamente a tu “otro más”!—¡Pero tú, Humanidad Infiel,  has sido voluntariosamente incapaz de comprender el bien sin violencia, la razón sin violencia, la verdad sin violencia, la justicia sin violencia, la paz sin violencia, el amor sin violencia!-- ¿Cómo podrías entonces haber conocido a Dios en su verdadero amor?

6.    ¡Es el tiempo y la hora de reaccionar!-- ¡Porque es el último tiempo y la última hora!—Y aunque millones y millones aguarden el final en medio del festín del éxito humano—hipando de borrachos y ahítos, -- uno tras otro vendrán los entristecidos por las veredas sin nombre en un éxodo doloroso, -- tras de nosotros, los Moisés y Noés de la nueva Era.--  Y aunque la muerte nos alcance donde quiera que nos encontremos, -- moriremos en paz, haciendo lo que verdaderamente debemos:-- trascender.

7.    Y unos tras otros crearemos aquí y allá las comunidades de la Nueva Humanidad, -- solidarios, optimistas, generosos, servidores, amantes.—Y aunque muchas de nuestras aldeas sucumban—arrasadas por el lodo y las aguas,-- o el fuego y la sequía, -- o el hambre y las enfermedades,-- o el odio y la crueldad de los que asesinarán sin escrúpulos hasta por un pedazo de pan,-- de ellas mismas y sólo de ellas surgirán en el renovado mañana del Mundo, -- las luminosas perfectas ciudades de dioses niños  humanos.

 

 

 

 

 

 

 

 

XXXII

 

 

 

1.           Estamos genética y psíquicamente constituidos para experimentar y conocer mayormente el entorno terráqueo, pero no estamos constituidos para experimentar ni conocer lo que alcanzamos a percibir ingenuamente como el Universo.

2.           ¿Quieres iniciar tu autocreación para iniciar tu transformación y metamorfosis que te permitan avanzar hacia el Verdadero Universo, eso que tus antiguas sabidurías llamaron el CIELO DE DIOS?... Entonces, ¡AMA!...

3.           Porque tus Ciencias orgullosas y matemáticamente demostradas saben y sabrán nunca más que lo que tus ancestros inspirados conocieron de eso que ahora tus eruditos universitarios llaman tartamudeando y golpeándose entre sí la espalda, EL UNIVERSO.

4.           Porque las Ciencias del Hombre no saben AMAR.

5.           Porque la Razón del Hombre no sabe AMAR.

6.           Porque los Instintos del Hombre no saben AMAR.

7.           Porque LOS BENDITOS les inspiraron la epifanía de la palabra amar, y ustedes la llenaron de una constelación de minúsculos sentimientos y emociones, de idealizaciones deformes, de trivialidad y rutina, de egoísmo, hasta que quedó convertida en un estropajo de uso diario, con el que ornamentas y lustras cualquier cosa.

8.           Porque LOS BENDITOS les enviaron al hombre del Amor—y ustedes lo crucificaron.

 

 

 

 

 

 

 

XXXIII

 

 

 

 

1.    ¿Dónde estás tú?-- ¿Dónde tu observador que me observa?-- ¿El que me escucha, de dónde me escucha?-- ¿Por qué sientes lo que sientes de mí?-- ¿Por qué piensas lo que piensas de mí?-- ¿Eso eres tú, de donde me experimentas?-- ¿Por qué crees sin más que eso que se te viene a la conciencia eres tú mismo?—Es verdad que en alguna medida eso eres tú mismo.—Pero, en realidad, eres infinitamente más.   

2.    Hemos llegado a reconocernos sólo en esto que hay en nuestro estado de mente, en nuestra mente misma.—Hemos llegado a identificar nuestra mente toda con esto que hay, --con los contenidos que se materializan y toman existencia en  nuestra conciencia.—Ya lo que se ensombrece y se oculta en nuestro inconciente,-- difícilmente lo constatamos como un hay,-- como extensión e identidad de mi propio yo.-- ¿Por qué no extender nuestra experiencia de conciencia y nuestra propia identidad a los contenidos y experiencias de mente del inconciente?-- ¡Cuánto no es ya nuestra propia experiencia conciente,-- nuestra precaria identidad de un yo conciente,-- en su mayor medida simplemente una prolongación de causas y procesos inconcientes para la conciencia!-- ¡Y yo con tanto orgullo me digo a mí mismo y al mundo: ¡yo!, --como si fuese verdaderamente libre y causa de mí mismo!—Entonces, yo soy realmente un poquito aquello de mí respecto de lo cual me comporto verdaderamente como señor conciente  y voluntad conciente,-- pero soy más aún aquello de mí mismo que vive y actúa sobre mi propia conciencia desde el inconciente;-- pero sobre todo, y más incluso de todo lo que me pueda representar, soy aquello de mí mismo que es pura virtualidad,-- posibilidades infinitas de ser, -- trascendencia ultérrima de mí mismo,-- y a las que generalmente con grandes  dificultades y esfuerzo puedo acceder con mi conciencia.

3.    De la misma manera que cuando miro un lago de oscura superficie veo reflejada en su superficie el cielo,-- y entonces el cielo me esconde el lago.—Pero si me sumerjo en sus frescas aguas hacia las profundidades, arrastrado  por una singular llamada,-- allí me encuentro con un cielo de agua, más cierto y más verde que aquel cielo de afuera, reflejado desde aquí; -- entonces, por fin, girando hacia todos los lados, ya comprendo pasado, presente y futuro,-- y me contemplo en todos los cielos más allá de toda frontera y relación.   

4.    La conciencia desde la que me experimentas ahora no es  más chata y plana que la superficie blanca de un papel.-- ¡Vuélvete sobre ti mismo!-- ¡Pliégate y córtate en mil pedazos!-- ¡Reconoce tus fragmentos!—¡Reúne sus partes de infinitas otras maneras!-- ¡Ajústalas a los infinitos y sublimes pliegues y relieves del universo!-- ¡Entonces podrás comenzar a experimentar lo que yo experimento, -- y a comprender lo que te quiero decir! – Entonces me verás de otra manera, -- me escucharás de otra manera, -- me sentirás de otra manera, -- me pensarás de otra manera.

5.    Y ya no concebirás imposible Evangelium. —Ya no podrás detenerte de caminar hacia la estrella de Sirio.—Ya no podrás dejar de llorar y reír  a cada instante.—Ya me buscarás – como se busca el báculo y el avío para el itinerante.—Ya habrás alcanzado la condición de co-creador. 

6.    Y, sin embargo, has de trabajar para ello, -- de sol a sol, como lo hacen el sol y la luna.—Has de tener la constancia de  Sísifo, -- para volver a levantar aquello que día a día dejarás caer sobre ti mismo, sin querer.—Has de iluminar las cien mil grutas de tu laberinto, una a una,-- hasta encenderlas todas.—Has de llorar tantas noches frustrado por el resultado de tu día,-- para renacer a la aurora siguiente con las fuerzas obtenidas de un sueño-- que seguramente habrás olvidado al despertar.—Gemirás y te arrastrarás por el trabajo y las calles interminables.—Herirás tu piel y tu carne, mirarás el encanto de las bellas formas, embrutecerás tu inteligencia, sentirás las más intensas y perturbadoras emociones,-- ¿y aun así querrás seguir adelante?-- ¿Aun así mantendrás viva nuestra experiencia?—¿O me dejarás seguir solo y sin ti?

7.    ¡Cuanto más perturbadoras y cautivantes son las ilusiones variadas de este plano de conciencia y realidad, -- más intenso y perturbador es el alarido que viene subiendo y sale de mi boca!       

 

 

 

 

 

 

 

XXXIV

 

 

 

 

1.    La naturaleza humana está naturalmente constituida sobre un principio antitético y dialéctico. – Como ha dicho Heráclito – el universo de todas las cosas – es una armonía de tensiones opuestas. – Cuando un polo se extrema, -- el otro se tensa con la misma intensidad.

2.    En esta época de máximo materialismo, -- es natural que se produzca una proporcionada reacción -- en forma de una máxima espiritualidad. – A un máximo hedonismo, -- un máximo sacrificio; -- a una máxima dispersión, -- una máxima concentración; -- a una máxima inmoralidad, -- una virtud perfecta; -- a una máxima inconciencia y estupidez, -- una completa clarividencia; -- a un máximo egoísmo, -- un total desapego; -- a un máximo individualismo, -- un total altruismo; -- a un máximo escepticismo, -- el encuentro con Dios.

3.    Por eso te pido el máximo,-- porque ya no es el tiempo de medianías ni inconsecuencias.—Si en otra época Jesús el Nazareno pidió a uno cargar su cruz y seguirlo,-- tanto más ahora necesitamos ya no cargar su cruz,-- sino vivir la plenitud de su resurrexión.—Insuficiente es ya el sacrificio de los cristianos:-- ¡resurrexión divina y trascendencia extrema necesitamos!;-- ¡glorificación y no menos!—No más ciencia y sentido común,-- sino milagros.—No más pequeñas obras de amor y buena voluntad y de fe, --sino  el Amor, la Voluntad y la  Fe.

4.    Y te exijo actuar sin violencia,-- aunque debamos realizar la máxima violencia.—Y te exijo abandonar toda traba, todo lastre, toda limitación que te impida trascender,-- pero sin dejar de ser responsable de aquello que dejas.--  ¡Ya no es posible trascender, -- sin un abandono radical, sin una transformación radical, -- como la savia que deja al vegetal hasta secarse!—Sin violencia, sin resentimiento, sin siquiera intención de dañarlas,-- abandonaremos peregrinos por cientos y miles las ciudades,-- hasta que sucumban de inanición de nosotros.

5.    Y si nos arrastrasen de regreso por las calles, -- y nos juzgasen culpables con sus leyes impías,-- y nos encerrasen en sus cárceles,-- y nos impusieran una vez más sus cadenas con todo tipo de torturas,-- seguiríamos trascendiendo,-- aun a costa de nuestras vidas,--  hacia donde nadie nos impedirá llegar,-- y desde donde volveremos una y otra vez,-- hasta consumar la transformación de los universos que ya empezamos.

6.    ¡Nos llamarán fanáticos, herejes y locos!—Se burlarán de nuestras ideas, de nuestras visiones, de nuestro estúpido amor.-- ¿Cómo podría ser de otra manera,-- si es tanta la distancia y diferencia que hoy separa a la Humanidad de su futuro?—¡Si es tanta la inmensa diferencia entre lo que hemos llegado a ser—y lo que podríamos haber sido!-- ¡Somos libres, pero no tanto!-- ¡Somos libres para elegir el error y la contumacia—un número limitado de veces!—Somos libres para elegir posibilidades de ser,-- que nos resistimos a elegir.—Tenemos tantas posibilidades de ser otros,-- pero preferimos negar esa libertad.—Tenemos cegueras, tenemos apegos, tenemos hábitos, tenemos impulsos, tenemos estabilidades y confianzas comprometidas, tenemos bienes,-- tenemos incluso el autoconsuelo de ser imperfectos, -- para no cambiar completamente y trascender. – ¡Somos libres de dejar de ser libres!... ¡Ay, ay!...

7.    ¿Quién o qué podría sacarnos de este marasmo, de este sólido mundo, de esta imperturbable ilusión? -- ¡No tú ni yo,-- sino la misma matriz dentro de la cual estamos hasta ahora cómodamente soñando y soñando!... ¡Incluso soñando que DESTRUIMOS Y DESTRUIMOS!

 

 

 

 

 

 

 

 

XXXV

 

 

 

 

1.    A nadie se le debiera negar un pedazo de tierra para vivir. —Nadie debiera ser propietario de nada.—Nadie debiera negarse a compartir lo que tiene, -- a ayudar al que necesita ayuda,-- a proteger al más débil,-- a comprender y perdonar al que se equivoca.

2.    Y aunque nadie fuese dueño ni propietario de nada,-- todos debiéramos administrar un trozo de mundo,-- y un pedazo de existencia,—de la misma manera que todos somos administradores de nuestro cuerpo y mente,-- pero no dueños.—Todos debiéramos ser responsables de todo,-- pero muchísimo más de aquello que convengamos aceptar bajo nuestra tutela.—Ni dueños de nuestros hijos,-- sino tutores;-- ni propietarios legales de nuestro cónyuge,-- sino socios.--  No países, no fronteras ni exclusiones,-- sino un solo Mundo.—Ni dueños de nuestras vidas,--sino almas encarnadas.--  Porque pasamos por la vida y la existencia—como viajeros y sembradores;-- porque si tomamos para nosotros aun lo más pequeño de ella,-- es para volver a darlo a ella cuanto antes—multiplicado y recreado en nuestro interior-exterior.

3.    Y debiéramos sufrir con gusto y hasta la obsesión, -- si ésa fuese una manera eficaz de ponernos verdaderamente en el lugar del otro, -- si ésa fuese una manera eficaz de ampliar nuestra propia conciencia, -- si así no pudiésemos ni un instante abandonar nuestro imperativo de la trascendencia, -- si así nos volviésemos verdaderamente humildes, agradecidos y amantes de todos y TODO. -- ¿O tendremos que, todavía más, esperar la Muerte?

4.    ¿A qué sentimiento humano apelaré para reconocernos al fin una sola Humanidad—como un solo individuo?-- ¿Lo asimilarás, lo interiorizarás, lo vivirás—a través de la compasión, de la rabia, del deseo sexual, del dolor, de la envidia, del respeto, de la solidaridad, de la utilidad, de la diversión?-- ¡Ya lo sabes—no hay siquiera razones ni argumentos para la inteligencia—que puedan convencerte tanto—de que tú eres realmente la fusión de todos los y de todos los yo y de todos los todos!

5.    Por eso nos pidió Jesús negarnos cada uno, -- porque en nuestra ancestral dureza de alma, -- sólo así somos capaces de encontrarnos con los otros, -- y reconocernos yo en el otro. —Porque negándonos en beneficio del otro, -- inevitablemente acabamos reencontrando nuestro propio yo en el otro y por el otro y con el otro.

6.    ¡Qué difícil, qué desgarradoramente doloroso, sin embargo, -- qué decepcionante se nos hace amar al otro, -- cuando éste nos rechaza en nuestro amor, -- y nos maltrata, -- y nos ignora, -- y nos desprecia, -- y nos malinterpreta, -- y nos traiciona, -- hasta llegar incluso a odiar nuestro amor!

7.    Pero, ¿cómo dejar de amar-- si nuestro sentimiento es amor?—Entonces ya no insistas en esa forma de amor que te rechazó, que te maltrató, que te ignoró, que te despreció, que te malinterpretó, -- porque el amor incluso cuida la voluntad y el ser del amado.-- ¡Ámalo de otras infinitas maneras!– Las emociones humanas hasta ahora son apenas respuestas animalescas e instintivas a los cambios del medio ambiente y a la interacción amenazante o provechosa de los OTROS. – Las emociones humanas están apenas en su inicio evolutivo para el AMOR. -- ¡Sorpréndete a ti mismo!, ¡crea en ti misma nuevas emociones para el AMOR!

 

 

 

 

 

 

 

 

XXXVI

 

 

 

 

1.    Y aunque no ocurriese ninguna catástrofe mundial, -- y aunque el sistema económico y energético global no colapsase, -- y aunque fuésemos capaces de crecer, y crecer demográficamente sin alcanzar el caos, -- y, por último, aunque Dios no existiese, -- aun así, podemos y debemos intervenir y trascender inmensa y profundamente nuestra precaria humanidad.

2.    Ni siquiera los cristianos,-- esos que se bautizan a sí mismos como discípulos de Jesús el Cristo – y como hijos de Dios,-- pudieron en dos mil años de oportunidades – transformar y trascenderse a sí mismos,-- y mucho menos al Mundo.—Ahora puedes ver a muchos todavía cargados de poder y riqueza,-- comulgando en sus templos con sacramentos de pretendida trascendencia,-- y con dificultad y repugnancia estirando su mano al salir de allí,-- para entregar una miserable moneda al mendigo intocable que en la calle le pide, sin saberlo ni pedirlo,-- algo más que una moneda...-- ¿Qué cristiano es capaz de poner sin rabia—una y otra vez la otra mejilla?-- ¿Qué cristiano es capaz de ceder todos sus bienes a los pobres—y seguir desnudo a Cristo?—¿Qué cristiano es capaz de decirle a un muerto: “Levántate y anda”?-- ¿Qué cristiano con poder ha ejercido ese poder—con el amor y la eficacia de un verdadero “hijo de Dios”?

3.    ¿Será algún cristiano tan honesto—para reconocer que mi Jesús y mi mensaje – son tanto más cristianos que los suyos?-- ¿Será algún cristiano tan honesto – para reconocer que hay demasiado de Jesús en mí?-- ¿Habrá algún cristiano, algún budista, algún creyente de cualquier religión o doctrina tan honesto—que de verdad me pueda seguir?

4.    Y todo esto lo digo con pena y con vergüenza y humildad,-- porque sé que me pongo a mí mismo sobre su propia experiencia de Dios,-- y sobre sus sentimientos y valores más sagrados,-- y los avergüenzo a sí mismos,-- y los humillo sin pretenderlo,-- y los refuto públicamente,-- y los provoco.-- ¿Cómo podría enrostrarles de otra manera – la inmensa distancia entre ustedes y mi Jesús—si ustedes de cierta forma lo están crucificando, y lo siguen crucificando?-- ¡Cuando comparo el espíritu y siento sus palabras en cada bombeo de sangre en mi corazón– se parecen tanto a las mías!-- ¡Cuando reviso mis actos y mi vida – no descubro hipocresías ni divagaciones confusas en mi discurso actual!-- ¡En fin!, ¿dónde estaría mi error, dónde el motivo de mi vergüenza, dónde mi debilidad, dónde mi soberbia, dónde mi torpeza, dónde mi ceguera,-- si todo cuanto me mueve es AMOR? – Y donde hubiere error, ¡y lo habrá! – le ofrezco mi humilde entrega de AMOR -- para que yo me corrija, y para ser corregido.

5.    ¡Refuten mi amor, desenmascaren mi amor, condenen mi amor – y sólo entonces reconoceré que soy por completo un error – y un verdadero peligro para ustedes!

6.    Hasta entonces seguiré repitiendo renovadamente al que me quiera escuchar, -- seguiré buscando con una linterna un Hombre, -- seguiré magnificando a mi Dios, -- seguiré empujando a esta pobre Humanidad adonde quiere y no quiere ir.

7.    Y aunque ningún Evangelium ocurriese en el futuro, -- al menos yo habré ocurrido. -- ¿Acaso soy diferente de este mismo Evangelium?

 

 

 

 

 

 

 

 


XXXVII

 

 

 

 

1.    ¡Es tan difícil transformar, modificar un estado de mente!—Dejar de mirar aquello que acostumbramos a mirar;-- no sentir esas emociones que acuden una y otra vez a nosotros;-- modificar los rituales de la mente;-- pensar diferente de lo que pensamos, cómo lo pensamos, por qué lo pensamos y para qué lo pensamos;-- dejar de recordar aquello que repetidamente recordamos,-- o recordar aquello que no recordamos;-- suponer, imaginar, desear—aquello que no suponemos, imaginamos ni deseamos;-- dejar de soñar lo que soñamos—y crear desde la vigilia nuestros propios sueños;-- dejar de ser ese yo que se autoafirma—y se niega a dejar de ser yo;-- transmutarnos en otro,-- incluso en cualquier cosa;-- amar lo que no amamos;-- modificar nuestra conciencia a voluntad.

2.    ¿¡Cómo podría habernos juzgado algún dios tanto antes con dureza;-- cómo podría haber rechazado la Vida—nuestros millones y millones de errores a través de la historia,-- a través de nuestra propia biografía personal!?-- ¡Ni aun ahora se nos condena,-- sino simplemente, conforme a nuestra propia lógica,-- se nos cumple y demuestra:1+1=2!—No importa cuántas veces hayas repetido en tu mente el número uno al pensar esa suma,-- siempre el resultado de la suma será dos.

3.    Pero ya es  la hora de apretar las riendas en tu mano,-- y dirigir tú este loco caballo de tu mente.-- ¿Qué vas a esperar, si no?-- ¿Tu próxima vida, algún milagro, la suerte a tu favor?-- ¡No seas necio, no seas blando como la grasa de tu cuerpo, no seas débil como tu mente!—Y es que siempre es posible situarse con tu conciencia y tu voluntad en un punto más alto que tu propia mente,-- y desdoblado tratarte a ti mismo como a un otro yo.-- ¡Ya sé que no es fácil!—También yo sufro cada día con mis groseras limitaciones y fracasos,-- a pesar de la lucidez que ya me tengo.—Pero también avanzo como el asno que arrastra la carreta hacia arriba de la montaña.—De cada fracaso obtengo una nueva enseñanza, un nuevo impulso, un misterioso y sutil progreso.—Nunca hay que dejar de observar la cima última de nuestros esfuerzos y actos,-- la misma de nuestras pasividades y hastíos en el caminar;-- sólo la meta les da sentido a las trivialidades de nuestra existencia.—Porque cuando tu conciencia dormita, renuncia o se aliena,-- tu inconsciente continúa avanzando para ti.

4.    En tu inconsciente se reúnen los poderes y las potestades más altas del Universo.—En tu inconsciente ya eres todo lo que alguna vez vayas a ser.—En tu inconsciente se entrecruzan todas las encrucijadas de lo posible.—En tu inconsciente hay más puertas y caminos-- que todas las que el espacio físico pueda contener.—En tu inconsciente hay memorias ocultas para tu propio inconsciente.—En tu inconsciente se materializa el infinito y eterno.-- En tu inconsciente eres más que tú mismo.

5.    Cuando quieras cambiar un estado de mente, una condición de conciencia, un rasgo o contenido cualquiera de tu alma,-- sumérgete hacia tu inconsciente.—La personalidad y el carácter y la conciencia y la mente,-- se configuran en las profundidades del inconsciente.—Hundirse en ese sí mismo,-- también es elevarse, ampliarse, aparecerse, transmutarse y co-crear la realidad.—La razón poco o nada tiene que hacer aquí.-- ¿Sabes dejar de lado la razón sin perderte y sin temor?

6.    La razón desanima la sorpresa,-- debilita la vida,-- bloquea el milagro,-- se apodera de la mente,-- pontifica la realidad,-- hace cómplice suyo a la conciencia,-- carece de amor,-- nos intoxica con su juicio y con su juicio moral,-- lo interpreta y justifica todo,-- es soberbia y vanidosa;-- por ello, hasta ahora—la razón ha sido el Hombre.

7.    Entiendo tus temores como entiendo los míos,-- porque acercarse a la inmensidad de los universos,-- despierta nuestro instinto de supervivencia animal.—El miedo siempre nos advierte-- que algo nos puede superar.—El miedo es lúcido,-- pero también cobarde;-- es humilde,-- pero también mezquino;-- es sensato,-- pero empequeñecedor.—El miedo no quiere ceder ni perder nada de lo que siente suyo,-- aunque perdiéndolo pueda ganarlo todo.-- ¿Conoces de verdad tus miedos?—No hay ningún miedo mayor—que entrar lúcidamente en sí mismo— y perderse a sí mismo.

 

 

 

 

 

 

 

XXXVIII

 

 

 

 

1.    Y es a esta necia ilusión que la conciencia se deja esclavizar: — Que la realidad es todo aquello que perciben nuestros sentidos. — Que la realidad es además todo aquello que nuestra mente manifiesta desde sí ante nuestra conciencia. — Y que, por lo tanto, cuanto no entra en nuestra conciencia desde estas dos fuentes de realidad, -- no existe o, por lo menos, nos es inaccesible e innecesario. -- ¡Necia ilusión de todo!

2.    Nos hemos dejado engañar durante tantas épocas y tiempo,-- que ya el salir de esa ilusión nos arrancará la sangre.—Nuestra sangre incluso está contaminada con la mentira de esto fingidamente real.—Porque nos miramos y concebimos unos a otros como unos cuerpos humanos separados;-- porque sentimos y experimentamos nuestras mentes y conciencias-- separadas y aisladas dentro de nuestro cerebro y cráneo.—Observo a otro y le digo “tú”;-- me percibo a mí mismo y me digo “yo”.-- ¡Ay necedad del hombre de todos los tiempos!—Hemos constituido nuestra más instintiva y autoevidente realidad-- desde esta absurda distinción entre el yo y el .

3.    Y no es que mi cuerpo sea igual al tuyo,-- ni tampoco que mi mente y conciencia sean idénticas a las tuyas.—Sino que en un nivel más hondo y amplio de la realidad,-- en un nivel más sutil y distante de tus sentidos y tu conciencia natural,--en un nivel de tu yo  menos básico y material,-- en el nivel desde donde precisamente ahora te estoy experimentando y contemplando,-- no hay un tú ni  un yo, sino un nosotros ilimitadamente unificado.

4.    Si ya no te dejo de experimentar ante todo desde este nosotros,-- incluso si miro tu cuerpo otro—y además me tropiezo con aquello de ti que me molesta,-- aun así, sin ser yo tu cuerpo ni tus miserias,-- también y ante todo te experimento en tu cuerpo y tus miserias,-- como mi cuerpo y mis miserias.—Entonces cómo no gritarte:-- ¡Hermano!—Y tú podrás responderme con otro alarido desde otro muy distinto lugar:-- “¡Yo no soy tu hermano, animal!”—Mas no por ello dejarás de ser en el fondo de tu ser ahogado—mi hermano, como Caín y Abel.

5.    Si pudieras venir hasta donde yo me encuentro ahora, hermano,-- comprenderías incluso que nuestro nosotros no se completa siquiera en nuestra propia y exclusiva humanidad,-- sino que nuestra identidad se unifica incluso con todas las cosas.—Te estremecerías, hermano, desde tu mismísima raíz unificada con el Universo completo,-- y ya nada volvería a ser conocido ni experimentado como antes,-- como nunca antes en la Historia del Mundo.—Así también lo vivió Francisco de Asís:-- ¡Hermano sol, hermana luna!

6.    Y cuando ya nos reconozcamos unos a otros hermanos y mismos y uno,-- entonces terminarás de una buena vez con esas mezquindades tuyas;-- con esa llamarada de deseos y autosatisfacción de un yo absurda e ilusoriamente único.—Entonces ya no podrás burlarte del mal y del sufrimiento ajenos,-- ni pasar delante del otro sin verlo,-- ni podrás nunca más ser indiferente al hambre, a la injusticia, a la alegría, a las esperanzas, al esfuerzo, a las debilidades, a la muerte, al silencio, al miedo, a las carencias, a la ignorancia y a todo, completamente todo,-- de todos nosotros.

7.    ¡Ven, hermano mío, hermana mía!-- ¿Por qué negarte a la verdad más grande que el mismísimo cielo?-- ¿Cuál será esta vez tu excusa—para seguir viviendo la ilusión de tu yo?-- ¿No ves que pronto todas las realidades van a vibrar con un estremecimiento nuevo,-- y nadie va a quedar sonámbulo caminando sobre esta tierra?--¿Cómo te elevarás entonces junto a mí,-- si entonces descubrirás que careces de brazos y piernas?

 

 

 

 

 


XXXIX

 

 

 

 

1.    Nada queda en el pasado para morir, para desaparecer, para no ser.—Todo presente se transforma en pasado,-- y todo pasado deviene futuro.—Porque ninguna esencia, ninguna mónada, ningún ser—interrumpe nunca su evolución, su transformación continua—hacia el infinito.—Muere la forma del presente y del pasado,-- pero nada de su sustancia.—Todo avanza—sin jamás detenerse ni interrumpirse;-- sólo las formas y figuras en la materia—cambian de dimensión—y desaparecen de ésta,-- para perderse en otros tiempos inmemoriales.

2.    Hay un yo que es una esencia, una mónada,-- aunque compuesta de muchos yos que se transforman.—Por ello, nunca muere,-- ni cambia nunca su dirección al infinito futuro.—Las cosas, el Universo, son ante todo esencias—para nuestro yo monádico.—Todos los yos, todas las cosas en el  Universo, todas las esencias y sus accidentes, todos los Universos—son como gotas dentro de un mismo río,-- que descienden hacia el mar del Infinito.

3.    Este Universo no es más que uno entre infinitos Universos.—Este presente no es más que un tiempo entre infinitos tiempos.—Infinitos tiempos, infinitos espacios,-- que son Uno e Innumerables,-- inconmensurables para la razón natural humana.—Un solo Dios, demasiado divino,-- para infinitos dioses—para infinitos Universos.

4.    Este Universo sigue un curso determinado de evolución.—Sin embargo, son innumerables las formas que se desvían y separan de este curso universal.—El Universo que percibimos material—sigue su curso predeterminado de evolución—desde aquello que ingenuamente llamamos el principio—hacia aquello que ingenuamente denominamos el futuro final.—La mente humana se debate por liberarse de este curso predeterminado,-- antes inconcientemente,-- desde ahora, con plena conciencia.-- ¡Ese día seremos dioses!

5.    Hay un yo monádico para este Universo.—Incluso trascender nuestro yo monádico es nuestra infinita tarea.—Sólo la más pura intuición puede caracterizar esta trascendencia.—No hay cerebro que pueda evitar la superación.—Conectarte con tu yo monádico—no siendo tarea para humanos rutinarios y repetitivos—es una de las misiones propuestas para cada humano encarnado.-- ¡Urgente para mí!,-- ¿tal como para ti?

6.    Y entonces suplicarás devocionalmente:-- “¿Cómo, cómo hacerlo, cómo lograrlo?

7.    Sigue maestros interiores, maestros divinos y maestros humanos—porque como el marinero buscaba entre las estrellas su orientación—así también te hemos repartido las necesarias constelaciones que te guiarán—en este tránsito decisivo.—Nuevos maestros con nuevas enseñanzas,-- con nuevos poderes,-- te estamos levantando por toda la Tierra—desde el fondo del Universo.—Sólo presta atención a la estrella fugaz que cruzará por tu cielo—y ve tras ella.

8.    Vida, muerte, sueño, infinito, eternidad,-- avanza por allí como un solo todo.—Yo, tú, nosotros, seres de todos los mundos, dioses, Ser,-- encuéntrate allí como un solo TODO.

 

 

 

 

 

 

 


XL

 

 

 

 

1.    La principal actividad de todo ser humano durante su vida y en el mundo – debiera ser NO el trabajo,-- sino la transformación y desarrollo de sí mismo para la transformación y el desarrollo de la Humanidad.—La sociedad entera debiera estar centrada en el perfeccionamiento de cada individuo.—No la producción,-- sino la creación de mundos mentales únicos en agregación a los mundos conectivos.—No la dominación ni apropiación de nada,-- sino la integración y espiritualización de todo. -- ¡Esta labor!

2.    El otro trabajo no habría de ser entonces – más que el tiempo mínimo y necesario para la subsistencia y conservación de las funciones básicas del individuo y la sociedad.—No habría ya patrones ni empleados,-- ni dueños ni clientes,-- ni poderosos ni débiles,-- ni productores ni ladrones,-- ni privilegiados, ni excluidos de nada.

3.    Toda otra actividad, por más beneficiosa incluso para nuestras necesidades básicas de subsistencia,-- pero surgida del desarrollo y transformación personales,-- no habría de ser reconocida como trabajo,-- sino simplemente como acción del espíritu y transmutación de la materia en evolución.

4.    No habría ya más índices de producción, de crecimiento, de endeudamiento.—No habría ya más rankings de nada,--  ni competencias para ponerle el pie encima a otro.—No habría bienes de consumo,-- no engaños de publicidad ni manipulación masiva de conciencias para satisfacción de algunos.—No más necesidades ficticias, ni inventadas perversamente;-- no más vanidades ni deseos fútiles;-- no más depender de esta cultura de los sentidos, de las formas, de los impulsos barbáricos.—No más humanidad, la misma de los últimos doce mil años.—No más trabajo de esclavitud.

5.    Entonces la Tierra resplandecería en el espacio oscuro—más hermosa y brillante que una estrella,-- a la vista de nuestros universales espectadores.—Entonces nuestros propios cuerpos brillarían—por la intensidad de nuestras almas,-- en una cadena sin fin.—Entonces se nos abrirían las flores misteriosas del Universo—como jardín llovido de primavera—esas flores para las que ahora no tenemos olfato, visión, ni sentidos.

6.  Pero ahora veo tu rostro triste y lacrimoso vuelto hacia mí—para decirme apesadumbrado:-- “¿Cómo  podría llegar a suceder esto?--  ¿Cómo podría compartir esta convicción—con quienes carecen de voluntad y capacidad de cambio;-- con quienes carecen  de conciencia suficiente—para alcanzar esta necesaria Conciencia?”

7.    Te respondo:-- primero, simplemente ámalo.—Luego, hazlo todo lo más que puedas-- dentro de tu radio de libertad y de acción.—Finalmente, deja que la Vida complete su parte y tu parte.—También nuestra responsabilidad por los demás—acaba tristemente dentro de ciertos límites.

8.    Así pues, cuando lleguen cien humanos sin techo—a golpear llorando la puerta de tu modesta casa,-- déjalos pasar, aunque ni siquiera quepan todos,—y como aun así ninguno de ellos querrá moverse de tu morada,-- vete de allí para vivir en soledad.—Los humanos ni siquiera poseen conciencia del prójimo para pedir compasión.

9.    Tanto es el dolor en el Mundo—que si hubieses abierto tu corazón y tu vida a todo él,-- hace mucho tiempo  habrías ya muerto asfixiado de dolor.—Aun así, cada uno está sufriendo y viviéndolo por toda la Humanidad.—Sólo debes reconocer tu forma  y tu límite.

10.¡Ama el dolor, aunque debas evitarlo!

 

 

 

 

XLI

 

 

 

 

1.    Cuando se penetra profundamente en otros niveles de realidad—se descubre que también somos capaces de otras percepciones y facultades más directas, precisas y ciertas—que las captaciones de nuestros sentidos.—Que hay intuiciones más certeras—que todas las dubitativas creencias y saberes humanos.—Que hay entendimientos más lógicos—que todos los razonamientos generables por nuestra razón.—Que hay evidencias más impactantes—que toda la conciencia de que seamos capaces.

2.    No te pido que renuncies o desvalorices o anules tus palabras, ni tu razón, ni tus sentidos, ni tus emociones, ni tu fe, ni tu memoria.-- ¿Con qué te quedarías—si ahora no eres más que eso?-- ¿Qué harías? ¿Adónde irías?-- ¿Sobre qué vehículo de tu mente y de tu ser podrías siquiera moverte?-- ¡Quedaría tu vacío inerte—como tantos que han dejado de creer en cada cosa de sí y fuera de sí!

3.    Mejor es que te pida—que multipliques tus lenguajes,-- que a la razón le enseñes a ser sierva,-- que tus sentidos se transfiguren con tu luz interior y con las percepciones de tu espíritu,-- que tus emociones se vacíen en el océano de tus sentimientos puros transmontanos,-- que tu memoria se abra a todos los tiempos posibles para tu memoria sin tiempo.—Que tu fe mueva granitos de arena y no montañas. -- ¡Busca entonces la Iluminación – o como quieras llamarlo!

4.    Y aunque no te pida renuncia, desvalorización ni anulación—terribles motivos de temor y desconfianza--, otro miedo te paralizará—contra el que has de acometer sin piedad,-- concentrado en la acción de la certidumbre de tu espíritu; -- contra el terror a tu propia transfiguración.

5.    Y quisiera—de volver a nacer en este Mundo—encontrarme ya de niño con estas sabias palabras—para guiarme mejor de cuanto lo hicieron todas las sabias anteriores.—De haber habido las que aquí logro articular, mi camino habría sido más recto—como el curso pronto de una saeta—que desde el inicio conoce su camino y su blanco.—Pero no angustiosamente zigzagueante—y hasta a veces circular sin superar mi karma—como fue mi curso durante mi juventud y adultez—ansiosa de leer en los cielos, en las aguas, en los campos, en los libros y en mi propio corazón—palabras claras, oráculos precisos para estos tiempos y los próximos doscientos años,—y no mensajes ya cumplidos o necesitados de humanidades pasadas y resistentes al futuro.—Porque aun lo más verdadero manifestado para el Hombre—después de un tiempo debido—deja de serlo – para comenzar a apagarse lentamente como la energía y la luz de un sol moribundo.

6.    No hubo padres, no hubo amigos, no maestros educadores,-- sino páginas y páginas escritas por sabios de otras épocas—para otros mundos que el mío.—Y aunque Tú me vigilabas atento—y me tronabas cuando mi cielo se había vuelto demasiado opaco y natural—o trazabas esos mágicos signos que con alguna dificultad iba yo descifrando—sin llegar nunca a asimilarlos por completo,-- mi deseo de transfiguración nunca logró hallar los senderos profundos, invisibles—para materializarse,-- para no correr como un bruto torpemente un camino no trazado—ni por momentos enloquecer  en el camino invisible.

7.    Por esto, yo te escribo a ti—y a mí mismo—para, reconociendo mi fructuosa experiencia,-- avances sobre la huella de mis pasos,-- reconocimiento humilde de nuestra naturaleza humana terriblemente extraviada,-- creando tus propias experiencias de AMOR.

 

 

 

 

 

 

XLII

 

 

 

 

1.    Jesús y Buda nos ofrecieron libertad—nos reclamaron libertad.—Los Maestros experimentaron nuestra condición de esclavos.—Somos inmensamente más esclavos—que los obreros de las pirámides egipcias,-- que los esclavos de la Roma imperial,-- que los hombres y mujeres negras de los cafetales de Brasil.—Somos completos esclavos de mente, de alma y de intelecto,-- aunque no hay poder alguno capaz de esclavizarnos—ni conservarnos esclavos,-- si nuestro espíritu y voluntad no quieren.

2.    Todos los códigos legales y morales del mundo humano—rechazan la esclavitud del cuerpo,-- pero todos silencian o ignoran cuán esclavizadores y esclavos—somos cada uno de nuestras propias mentes, de nuestro propio yo—y de todos los demás.

3.    Se defienden tantas pequeñas e importantes libertades:-- de pensamiento, de expresión, de movimiento, de libertad política, de libertad social, de libertad económica,-- pero si no hay libertad de espíritu—todas esas necesarias libertades se convierten—en las más sutiles y completas esclavizadoras,-- en las hermosas más tiranas del espíritu libre.

4.    Sólo hay verdadera libertad de espíritu—en la verdadera Iluminación.

5.    Pero ¿cómo hablar de libertad—a quien se encuentra tan completamente esclavo—que se siente libre?-- ¡Ah, paradoja de la mente!—Bastaría ponerle a aquél un grillete en la garganta para que grite: “¡Esclavo soy, libérenme!”—Y en su delirio de libertad, no obstante,-- mira al cielo y desconfía,-- ve a un recién nacido y a un difunto--  y se estremece sin explicación.—Mas pronto se tranquiliza—por las voces de los máximos esclavizadores que afirman: “Todo lo inexplicable—será explicado por el desarrollo de la ciencia.—Todo lo ineluctable y avasallador del Hombre—será conocido y dominado por nuestro poder siempre creciente.”—Al fin, todas sus esclavitudes se sintetizan—en la esclavitud de la conciencia.

6.    Pero tú—que me escuchas entre sueños,-- y alcanzas a intuir la diferencia entre tu ensueño—y la libertad,-- tú—a quien de no gritarle al oído,-- a quien de no mostrarle terribles, sublimes e impactantes imágenes,-- a quien de no magnetizar con esta nueva fuerza que comienza a afluir de mí—simplemente volvería a caer en el profundo sueño de la Humanidad globalizada—y a dormirse en la paz de la muerte en vida,-- ¡tú, despierta!-- ¡Tú, tensa tu espíritu—como un arco que se prepara para su flecha!-- ¡Tú, revuélvete dentro de ti,-- como cuando te esfuerzas en abrir los ojos durante una insoportable pesadilla!-- ¡Tú gime y grita—para que tu Padre corra a tu lado!-- ¡!

7.    Y en el preciso mañana—de uno a otro confín—estallará la Luz,-- infinita y tanta Luz—que sólo la Oscuridad por ahora puede contener.

 

 

 

 

 

 

XLIII

 

 

 

 

1.    ¡Atreverse, osar, lanzarse sin temor o con temor,-- pero con la más inexorable resolución de Voluntad!...—Cuando la voluntad se funde con  la luz de la conciencia;-- cuando la luz de la conciencia se colma hasta desbordarse—con la presencia de todos los seres del universo;-- cuando la infinitud de la realidad es inoculada como por un aguijón—hasta lo más hondo de nuestro ser—igual que un brillante y desconocido pigmento lo tiñe resplandeciendo todo,-- así por mi voluntad de romper, de violentar, de alterar, de arriesgar, de aislar, de subvertir, de desvalorar, de morir y de matar, de renunciar, de sorprender, de destruir y reconstruir, de vaciar, de desaparecer,-- pero de reír y reír y reír por sobre todo, -- podré entonces realizar todo lo que debo realizar,-- como el dios omnipotente que soy: ¡AMOR!

2.    No con la inteligencia, no con la certeza, no con la comprensión, no con la palabra;-- no con la imaginación, no con el deseo, no con el corazón, no con la fe;-- no con el empuje simple y directo de la acción, no con el cuerpo, no con la sociedad, no con la coacción; no con la amistad, no con el deber, no con la gratitud, no con el paternalismo.—Tantos más son aún los perturbadores y distorsionadores de  la voluntad en conciencia,-- instalados a tu alrededor, listos para estallar—como un campo minado.

3.    Para avanzar y salir de allí ileso—se requiere la habilidad del bailarín y del levitador.—Para avanzar y salir de allí ileso—se requiere la más intensa autosugestión—para no sentir el dolor de los miembros que revientan amputados.—Avanzar y salir de allí ileso—precisa un nuevo acto de magia para cada día.

4.    ¡Cuántas cosas más te detienen, te paralizan, te perturban, te adormecen, te engañan, te horrorizan, te debilitan, te impresionan, te seducen, te atrapan, te recriminan, te advierten, te compran, te exhortan, te anulan, te llaman, te entretienen, te impiden, te usan, te atormentan, te llevan, te emocionan, te interesan, te llenan!--  ¡Tantos más son aún los perturbadores y distorsionadores de la voluntad en conciencia,-- instalados a tu alrededor, listos para estallar—como un campo minado!

5.    Y aunque dejamos que toda la realidad se manifieste a través de nosotros—inmersos en el inmenso éxtasis de la existencia,-- hasta el punto de entregarnos para desbordar nuestra propia vida—amando y ansiando la desaparición de nuestro yo—hasta aniquilar incluso la mínima huella de nuestra existencia,-- aun así tanto nos ama la Realidad—aun así tanto impide que nuestro ser desaparezca;-- con tanta ternura nos funde y golpea como acero enrojecido en la fragua;-- con tanta atención nos arrastra por los meandros y recovecos minúsculos de la eternidad;-- con tanto cuidado y arte nos articula y desarticula más que la greda entre sus dedos sin fin.

6.    ¡Qué ficción es todo—cuando se contempla y se vive todo—inevitablemente pequeño, inevitablemente insignificante—irrenunciablemente existiendo—desde la suprema perspectiva del Ser!—Y hacia allá quisieras dejarte llevar--- absorbido por el vértigo sublime—con los pies ya a medias sobre el borde de la insondable sima del Ser—altura y hondura más alta y profunda que ninguna distancia concebible—atraído por esa única y exclusiva fuerza concentrada de Todo—como  punto mínimo e infinita multiplicidad.

7.    Y aunque te dejas caer una y otra vez—como películas repetidas de la misma escena—anhelantes de Nirvana y de Dios,-- una y otra vez te devuelve el abismo a la acción y al horno de tu ser, de tu yo, de tu destino.—Entonces te encuentras con una conciencia dentro de un cuerpo mortal,-- que permanentemente se esfuerza (durante nuestra medida de años) por ajustar también la conciencia de un yo con un cuerpo.

 

 

 

 

 

 

 

 


XLIV

 

 

 

 

1.    Es ingenuo tratar de realizar los milagros de Jesús—de la misma manera que él los realizó.—Pero más ingenuo y necio es aún—no comprender ni realizar – tú y yo—los milagros que cada ser humano—puede y debe realizar hoy.

2.     Transformar el agua en vino,-- ampliando la conciencia de un nivel inferior a uno superior;-- trasmutando la materia en espíritu;-- purificando los sentimientos y emociones naturales, en emociones y sentimientos superiores y refinados;-- trasmutando todos los universos, en un solo Universo de Luz.

3.    Multiplicar los panes y peces,-- compartiendo siempre con otro ser humano más y otro más, aquello que uno mismo posee;-- amarse y desarrollarse uno mismo, para darse a los demás,-- simplemente amando.

4.    Caminar sobre las aguas,-- ignorando el miedo, la adversidad, el odio, las bajas pasiones, el deseo, la muerte;-- viviendo en el espíritu por encima de todo;-- creer en lo superior que parece imposible.

5.    Curar a los enfermos,-- donando tu fuerza interior, tu saber, tus sentimientos, tu tiempo, tus posesiones, tu autenticidad, todo tu ser;-- tocando los ojos de la mente de los que no comprenden;-- enderezando los cuerpos inválidos – de los que han rigidizado su corazón y su vida;-- insuflando amor, optimismo, alegría—para los que se debilitan y marchitan en el desamor, en la negatividad, en la tristeza y angustia.

6.    Resucitar a los muertos,-- reanimando a aquellos que abandonaron el espíritu.

7.    Transfigurar, -- en el milagro de cada día.

8.    Ascender a los cielos,-- hacia el encuentro íntimo con tu dios—trascendiendo la condición humana;-- regresar a este mundo en la Gloria de Amor-Dios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XLV

 

 

 

 

1.    Mi conciencia es una flor de loto rosa de mil pétalos—en cuyo centro se abre un ojo sin párpado.-- ¿Dónde se encuentra la raíz de mi alma?—Tan profundamente bajo mi ojo de la conciencia se hunde oscura mi nutriente raíz—que ya no puedo ver desde esta altura su insondable profundidad.—Y esta luz intenta girar sobre sí misma—para hacer florecer incluso mis raíces inciertas.—Hacia allá me dirijo,-- aunque no haya cerebro allí—donde aterrizar la conciencia.—Hacia allá me dirijo—como la nave viaja por los espacios oscuros—hasta la atmósfera de un nuevo astro.

2.    Un tallo tierno y frágil se va adelgazando—hacia el fondo de mi ser,-- atravesando las sutiles raíces atómicas—que conectan la columna de mis niveles orgánicos con los etéricos.—La fina energía que mis células cerebrales producen—como nube vibrante alrededor de sí,—soporta el liviano peso de mi conciencia—y la nutre de vigor.—Y aunque mi conciencia se encuentre atrapada en esta fina malla vital—capaz también es de regenerar una nueva energía—recombinando los átomos más puros dentro de su misma conciencia—hasta reproducir una supraconciencia físicamente no condicionada.—Espíritu también la llamaron nuestros maestros—esa prístina sustancia—que de tan sutil y pura difícilmente se actualiza en el plano de la materia y de la energía densa—y sin acción acaba sepultada y muerta en el cerebro y mente—de los embrutecidos humanos sin AMOR.

3.    Y todos los sueños que has experimentado durante tu vida—podrían salirte al paso para extraviarte.—Todos tus recuerdos podrían cerrarte el paso.—Y aun en el color pintado por la vida en las paredes de tu alma—podrían desarrollarse vacías figuras y fantasmas—por simple analogía y asociación desde tu subconciente.—Y podrías verte y sentirte avanzando—por las estepas en penumbras de un mundo interior—sin norte ni rumbo—o siguiendo el norte y el rumbo del espejismo de una ilusión—confiado y feliz.

4.    No conciencia que surja de la voluntad—sino voluntad que surja de la conciencia.--- El inconciente humano comparte la condición de conciencia de la materia.—La flor y la raíz de nuestro ser físico y mental—comparten entre sí una naturaleza aperceptiva común.—La virtud propia de la visión interior o visión mental—permite no captar (ni exclusivamente reproducir) las ondas luminosas que se reflejan en los objetos,-- sino la radiación interna de los átomos, de las configuraciones moleculares y de las formas de la energía y la materia,-- actuando directamente sobre los átomos de la conciencia.—No hay distancia física entre la sustancia elemental de la conciencia—y la sustancia inconciente de la energía-materia,-- sino sólo diferencia de cualidad o estado.—No hay incompatibilidad entre la sustancia elemental de la conciencia—y la sustancia inconciente de la energía-materia,-- sino transustancialidad y metamutación.—He aquí una manera de describir con figuritas de palabras—un momento de la Iluminación del espíritu.

5.    Ninguna experiencia acontecida en el campo de la conciencia de vigilia—deja de producir un efecto y de ser experimentada de una nueva forma—en el inconciente.—De ahí que debes cuidar con clarividente prudencia—lo que haces en tu día,-- lo que vas a dejar que invada el campo de tu conciencia,-- lo que haces con tu propia mente—y lo que ella misma te hace.—De ahí que debes esforzarte siempre más – por conocer quién eres y cómo eres dentro de tu inconciente.—Te sorprenderás.

6.    Los colores en el alma son inmensamente más intensos, voluménicos y matizados—que los más hermosos colores que el ojo percibe en la luz.—Los sonidos en el alma son inmensamente más nítidos, voluménicos y expresivos—que los más hermosos sonidos que el oído percibe en el espacio.—Las verdades que intuye el alma son inmensamente más ciertas y evidentes—que todas las comprensiones y certezas de la inteligencia humana.

7.    Y aunque recorrieras todos los caminos de la tierra—y observases las más variadas geografías y paisajes del mundo,-- no podría compararse a la infinitud que te espera ignota en tu alma—lo mismo que la Tierra esperó hace tres mil millones de años—al espíritu cósmico para pulir montañas, socavar océanos, iluminar el azul del cielo y ornar de vida la superficie del Mundo.

 

 

 

 

 

XLVI

 

 

 

 

1.    Las pequeñas almas, las inmensas almas—quieren volar.—Como tímidas, desconfiadas luciérnagas, buscan la luz de mi fanal.—Como pollitos salidos del cascarón,-- buscan calor bajo mis alas.—Como espectros dolorosos, difusos, buscan la energía potente y compasiva—que les permitirá encarnar.

2.    Como un solo sol capaz de alimentar tantos seres—quisiera yo ser para ellas;-- inagotable como un mar dulce para sedientos;-- provisto de miles de millones de forzudos brazos—para tomar cautelosamente, apenas guiándolas,-- miles de millones de inseguras manos.—Quisiera hablar a través de millones de bocas;-- recoger con millones de oídos—las llamadas invocadoras de mí;-- responder con la palabra precisa en el momento justo.

3.    Mas aquí estoy apenas sosteniendo—esta encrucijada del Mundo.—Convocando estas almas pequeñas—cuantas sea capaz de acoger con mi débil cuerpo mortal—lenta y progresivamente hasta donarles mi vida, por ellas.—Aquí estoy buscando las formas debidas, las sincronías necesarias, los ajustes mejores posibles—para lograr declararles a todos, abiertamente—que ahora ya estoy para muchos, dondequiera que esté.

4.    Entonces, deseándome como manos alzadas al sol—me animarán a brillar—como nunca he brillado.—Y luciendo como la luz tendré que ponerme en el centro—para que todos me vean—y viéndome—todos puedan también—contemplar a través de mis ojos AMOR.

5.    Yo no soy más que ustedes,-- sólo soy antes.—Yo no soy diferente de ustedes,-- soy sólo más semejante a ustedes—que ustedes a sí mismos.—Yo quisiera decírselo todo,-- enseñarles el futuro de sus actos—la evidencia de sí  mismos que no pueden percibir,-- las particulares maneras de adentrarse hacia sí.— Mas no debo atropellar su libertad,-- ni borrar sin más su duro pasado.-- ¡Libertad y pasado,-- futuro y libertad!-- ¡Hacia allá sí puedo llevarlos,-- no más que la brisa, que al soplarte los cabellos,-- te indica su rumbo, y ya no está!

6.    ¡Yo las llamo, almas innumerables—resplandores vacilantes próximos a naufragar en el asedio negro de esta monstruosa existencia!—Y aunque me queden pocos años de vida para la inmensidad de la obra,-- no cejaré de hacerles sentir mi presencia,-- y con mi presencia,-- la Luz, la Verdad y la Vida.—¡Yo las llamo de cuantas maneras soy capaz de llamar;-- al llamar busco los ecos humanos de otras almas que resuenen—con nuevos y multiplicados  testimonios de AMOR!—Porque igual que el Bautista anunciaba la pronta venida de su Cristo Jesús,-- yo no soy más que el profeta y el nuncio de este Amante Señor que vendrá.—¡Somos todos llamados a preparar su venida,-- del Señor del Amor y de la Era!

7.    ¡Yo llamo a mis almas amadas y hermanas—a repoblar el mundo con un espíritu nuevo!—No importa cuán lejos y separadas unas de otras;-- no importa que sean incalculablemente más las almas salvajes, negadoras y hostiles para el nuevo amor-- ¡no importa!— Un espíritu más todavía profundo, un poder más irresistible, una llamarada más universal—nos convoca, nos une, nos funde—en un solo y mismo Poder.-- ¡Levanten ya, almas hijas y hermanas, sus manos, sus ojos, su corazón—al Cielo Interior!

 

 

 

 

 

 

 

XLVII

 

 

 

 

1.    Los niños se reunirán con los niños,-- los jóvenes, con los jóvenes y niños,-- los adultos, con los adultos, jóvenes y niños,-- los ancianos, con todos.—Y darán testimonio, ejemplo y enseñanza de sí.—Porque el Ser y la Verdad y el Espíritu y la Vida—se difunde por eslabones de una cadena,-- por diminutos anillos humanos—que trabajosa y tiernamente van tratando de unirse unos con otros,-- a través de pequeñas afinidades, de gestos connaturales, de comunidades sensibles,-- alcanzando así hasta las más ajenas almas y diferentes—sin restricción.

2.    Si mis niños me preguntan:-- “¿Qué debo hacer primero—para ser mejor?”—Yo les respondo:-- “Detengan el paso del Mundo;-- detengan los movimientos del cuerpo;----  ¡silencio interior!”… “Pero no es posible desmaterializarse del Mundo,-- desensibilizarse del cuerpo,-- apagarse de la mente”—me responderán.—Aun así, sean amos del paso del Mundo—sean directores de los movimientos del cuerpo,-- sean los iluminadores de la mente.—Que el Mundo, que el cuerpo y la mente—conozcan que tu voluntad de AMAR gobierna al Mundo, al cuerpo y la mente;-- que tu voluntad de AMAR decide el cuándo y el cómo,-- y no el Mundo, el cuerpo y la mente,-- los que te concedan magnánimamente:-- “ahora”.

3.    Nuestro espíritu no ha encarnado en este Mundo—para venir a perseguir, a desear, a realizar, a lograr, a conseguir—nada propio de este plano:-- ningún objeto, ninguna cosa, ninguna persona, ningún éxito, ningún conocimiento, ningún reconocimiento, ningún placer, ninguna obra.—Nuestro espíritu ha encarnado en este Mundo—para transformar todo objeto, toda cosa, toda persona, todo éxito, todo conocimiento, todo reconocimiento, todo placer, toda obra—en un espíritu superior.

4.    Debes preocuparte por reconocer ante todo—tus limitaciones—tanto como tus potencialidades.—Existe una a veces oculta relación entre tus limitaciones y tus potencialidades.—Aunque no te lo parezca, todas tus potencialidades se encuentran dañadas, obstaculizadas e incompletas—a causa de tus limitaciones, de tus modos de ser incompletos, e incluso de tu carácter y personalidad en general.—Conocerse es reconocerse tal cual se es, y desde allí, asociarse a la virtualidad o potencial próximo de rango inmediato de transformación y de cambio en gradación decreciente de actualización.—Reconoce en ti rasgos o cualidades que son ya,-- lo mismo que una piedra caída en el centro del estanque va desplegando desde sí círculos concéntricos más y más distantes de su centro.— Así también se despliega el potencial desde tu ser-- hacia tu ser virtual.—Hay rasgos de ti que son más fácilmente modificables, y otros menos,-- que se van alejando de su posibilidad de actualización,-- en la medida que van dependiendo de la actualización de las cualidades primarias, más cercanas a tu centro actual y presente en ti.—Busca y reconoce tu gradación potencial en todo y cada rasgo dentro de ti.—Contémplate como si fueses uno solo reflejado en un primer espejo,-- y luego en otro y en otro y en otro y en otro—hasta contemplar tu ser último—en el último espejo, si eres capaz, porque eres capaz.

5.    El verdadero tiempo es espiritual,-- no el tiempo aparente del movimiento y del cambio de los objetos físicos y materiales,-- sino el tiempo real en el que realizarás tu transformación gradual hacia el cumplimiento de tu proyecto virtual de llegar a ser tus propios posibles.—Hay quienes casi han detenido el tiempo de su evolución.—Hay quienes han desviado y revertido incluso la dirección de su tiempo espiritual.-- ¿Qué importa que ellos se sigan moviendo en el tiempo del mundo veloces y activos?-- ¿Qué importa que ellos sigan obteniendo resonantes logros en el plano material y natural,-- si han dejado de existir, o ya casi—en el tiempo real?—El tiempo real del Espíritu—es como el entrecruzamiento de infinitas olas en un infinito mar.—El tiempo del mundo material—es como una burbuja de espuma desprendida de una de esas infinitas olas.—Medita en esto.

6.    Y aunque estoy rodeado de hijitos—me siento tan solo.—Pero no de esa ausencia—que duele como una herida sangrante en el alma,-- sino del vacío que soy incapaz de llenar,-- de la mole física y mental que nos intercepta,-- pero que soy incapaz de atravesar,-- porque no puedo vaciarles mi amor, mi entendimiento, mi paz—de una sola vez en sus almas.—Porque apenas gota a gota—como escarcha que se derrite sobre su mundo interior—y va impregnando tan lentamente su conciencia y su inconciente,-- tantas veces los veo partir hacia tierras más sombrías y gélidas del devenir y del mundo,-- que ya no puedo entibiar su hielo vital con mi calor,-- que ya no puedo seguir instilando la Vida que por mí se impregna—hacia su ser.-- ¡Cuánto me duele—cuánta soledad e impotencia y vacío—me colman,-- toda vez que vienen ante mí suplicantes, temblorosos—para rogarme que les permita llegar a ser como soy,-- para rogarme que les ayude a descubrirse a sí mismos,-- para rogarme que al menos les facilite—ser mejores!—Y con sus manos y bocas abiertas, extendidas,-- como pequeñas criaturitas hambrientas a poco de nacer—apenas logro reanimarlos con algo de la salvación que me piden: AMOR y MÁS AMOR.

7.    Y aun así, en medio de esta soledad del mundo—donde caminamos y vivimos como fantasmas,-- atravesándonos sin rozarnos siquiera unos a otros,-- a veces se encuentran dos almas y mentes y corazones,-- y ocurre el milagro de la iluminación del amor—como si por una feliz providencia—chocaran dos átomos espirituales o mónadas—y se fundieran en una sola enamoradas.—Así me muevo por el Mundo—sensitivo y atento a los movimientos sutiles, a los momentos difíciles fugaces—en que las almas clausuradas humanas—milagrosamente se entreabren con timidez al infinito—para tocarlas íntimamente con mi amor.

 

 

 

 

 

 

 

 

XLVIII

 

 

 

 

1.            Cuando se contempla desde lo alto, a más de diez mil metros sobre el nivel del mar—al ser humano y su condición;-- cuando se contempla aún más alto—incluso desde el espacio exterior—nuestro diminuto y frágil planeta,-- sosteniéndose incomprensiblemente en el vacío,-- sólo entonces atisbamos cuán penosa, trágica y erróneamente—vivimos y experimentamos nuestra propia existencia y nuestro sentido de realidad.

2.            Cuando nos salimos de nuestra diminuta experiencia de nuestro entorno natural y cotidiano,--así como de nuestros condicionamientos nacionales y culturales—y nos experimentamos y reconocemos a través de la Tierra,-- como una retahíla, como un enjambre, como un torbellino de multiplicidad, de exceso, de irrelevancia e insignificancia—de unos respecto de otros, de ser tantos y tan plagiadamente insustanciales y los mismos,-- de estar ocupando simplemente un lugar en el espacio y en el tiempo,-- empobreciendo la Tierra con nuestra irrenunciable condición consumidora, invasiva y trivializadora—de este milagro de la existencia y del Mundo;-- entonces no nos queda más que la evidencia—de que estamos condenados a desaparecer por miles de millones de nosotros, de estos clones desaforadamente inútiles y fútiles—de humanidad.

3.            Cuando observo la ridícula y compasible evidencia—de que repetimos un mero modelo y nos condicionamos programáticamente a reconocernos, valorarnos y experimentarnos como iguales en derecho, dignidad y valor,-- con ayuda de nuestras filosofías, de nuestras religiones, de nuestras políticas nacionales e internacionales, de nuestras regulaciones éticas y morales,-- de nuestra educación, de nuestra jurisprudencia, de nuestros medios de masas, y de tantas formas más,-- que pareciera que poseemos un valor y una dignidad tan inmensa y sobrecogedora,-- a la que, sin embargo, refuta y violenta la evidencia de nuestro comportamiento diario y brutal,-- de nuestra miserable calidad humana,-- de nuestra irrenunciable pobreza interior,-- de nuestro asesino egoísmo y egocentrismo,-- de nuestra cantidad intratable de individuos que empobrece y necesita autosustentablemente ocupar y quitarle el espacio y condiciones vitales a otro,-- que tantos y tantos y tantos no pueden, o no quieren, o simplemente jamás siquiera será cuestión para ellos—el dejar de ser esta inviable creatura humana que hoy sobrepuebla contradictoria y autodestructivamente el planeta.

4.            Entonces, ¿qué somos realmente, cuál de esos dos modelos humanos?-- ¿Cuánto valemos en realidad?—Mas, todavía así somos amados, aceptados y perdonados una y otra vez—por la Inteligencia de la Vida Superior,-- por el Mundo que una y otra vez, segundo a segundo, día tras día, año tras año—intenta regenerarse, perdonando,-- sus heridas causadas por nuestro ultraje criminal de su cuerpo vivo.—Y es que aun perdonándonos y amándonos tanto el Dios-de-todos—no podría seguir sosteniendo más esta aberración del Hombre—y agotado, consumido, morirá él mismo a través de nuestra propia obstinada progresión hacia la aniquilación y la muerte.-- ¡Yo grito ahora: “Si Dios ha muerto, es porque el Hombre ha muerto!”

5.            Y es así que aun en medio de este caos y ordenado absurdo—no puedo dejar de clamar: “¡¡Alto!! ¡¡Basta!! ¡Pongan atención en mis palabras, y a través de mis palabras—en ustedes mismos y en el Mundo!”-- ¿Cómo no ver la acción de la muerte que ejercemos por todas partes—suicidamente, ciegos, torpemente tibios, e incluso felices?-- ¿Cómo no provocar al menos la lucidez de conciencia mínima—que nos llevará a unos pocos a reaccionar con una igualmente proporcionada explosión del espíritu,-- con nuestra respuesta y cambio de vida radical y terrible?-- ¿Cómo podría no ser una y esta respuesta,-- la respuesta de la Revolución del Amorextrema, sobrehumana, sacrificial—para oponerse eficaz y también programáticamente—a la fatalidad humana que a todos nos quiere irresistiblemente llevar?

6.            He escuchado a sus voces dolidas decir:-- “¿Pero qué sentido tiene que unos pocos—queramos y podamos salvarnos egoístamente a nosotros mismos, pero no podamos el Mundo?-- ¿Qué haremos si no podemos detener la fatalidad?”—Quizás, hermanitos míos, no podamos detener la fatalidad en el plano y mundo físicos,-- de él se ha adueñado el Hombre,-- pero sí podremos rescatar nuestra herencia en el plano espiritual;-- allí nadie podrá empequeñecer ni desvalorizar ni siquiera la más ínfima de nuestras realizaciones,-- ni teñir en lo más mínimo con su desgracia la gloria de la espiritualidad vencedora del apego indebido al Mundo.—Entonces, ningún acto en consecuencia con la Verdad nos debe estar vedado;-- ningún sacrificio, ningún esfuerzo, ninguna dificultad—que venga del plano natural o del determinismo y condición humanas—nos debe impedir vivirnos desde y en la espiritualidad—nuestra relación con el mundo y con los humanos.—Sólo reconcentrándonos en nuestra autenticidad y ultranza espirituales—seremos capaces y poderosos para reconvertir el atropello de la destrucción humana del Mundo y del propio ser del Hombre.—Aunque el Mundo se haya destruido hasta la desmaterialización,-- si nos mantenemos incólumes y consistentes en la dimensión del Espíritu-- ¡inmenso desafío!—y aunque sólo quedase un humano sobre la Tierra—e incluso ninguno—desde nuestro infinito poder infundido en el Universo—volveremos a encarnar como resurrección de los muertos y transformar esta vez desde el espíritu—toda la materia de este nivel, ya sin intromisión ni deformación del fracaso humano.

7.            No porque la Tierra sea incapaz de cubrir a tantos muertos,-- no porque veamos morir y desaparecer a millones de seres infelices,-- no porque nos llamen con innumerables atractivos, ruegos y lamentos a no desertar de sus filas camino del cadalso—y lloremos y nos compadezcamos de su suerte,-- no porque debamos amputar una y otra vez nuestra propia materialidad, nuestra propia mente, nuestra propia humanidad—hasta probablemente la muerte;-- no por todo ello vacilará ni debilitará su energía en la perseverancia y acto dolorosa y progresivamente sostenido—nuestro espíritu en transfiguración.

 

 

 

 

 

 

 

 

XLIX

 

 

 

 

1.            ¿Entre el bien y el mal no hay diferencia ninguna?—Así quieren unos.-- ¿Entre el bien y el mal existe un abismo infranqueable?—Así quieren otros.—Desde infantes se nos ha enseñado a distinguir y discriminar—entre bueno y malo, sí y no, alto y bajo, bello y feo, sano y enfermo, placer y dolor, día y noche, verdadero y falso,-- de manera que ya no podemos experimentar nada interno ni externo—sin dualismo, sin contraposición, sin separación, sin antagonismo.

2.            Mas, aunque todos llegamos a adecuarnos a esta primitiva enseñanza,-- cada individuo crea un valor propio y exclusivo para la cualificación de esos contrarios:-- no existen dos humanos para quienes sea exactamente lo mismo su bueno, su sí, su alto, su bello, su sano, su placer, su día y su verdadero.—Ninguna sociedad, ninguna comunidad, ni cultura, ni grupo, ni institución, ni familia—crea unos valores comunes para sus integrantes,-- sino, al fin, realmente cada persona.—De ahí que existimos moral y colectivamente en un caos aparentemente ordenado.

3.            Mas, ¿qué queremos diferenciar con esas distinciones—sino realidades?—Pero ¿qué realidades,-- si al fin les creamos—sin saberlo—un mero valor subjetivo a las cosas?—En último término, tratando de alcanzar el entendimiento de una realidad común—sólo constituimos una realidad angustiosa e infinitamente fragmentada,-- pero con la ilusoria apariencia de ser común.

4.            ¿Cómo podrían verse a sí mismos, humanos,-- sino saliéndose de esa fina, transparente y total red de valores—dentro de la cual se encuentran todos los individuos atrapados?—Reconociendo, primero, que todos los valores no son otra cosa que prendas de vestir,-- que de tanto usarlas—se nos han pegado a la piel.—Una vez que hayamos realizado el difícil ejercicio de desnudarnos,-- contemplaremos las ropas morales a un lado y nuestro cuerpo desnudo por otro.—Entonces recién podremos volver a proponernos—experimentar la verdadera realidad,-- esa misma que en su inusitada variedad—también nos acoge a nosotros.

5.            Como el sol aparece entre las nubes—sorprendentemente brillante—así también se descubrirá el ser de las cosas,-- desde el Espíritu divino-humano resplandeciente,-- a través de la mente y del cuerpo.—Entonces comprenderemos cuán estrechas y miserables—han sido siempre todas nuestras distinciones morales.—Comprenderemos entonces que entre todas las cosas—incluso las más aberrantes y malignas—existe una misteriosa armonía.—Comprenderemos que existe un Bien uno y supremo, el cual ni siquiera es bueno— por ahora incomprensible --, que avanza a través de los eternos devenires,-- como el sol sigilosa e imperturbablemente avanza al amanecer iluminando los mundos y las tinieblas.

6.            Cuando el alma humana—después de una práctica feliz—ha logrado desembarazarse de la minúscula perspectiva del yo—y desdoblándose como una masa de agua puede desdoblarse en infinitas gotas—logra plegarse a la infinita variedad de perspectiva desde las infinitas cosas de este simple Universo,-- se descubre que el bien no es más que la adecuación oportuna y precisa de la mónada humana—al momento oportuno y preciso del devenir de los Universos.—Se descubre que el mal, nuestro mal, —no es más que la otra vertiente de la conciencia y de la libertad humanas—que retarda, desafía y complejiza el momento oportuno en el devenir de los Universos. – Más allá de nosotros, más allá de toda experiencia de conciencia, bien y mal se disuelven al unificarse de una forma completamente desconocida…

7.            La realidad es una pura Luz sin mancha, que a la vez contiene todas las manchas.—La persona decide con su paleta de colores—si pinta, si mancha,-- o simplemente se Ilumina como una sola Realidad.

 

 

 

 

 

 

 

L

 

 

 

 

1.            No menos solemne y delicado que fundar un mundo—será para ti abandonar la ciudad o la vida común.—Una tras otra descubrirás cuántas pequeñas innumerables cosas, asuntos y actos—que la ciudad te tenía resueltos—y sobre los que  descansaba con ánimo seguro tu alma—al retirarlos te reclamarán;-- y al retirarlos doliente descubrirás que tú mismo eras parte de ellos,-- y dudarás entonces si dejarlos o no,-- igual que el drogadicto es incapaz de tomar distancia de su droga.—Y temerás, y sentirás que estás a punto de cometer una locura,-- como si reunieses todo lo que has construido en tu vida—y a tus padres,-- y a tus familiares y conocidos—incluso a todos los humanos que te han precedido—y los arrastrases hacia el borde de un abismo—para desde allí dejarlos caer.—Entonces te acosarán pensamientos falsos, sensaciones extrañas y nuevas, objetos, personas—igual que una nube de fantasmas rondándote—para que no te vayas.—Ellos serán los demonios protectores de las ciudades—cuidando que ninguno de sus humanos habitantes infernales—abandonen el Infierno.

2.            Pero no te pido dejar las ciudades—como el que al salir se limpia las suelas de las sandalias—para nunca más volver.—Es que tú simplemente al salir eres libre,-- y como libre sabes ya cómo y cuándo entrar y salir.—Más aún, tu deber es regresar a las ciudades de una u otra manera—para dar fortaleza a los débiles, volver a golpear la puerta de los que dudan si abrir,-- estremecer eléctricamente las almas amortajadas—con la llamarada de tu espíritu libre y superior—y todavía dispuestas para resucitar.—Tu deber es regresar al mundo del Hombre común—para enseñar con tu poder, con tu testimonio y evidencia—que es posible un Mundo nuevo y mejor.

3.            Busca tú la manera de ocupar tierras sin que nadie se sienta despojado.—No vivas solo, porque la especie superior del Hombre—es colectiva en su individualidad;-- mas, cuídate de llegar a vivir con uno que no vibre como tú,-- porque si el individuo común, inconciente, egoísta, racionalista, emocional, tosco,-- ocupa tu propia tierra,-- volverá a destruirlo y ensuciarlo todo—como siempre lo ha hecho. -- Entonces, deberás acordar con él quién abandona esa tierra,-- porque tú por ningún motivo te apropiarás de un lugar, ni de nada.—Recuerda siempre que todo este Mundo, incluido tu cuerpo y tu mente—es sólo un vehículo para ti.—Tomar objetos y dejar objetos no debe ser más difícil para ti—que cerrar tu mano y abrir tu mano.

4.            Funda comunidades de espíritus—que no se reconozcan entre sí ni por el cuerpo ni la materia.—Abre donde habites portales y circuitos multidimensionales;-- acoge almas, seres, elementales, ángeles, devas—que quieran compartir la pureza de la nueva Tierra y de la nueva raza.—No acumules animales domésticos, ni te rodees de animales,-- los animales son puros sólo si son libres; --antes bien hazte acompañar por todo tipo de vegetales—nuestros mejores amigos terrestres en esta próxima etapa de evolución.—Ellos te enseñarán a vincularte de una nueva forma con la materia y la energía.—Ellos nos facilitarán conectarnos de una nueva manera con el Universo.

5.            Construye pequeñas granjas colectivas—en las que puedan producirse todos tus alimentos básicos.—No trabajes la tierra con el sudor de tu frente,-- ni que tus manos pinten callosidades.—Tu labor y tu forma de vida debe ser simple y elemental—como el esfuerzo que realiza el lirio de los campos—o los gorriones entre las ramas de un ciruelo maduro.—Si guardas,-- sólo sé precavido,-- pero nunca avaro y temeroso.—Comparte todo lo que poseas—con quienes padezcan necesidad.—No hagas distinciones entre los que experimentan hambre, ni frío, ni tristeza, ni soledad—sino sacia su hambre, abriga su frío, anima su tristeza, acompaña su soledad, indistintamente.—Al que se equivoca,-- sólo enséñale.—Al que ignora,-- ayúdalo a comprender.—Al que no puede,-- dale poder.—Une siempre tu acción con la de otros;-- sé humilde para reconocer que todo necesita de todo.—Trabaja también para tu comunidad,-- desarrolla espacios comunes,-- lugares de encuentro y fusión,-- donde siendo cada uno diferente,-- sean todos el mismo.—Que toda organización sea responsabilidad de todos,-- aunque haya uno que dirija.—Que toda comunidad sea abierta,-- por pequeña que sea:-- que pueda comunicarse y unirse con todas las comunidades del Universo.

6.            Que el Mundo entero sea tu morada responsable y amada.—Una morada tan grande donde quepan dignamente—todos los que puedan vivir.—Una morada tuya con tantas habitaciones,-- como haya seres sobre la Tierra.—Una morada donde la mayoría de lugares y espacios—sean espacios y lugares dispuestos para todos,-- donde todos circulen y donde todos sean acogidos.—De allí que alrededor de tu cuerpo—los demás verán simplemente el espacio—que tu cuerpo necesita para vivir sanamente.—Y permitirás que tu mente—tanto como la de los otros—desarrolle también sus condiciones y espacios—alrededor de toda mente—para que pueda existir saludable.

7.            Y lograrás con todo esto—que tu cuerpo, tu mente, tu espacio, tu materia, tu naturaleza, tu humanidad, tu Mundo—lleguen a ser perfectos—para que sólo entonces pueda gloriosamente descender a este plano de realidad—el verdadero Espíritu Rey.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LI

 

 

 

 

1.            ¿Cómo es posible que los Maestros Divinos, que el Dios Creador cree, incorpore a su creación y desarrolle, con su providencia y acción material, situaciones y circunstancias concordantes con las aberraciones de ciertos individuos?-- ¿Acaso en Dios también hay algo cruel, maligno, aberrante y repulsivo?

2.            Primera respuesta:-- Es evidente que Dios prefiere un hombre santo a un patán; un niño a un criminal; una bendición a una mentira; un rostro hermoso, a uno deforme; el espíritu, a la materia.

3.            Segunda respuesta:-- También a Dios le es indiferente, le es igual, un santo, que un criminal; un niño, que una mentira; un cuerpo hermoso, que uno deforme; un humano, que una garrapata; la vida y la muerte.—Dios ora y se complace junto con los hombres santos, y le facilita delitos al criminal; juega riendo con los niños, mientras tortura a sus madres; hace el amor con los que se aman, mientras se prostituye y viola; da la vida, tanto como la arrebata; interviene y también deja de hacer.

4.            Síntesis:-- Cuando pienso que la conciencia humana es semejante a una hoja reseca—que a la menor presión se transforma en una masa de polvo,-- entonces puedo concebir que haya formas de realidad que superan completamente mi condición de hoja seca.—Mas sé que hay unos Maestros Sabios que rondan el mundo,-- promoviendo el bien para el Humano,-- aunque el Humano no conciba el mismo bien.— Ellos escriben con letra veloz y terrible entre las líneas escritas desde siempre en el Gran Libro del Destino de Dios.—En este Libro no existe ni el Bien ni el Mal, ni el Ayer ni el Hoy ni el Mañana, ni la Verdad ni la Mentira.—Si pudiésemos conocer la lengua arcana en que fue escrito—y leer sus misterios,-- desapareceríamos antes que hoja seca dentro del horno del sol. – Demasiada perfección también se nos convierte en mal.

5.            Los Maestros Sabios nos han sembrado en este Mundo—para compartir con nosotros el grandioso Libro del Destino de Dios.-- ¿Diremos que Dios está ebrio, que Dios está loco para no reconocer las diferencias—que sí son capaces de reconocer los Maestros Sabios?—Locos y ebrios estarían los Maestros Sabios—para arriesgarse a ayudarnos en esta frustrante empresa,-- más o menos como ebrios y locos estamos todos nosotros.—Los Maestros Sabios sólo empatizan con nuestras emociones superiores y refinadas;-- pero comprenden nuestros afectos más bajos y miserables.—Los Maestros Sabios intervienen con letra minúscula—sin dañar la letra mayúscula.—Entre Ellos y Dios existe una armonía perfecta.—Los Maestros Sabios pueden incluso apersonarse en el plano material.—Desde hace miles y miles de años se han revelado al Hombre de distintas maneras, con variados nombres y en diferentes grados.—Ha llegado al fin la hora de encontrárselos cara a cara.—Ante su presencia sólo los puros en amor no perecen.—Ellos experimentan el Bien en medio de Dios.—Ellos intervienen el Mal en medio de Dios.— Ante Dios no son ni buenos ni malos.-- Ellos son los Señores del Milagro:-- su poder es inmenso.

6.            Dios no experimenta la bajeza del Hombre,-- pero es la bajeza del Hombre.—Dios no mata humanos en la guerra,-- pero hace la guerra.—Dios crea la maldad del Hombre,-- sin que en ella haya mal.—De la misma manera, Dios es la conversión del malo,-- pero no la exalta.—Dios alienta la paz,-- pero mata al Hombre.—Dios crea maravillosos mundos,-- pero los destruye.—Por eso el Hombre es incapaz de comprender a Dios:-- porque Dios, aunque es lo humano,-- no es humano;-- porque Dios no es poderoso, ni bueno ni sabio;-- porque Dios es Nada;-- porque Dios es simplemente Toda-Realidad.—Por eso los humanos no aman a Dios,-- aunque afirman amarlo;-- por eso los humanos no creen en Dios,-- aunque sientan creerlo.-- ¿Acaso a Dios le importa ser amado;-- acaso a Dios le importa ser creído?—Todo lo que es Dios, es Dios;-- todo lo que no es Dios, es Dios.-- ¡No trates de comprenderlo!...

7.            Nuestra necedad, hermanitos, es históricamente proverbial:-- tanto tiempo hemos confundido a Dios—con los Maestros Sabios,-- y al Hombre, con Dios y con los Maestros Sabios.—Si bien, tantísimas son también las necedades y desconocimientos—que aún nos dominan y dominarán.—Todas mis propias palabras, hermanitos amados, -- no son más verdaderas que falsas, – sólo pueden ser útiles, adecuadas para…

8.            No existe tal cosa como la Verdad.—No existe esa verdad perfectamente redonda,-- igual y la misma desde la perspectiva que se la mire,-- idéntica a sí misma,-- espejo de todos los seres.

9.            Existen, en nuestros planos, ilimitadas perspectivas—como ilimitadas verdades.—Existe, si bien, un punto axial y divino—donde todas ellas en relación consigo mismas convergen.—Allí quisiéramos completarnos en la Verdad,-- pero hemos sido incapaces de comprender y experimentar—que ese principio y punto,-- sólo un giro más allá,-- se diluye en el Infinito,-- en la vaciedad misma de todo sentido.

 

 

 

 

 

 

LII

 

 

 

 

1.            Las vías del Hombre se han vuelto rutinarias y grises.—Recargado por el peso de su sobre-civilización—cruje y se cuartea el Mundo—aunque pocos todavía lo noten.—Curvados por el peso de sus innumerables lenguajes,-- con las escamas férreas sin fin de sus agotadoras palabras,-- con sus montañas de libros, comunicados y textos,-- comienzan a tararear y repetir como imbéciles—las mismas cosas que tantos, tantos y tantos han repetido antes.—En su fuero interno, sin embargo, se sienten dichosos y protegidos—por esta inmensa mole de letras y números – incluso aunque sospechen -- y hasta sepan -- que son falsos.

2.            Todo está viciado, consumido, manoseado, sobreexplotado,-- y eso es precisamente la Humanidad.—Su sicología, su ciencia, su razón, su religión, su política, su filosofía, su arte, sus espacios, sus sentimientos, su convivencia, su tecnología, su entretención, sus sueños, sus errores, su deporte, su derecho, su sentido, sus gustos, su moral, sus matemáticas, su percepción, su educación, sus bienes, su mente, sus proyectos, su cuerpo, su medicina, sus excesos, su historia,-- sólo mastican, rumian y defecan devenir de esterilidad.—Si no nos destruimos antes—como recurso vital desesperado—nos extinguiremos de hastío y repugnancia—por la propia Humanidad.—Alea iacta est, sed Deus DEUS est.[1]

3.            Cuando se va cayendo en caída libre—sin paracaídas-- ¿qué se puede hacer?...

4.            Modificarlo todo, renunciar a todo;-- incluso renunciar a estar cayendo.—Al fin de cuentas, no hemos creado más que una inmensa y complejísima escenografía—a la que ingenuamente hemos denominado realidad.—Ya no es sólo cuestión de alterar el orden de este ingente rompecabezas—para crear una figura distinta de humanidad.—Ya no es cuestión de plantearse seriamente el problema—y designar una sesuda comisión mundial—para la reestructuración de esta humanidad.—Ya no es una cuestión de acuerdos multilaterales,-- de revisiones profundas,-- de novedosas estrategias, de alianzas, pactos ni investigaciones.—Incluso aunque todos-- ¡qué hipocresía!—actuaran con entera buena voluntad,-- volveríamos una y otra vez—a desarrollar la misma aberrante Humanidad.

5.            ¡He aquí lo que yo inicio y propongo!:-- una sicología nueva, una ciencia nueva, una inteligencia nueva, una religión nueva, una política nueva, una sabiduría nueva, un arte nuevo, un espacio nuevo, una sensibilidad nueva, una convivencia nueva, una tecnología nueva, una entretención nueva, un deporte nuevo, unos sueños nuevos, unos errores nuevos, un derecho nuevo, una moral nueva, un sentido nuevo, unos gustos nuevos, unas matemáticas nuevas, una percepción nueva, una educación nueva, unos bienes nuevos, una mente nueva, unos proyectos nuevos, un cuerpo nuevo, una medicina nueva, unos excesos nuevos, una historia nueva.—Pero eso precisamente, hermanitos míos de la Tierra,-- ¡eso ya no es Humanidad!-- ¿Aún lo queréis así?

6.            Y si sois capaces de renunciar a vuestra individualidad tantas veces,-- y más, si sois capaces de renunciar a la vida,-- ¿por qué no habríais también de poder renunciar—cuando sea necesario—a vuestra completa humanidad?—Si, todavía más, yo te propongo dejar de ser humano,-- para perfeccionar lo humano,-- no más que el hijo que viene desde su padre,-- supera al padre,-- o que el antes es superado por el después, naturalmente.—Si dejamos de ser humanos,-- lo es sólo para ser sobre-humanos,--  de una manera tal que a nadie le quepa duda.

7.            Y ya os estaréis preguntando—a través de todas las tierras:-- ¿Qué es aquello humano—que podría volvernos sobre-humanos?—Y desde uno al otro extremo-- yo os respondo con vuestro propio lenguaje:-- ¡El Espíritu desde Sí!... ¡El AMOR!

 

 

 

 

 

 

 

 

LIII

 

 

 

 

1.           Somos como nadas que duran un instante—y luego desaparecen.—Constituimos, materializamos, hacemos real un Universo inmenso—con nuestros sentidos, con nuestro pensamiento, con nuestra voluntad, con nuestras sensaciones, con nuestra conciencia y mente,-- pero en esencia, en realidad, en verdad – este Universo es Nada.—Descubrimos unos dioses, y hasta un solo Dios—realidad absoluta y perfecta—que es y son simplemente Nada.—Yo, tú, nosotros—nos experimentamos con identidad y consistencia real--- siendo Nadas.—Jamás podremos comprender con la razón—que, aunque somos nada,-- poseemos EXISTENCIA.—¡Terrible e inmensa cárcel esta que nos aprisiona—en sus incalculables niveles!

2.           ¡Perversa y bondadosa cárcel—que al conservarnos esclavos en ella,-- no obstante nos acucia reactivamente—desafiando nuestro impulso esencial de libertad!—Si nos aprisiona, no pretende conservarnos embrutecidos,-- sino que estimula nuestra inventiva para la fuga.—El mismo aguijón mientras nos inocula su somnífero—nos pincha ocasionando el dolor que nos debe despertar.—Si acabas durmiéndote hasta la hora del despertar,-- no dudes que te disolverás como un sueño—en la Nada.—Si sufres ante todo—¡despiertas!—Si te complaces en el disfrute de la forma—desapareces con ella.

3.           ¿Cuántas veces no te consideras incapaz—de salir de un estado de mente, de una idea, de una emoción, de un sentimiento, de una imagen, de una sensación, de un impulso, de una convicción, de un valor, de un error, de un principio?-- ¿Cuántas veces incluso ni siquiera eres consciente—de que nada que experimentas como evidente y real—es necesario?—Aquello infinito de lo que no eres consciente—te parece necesario que carezca de realidad—precisamente porque no eres consciente—al menos de su posibilidad.—Alucinas y no lo sabes;-- como no lo sabes—no puedes dejar de alucinar.

4.           Y en tu delirio apenas vislumbras e intuyes quizás-- que, subsumido hasta las heces en esta magnífica ciénaga,-- y que, aunque todo te haya sobrevenido para ofuscar tu luminoso yo superior,-- hay igualmente un ojo divino enclavado en el fondo de nuestra más insondable propia ceguera.

5.           He ahí el amor—nuestro verdadero germen de realidad.—Sólo en el amor reside la potencia conectiva de todo con todo.—Sólo en esta virtud de amor—es posible experimentar la suma de todas las realidades—como una unidad en lo común y en lo diferente.—Podría haber sido una idea:-- lo es;-- podría haber sido un conjunto de cosas:-- lo es;-- podría haber sido una emoción o todas:-- lo es;-- podría haber sido un dios o ser supremo:-- lo es;-- podría haber sido un humano:-- lo es; podrían haber sido todas y todas y todas las cosas:-- lo es;-- mas, en el humano y para el humano es primeramente—un sentimiento:-- desde el Hombre a todas las cosas,-- y de todas las cosas al Hombre:-- AMOR.

6.           Es en este amor y en el acrecentamiento de este amor—que satisfacemos nuestros más inconfesados anhelos—y los más secretos anhelos de la mismísima Realidad para sí.—Porque hay algún misterio todavía desconocido—por el cual es infinitamente más satisfactorio—amar cualquier flor que miramos—que no mirarla, despreciarla, o mirarla con indiferencia.—Porque es incalculablemente más satisfactorio—amar a quien nos hace daño,-- que odiarlo y devolverle mal.—Porque es profundamente más satisfactorio amar cuanto se avenga a nuestra conciencia—que sólo pensar en algo bueno para ello, o sentir placer en ello, o actuar simplemente en su beneficio.—Y es que sólo el amor—contiene en su infinita potencia unificante-diversificadora:-- universalizar la conciencia:-- pensar amando el bien, sentir amando el placer y actuar amando el beneficio, -- sin excluir a nadie y a nadie en el ámbito máximo de la conciencia.

7.           Es necesario que todo lo colme—la realidad del amor.— De donde Todo viene, allí es AMOR,— adonde todo va, ahí es AMOR.—Sólo en el humano el amor se contuvo en un cierto punto a sí mismo—para ofrecerle libertad de no parecer AMOR.—Hay un nuevo amor en ciernes:-- la libre decisión del amor del Nuevo Ser Humano.—Triste Era ésta de la traición y desinterés del amor,—pero también feliz por la gran decisión de la Era de Acuario:-- volver en conciencia al amor—como en la Tierra no se había logrado desde hace millones de años.-- ¿Y tú qué esperas?-- ¿Por qué me miras y escuchas con extrañeza—como si te estuviese mostrando un artilugio, una ilusión, un simple deseo como tantos otros?—En cien años más tú ya habrás salido de este Mundo,-- pero mi palabra se habrá llenado de cuerpo y de vida.—Sé tú también ya la savia, el jugo, la sangre, la sustancia por donde atraviese este impulso cósmico de amor.—No detengas su necesidad con tu torpe inconsciencia.—¡Ve hacia el destino-- anhelante, con los brazos extendidos, como un niño que corre hacia su madre!

 

 

 

 

 

 

 

 

LIV

 

 

 

 

1.           Amar sin esperar nada a cambio es como suicidarse. – Postergarse sin esperar retribución es como suicidarse. – Dar sin recibir es como atarse una cuerda alrededor del cuello y saltar con una flor en la mano.

2.           Hay en nuestra naturaleza profunda, en nuestro espíritu, la necesidad de amar y de ser amados juntamente. – El sol no sólo alumbra al Universo con su Luz, sino también a sí mismo. – No sólo el sol alumbra al Universo, --sino el Universo también alumbra al sol.

3.           En este Mundo no se debe amar sin ser amado. – En este Mundo amar es hacerse único y justo para cada persona, para cada ser, para cada instante, para cada cosa. – Y aunque haya un AMOR por encima y por dentro de TODO, -- al encarnarse en este Mundo para cada persona, para cada ser, para cada instante, para cada cosa, puede hasta llegar a identificarse con su contrario: el desamor. – E incluso --te lo he dicho--, con TODO EL MAL, -- como DIOS, que está presente en TODO EL MAL.

4.           Porque te fue dicho “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os maltratan; al que te golpea una mejilla preséntale también la otra; al que te quita el manto, no lo prives también de tu túnica[2],-- ¿creerás todavía que sólo si actúas así actuarás con amor? – Amar a tu enemigo puede en cierto caso implicar perdonar a tu enemigo, pero, en otro caso, matarlo, si debes defender a tus hijos. – Hacer el bien a quien te odia puede, en cierto caso, implicar hacerle ver su error por medio de un acto de beneficio para él, pero en otro caso, puede ser evitar todo contacto con él. – No resistir al malo ni al mal, puede en un caso representar la manera de hacerle un bien, pero en otra, de hacerle un mal. -- ¿Acaso Dios no nos ama y enseña también a través de causarnos sufrimiento y causarnos mal?

5.           Es en tu espíritu, tu alma, tu conciencia y tus circunstancias personales y únicas donde el AMOR se resuelve en una forma particular entre otras infinitas posibilidades. – El AMOR es lo bastante sabio e inagotable para poder adecuarse a las características complejas y específicas que se asocian a cada momentum existencial. -- ¿Serás tú también lo bastante sabio y poderoso para materializar en ti ese momentum de AMOR, esa conjunción infinitamente única y viva PARA TI, y sólo PARA TI? – Nadie debiera decirte NUNCA qué es lo bueno y lo malo para ti, sólo tú a ti mismo y ante el AMOR DE DIOS – porque ¡eso es algo SÓLO ENTRE TÚ Y DIOS!

6.           El Amor que enseñaron el Cristo y el Buda son modos de amar para seres humanos débiles, inconcientes, básicos, renuentes, incompletos, simples, no espirituales ni evolucionados. – Seres humanos a los que se les debe decir qué hacer, pues, de lo contrario se confunden y actúan según los impulsos y condicionamientos de sus limitadas estructuras, estados y procesos mentales, sociales y biológicos. – Por ello, las verdades reveladas por los maestros espirituales históricos son en realidad adecuaciones temporales y necesarias entre la verdad, la mentira y el ser humano.

7.           ¡Recuerda que yo vengo a despertar y a enseñar los primeros pasos del SOBREHUMANO, -- y a VER MORIR AL HOMBRE!

8.           ¡Ésta es la REVOLUCIÓN DEL AMOR!

 

 

 

 

 

 


LV

 

 

 

 

1.           Una noche soñé varios sueños—que caían dentro de mi cabeza como gotas de lluvia,—resbalando uno tras otro por hojas lánguidas de plátano,-- hasta mi conciencia ahí.

2.           Si miramos con nuestros ojos la luna sobre el mar—no veremos más que un trazado de plata sobre la superficie oscura—dirigido hacia nosotros.—Mas si contemplamos la luna sobre el mar—con los ojos de la luna—veremos que la superficie toda del océano—se ha vuelto radiantemente blanca—como un sol.

3.           Sólo el amor puede concitar y armonizar todas las cualidades, eventos y cosas,-- en vista del fin último universal,-- que todas las cosas contienen secretamente dentro de sí.—No obstante, todas las cosas aspiran también a lograr fines inmediatos y próximos,-- de entre los cuales, los mejores son aquellos que facilitan más—la materialización de los fines futuros,-- en vista del inescrutable fin supremo: AMOR.

4.           Siempre hay bienes mayores-- que se oponen y perjudican a bienes menores.

5.           Hay un nivel de la realidad de todas las cosas—en la que no existe el tiempo ni la distancia;-- en la cual todas las cosas no son más que una sola cosa,-- idéntica sólo a sí misma – y ABIERTA  A ALGO INFINITO.

6.           Existe de verdad un Lugar Maravilloso,-- una Comarca Divina,-- la Región Perfecta que supera incluso nuestros más excelsos anhelos,-- adonde no es posible llegar,-- sino CREÁNDOLO NOSOTROS.

7.           Yo me soñaba a mí mismo -- sabiendo que soñaba--, subiendo y bajando montañas, acantilados, torrentes, fiordos, valles, mesetas,-- mientras el cielo tronaba recorrido por las nubes más coloridas y extrañas.—Allí estaba solo,-- tan solo,-- que en cuanto me parecía distinguir a lo lejos  una silueta de forma humana—repentinamente se esfumaba—y yo seguía solo.—Y así podría haber caminado la eternidad,-- si no me hubieses venido .

 

 

 

 

 

LVI

 

 

 

 

1.           La Guerra es la enfermedad más mortífera que ha experimentado el ser humano. – La Guerra es un gen constitutivo del genoma humano.

2.           Todas las debilidades, defectos, incompletudes, miserias, fracasos, fatalidades, errores, brutalidades, mezquindades, desamor, estupidez, inconciencia de la Humanidad se han materializado y convergido en la Guerra. -- ¿Cómo podría entonces no ser la Guerra la finalidad y el final de la Historia Humana?

3.           Y el Amor nunca fue su antagonista, ni su contraparte histórica ni antropológica, -- sino solamente la presencia contradictoria y antinatural de un Espíritu que no era de este Mundo, -- pero que estaba disponible a sufrir incluso hasta el martirio – para lograr la evolución de la Humanidad hacia la SOBREHUMANIDAD, -- aunque al final sólo acabase haciendo trascender Lo Humano, pero no a la Humanidad.

4.           Heráclito dijo sabiamente: “La Guerra es el Padre y Rey de todas las cosas.”[3] – Porque sabía en silencio que el AMOR es la Madre y Reina de la Guerra – y que El AMOR no es de este Mundo.

5.           ¡Y ahora verán la Guerra en el Mundo en su gloria y majestad!

6.           -- ¿Y EL AMOR?

7.           -- Yo no soy el Cristo. -- Yo no soy el Buda.

8.           La especie humana ha iniciado la creación evolutiva de una esencia de amor – diferente del Amor de Jesucristo, diferente del Amor animal, diferente del Amor personal, diferente del AMOR cósmico. – Un amor extraño y doloroso, porque se hunde y se funde con las raíces mismas del AMOR de este Universo, -- pero también se desgarra fuera de Él. – ¡Un amor que no es humano ni divino! -- Ya podemos sentir los primeros dolores del trabajo de parto de este amor sobrehumano futuro.

 

 

 

 

 

LVII

 

 

 

1.       El evangelista ha dicho: “¡Amados, amémonos unos a otros, porque el que ama es desde Dios, y todo el que ama ha llegado a ser desde Dios y conoce a Dios! El que no ama no conoció a Dios, porque Dios es amor. [4] —Pero yo les digo: “¡Amados, Dios es amor, porque primero el AMOR es Dios!

2.       El AMOR engendró a Dios, y no Dios al Amor. – Este es un misterio que el ser humano está lejos de llegar a conocer.

3.       Y es que el AMOR no es la sombra de nada, -- ni atributo, ni hijo, ni divinidad o persona alguna. – El AMOR es la luz que permite la existencia del color y de la forma, de la oscuridad y de la nada. – El AMOR está en Todo, lo subyace a Todo, lo contiene Todo, lo es Todo. – Todo lo que adviene en este Universo –sin excepción-- es causado por AMOR. – De lo contrario, no adviene.

4.       Si levantas tus ojos al cielo de noche o de día, allí está el AMOR. – Si giras tus ojos alrededor de la Tierra, allí está el AMOR. -- ¿Y si observas al ser humano?... – Allí el AMOR está atrapado, encarcelado, disminuido, silenciado, traicionado, torturado, deformado, crucificado.

5.       Porque ¿dónde has visto muros del AMOR?, ¿hospitales del AMOR?, ¿cárceles del AMOR?, ¿colegios del AMOR?, ¿armas del AMOR?, ¿bancos del AMOR?, ¿gobiernos del AMOR?, ¿iglesias del AMOR?, ¿mercados del AMOR?, ¿calles del AMOR?, ¿policías del AMOR?, ¿delincuentes y criminales del AMOR?

6.       Porque ¿dónde has visto ciudades y países del AMOR?, ¿políticas del AMOR?, ¿Ciencias del AMOR?, ¿Educación del AMOR?, ¿culturas del AMOR?, ¿Economía del AMOR?, ¿jurisprudencia del AMOR?, ¿Historia del AMOR?, ¿Matemáticas del AMOR?, ¿planeta del AMOR?

7.       Al fin y al cabo, sólo has conocido el cementerio del AMOR. – En los cementerios hay más Amor que en cualquier otro lugar humano.

 

 

 

 

 

 

LVIII

 

 

 

 

1.           Toda mi vida he seguido los pasos de ese misterio denominado Dios.—Ahora sé que yo no soy más que una extensión del AMOR mismo.—Ahora sé que TODO no es más que una diferenciación del AMOR mismo en su misteriosa unidad-multiplicidad.—Las cosas y el Humano particularmente se debaten en el cieno basal de Dios,-- tratando infructuosamente, pero progresivamente, en adquirir una autonomía de la que carecen.

2.           Es emocionante en este proceso de independización constatar que hay un ser que es capaz de negar a Dios,-- en cierto sentido a sí mismo.—Me maravilla conocer cómo Dios se niega a sí mismo para engendrar dudosamente a un ser distinto y mismo  que Él.-- ¿Adónde nos pretende llevar?-- ¿La LIBERTAD paradojalmente es nuestro destino?

3.           ¡Tanta es Su Gloria—que no necesita explicitarse en ninguna cosa y de ninguna manera,-- pero Es cada cosa!-- ¡Tanta es su gloria—que cada explicitación humana de Dios,-- también es Dios!

4.           Dios puede existir o no existir para el Hombre—pero esto poco importa.—Somos un ínfimo punto, una Nada en medio de Todo.—Lo verdaderamente importante es saber si existimos para este Todo, aunque seamos Nada.—Lo verdaderamente importante y difícil-- es conocer qué sentido tenemos para este Todo.—Porque después y antes de billones y trillones de años y años luz en tiempo y espacio—nuestra existencia y presencia—¿qué consistencia duradera y real podría tener?—Porque los Universos abiertos al infinito trascienden toda forma de conciencia.—Nuestra necesidad de conocerlo todo es en este tiempo un acicate—tanto como una trampa.—Volar, nadar, reptar, pensar, soñar, morir—al fin de cuentas llevan al mismo fin.

5.           Desde nuestro presente, desde el instante de la conciencia despierta—se amplifica la realidad.—Desde la conciencia atenta se inicia el movimiento hacia la inconsciencia, y desde la inconciencia hacia la conciencia despierta,— hacia otros tiempos y dimensiones-- y más allá.—La realidad se abre en un misterioso encuentro con la conciencia—se crea a sí misma junto con nuestra conciencia y desde nuestra inconciencia,-- nos espera pacientemente, sumidos en nuestro temeroso sopor.—La mente es el campo primero de nuestro propio despertar,-- de nuestra potencial mutación hacia formas superiores e inexistentes de ser.--¡Despertar, mutar, crear nuestras mentes hasta formas increíbles, ya, y ya, y ya!

6.           ¡Esta es la Era de la Mente!—¡Durante los próximos mil años avanzaremos por sus mundos y potencias como no lo hemos hecho en millones de años!—La mente humana se extenderá por la Mente Sobrehumana a través de otras Superiores Mentes.

7.           He aquí el desafío de la Nueva Especie:-- ¡Conocerse en la mente-- para crear la Mente-en-Todo y la Mente-fuera-de-Todo!

 

 

 

 

 

 

LIX

 

 

 

 

1.            Escasas y nulas son las palabras para hablar de Lo Nuevo.—También mis propias palabras ya decaen,-- comienzan a ajarse, amarillentas, repetidas más de una vez, triviales,-- como un runrún a tus oídos, adormecedor.-- ¡No puedo permitirlo!-- ¡Voy a estremecerte una vez más,-- antes de prepararme a callar sin aliento—por lo que no soy capaz de decir!-- ¡Evangelium son meras palabras!;-- pero si atisbas más allá de las palabras—no cesaría ni un segundo—tu mareo, tu asombro, tu temblor.—Este Evangelium al fin,-- no es más que la luz de un faro—muy lejos todavía de mí, también de ti,-- en medio de una negrísima tormenta.-- ¡Sólo espero tocar con los restos mortales de esta divina chispa—tu alma!-- ¡Sólo espero estremecerte tan poco y tanto,-- para que ya no dejes ni un instante de correr tras de mí—tras de ti—tras de TODO!

2.            ¡Misión y mandato terribles son para mí—remecerte, derribarte y angustiarte, quizás hasta la muerte!-- ¡No quisiera tener yo esta voz—harto débil para lanzar el grito de la Verdad—que, sin embargo, lanzo!-- ¡Quisiera poseer el poder de iluminarte—con mi propia paz, con mi propio amor, con mi propio ser-en-Dios—para que sin sobresaltos, sin dudas horribles, sin debilidades ni desencantos, sin procesos dolorosos y lentos y lentos y lentos,-- pudieses compartir la Vida—que yo tras este EVANGELIUM recibo.

3.            ¡Pero no es así—porque tendrán que luchar contra el trillón de demonios—que rondan a este evangelio!—Quizás mi grito no levante más que algunos blancos rizos invisibilizados—sobre la superficie humana del Mundo.—Quizás se abata una gran tormenta de humanidad aquí y allá—para luego volver todo a la calma de lo inexorable.-- ¡Que pase así o de otra manera!-- ¡Que venga lo que ha de venir!-- ¡Yo he escrito lo que me han traído a escribir!-- ¡Yo vivo lo que debo vivir, yo al menos, y al menos!

4.            ¡Sal de las ciudades!— ¡SAL! -- te repito.—Pero si no estás limpio de humanidad,-- si tu yo no se ha entregado a tu conciencia y voluntad de AMAR,-- no formes—te lo ruego—ninguna comunidad.—Antes vive por separado—hasta que estés libre de la esclavitud de tu yo-yo-yo.—Sólo entonces podrá realizarse la transmutación para el Amor Universal,-- en la Comunidad Nueva sin fronteras de la Especie Superior.

5.            Podría ayudarte de tantas maneras,-- guiar tus procesos internos, indicarte rutas dentro de tu realidad, facilitar tu comprensión, tu lucidez y conciencia—para que lograses vivir en verdad tu propio evangelium,-- pero no es aquí, la hora ni el lugar.

6.            Te levantaremos hombres sabios y mujeres sabias,-- iluminados en poder y trascendencia,-- maestros en el verdadero Dios-de-Todos,-- guías en el movimiento hacia el espíritu y la trascendencia,-- seres humildes, sorprendentes, no de este Mundo, rebosantes de amor y amplísima inteligencia,-- dispuestos a ocupar el último lugar,-- aunque caminen primeros.

7.            Yo sigo adelante,-- acompañando mi destino—sigo adelante,-- buscando crecer por mi espíritu hacia todos los universos,-- a fin de darme cada vez mejor y más en éste,-- por mi amor hacia ustedes.-- ¡Yo no puedo acoger todos los llamados,-- sigan su voz interior!—Es en su propia conciencia donde se encuentra su debilidad y su trampa,-- lo mismo que su fortaleza y el poder del AMOR.

8.            ¡Muévete, hijito mío y hermano-hermana,-- muévete!-- ¡No te duermas!-- ¡El frío de la muerte, en medio de los témpanos del Hombre,-- te adormece!-- ¡No he podido callar,-- perdóname!—Pero si no he gritado para ti lo bastante fuerte y claro,-- ¡todavía perdóname  más!

 

 

 

 

 


LX

 

 

 

 

1.    Y en esta hora final, en este tiempo de apocalipsis y adviento, te enseñaré la íntima oración que el SALVADOR me enseñó para que a cada instante la repitamos en el alma, --yo y tú, con y sin palabras, con éstas o con otras, --y así, pobres criaturas dolientes y frágiles--, concentremos todo nuestro ser en el insondable poder del AMOR, hasta el final.

2.    ORACIÓN DEL SALVADOR PARA LOS PRÓXIMOS TIEMPOS

 

 

AMOR nuestro

Que estás en todas partes,

Divina presencia,

Acércanos tu AMOR;

Hágase tu realidad en la Tierra

Como se realiza en el Universo.

Danos hoy nuestro bien de cada día;

Sostén nuestras miserias

Para no dejar de esforzarnos en ser mejores;

Alimenta nuestros corazones

Para no alejarnos de TI,

AMOR.

 

 

 

 

 

LXI

 

 

 

 

1.            Al cerrar definitivamente este libro—comienzo un nuevo camino,-- si es que todavía pueda encontrarme algo llamado camino.— Hasta donde llegue mi transformación— mi mente no será más que una huella,-- si es que todavía haya pasos.—Para esto  caminé sobre la nieve—subiendo por los senderos del Pangue—en las alturas de Cochiguaz,-- hasta que ya mis pies no podían seguir avanzando,-- porque se hundían bajo el hielo y la nieve,-- que alcanzaban hasta mis rodillas.—Entonces me detuve a contemplar brillantes las alturas que me acogían—a cientos de metros apenas de mis cimas deseadas,-- en tanto ellas mismas me rechazaban,-- impidiendo mi paso más allá.—Ahora comprendo que al sentarme ungido sobre el Trono del Umbral—el Valle del Elqui, las nieves, sus desfiladeros, mi pedazo de hogar-- me estaban consagrando aún más alto, a volar hacia las Fuentes del AMOR.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ÍNDICE

 

 

PRÓLOGO DEL AUTOR. 2

I 5

II 6

III 8

IV. 10

V. 12

VI 14

VII 16

VIII 18

IX. 20

X. 22

XI 24

XII 26

XIII 28

XIV. 30

XV. 32

XVI 34

XVII 36

XVIII 39

XIX. 41

XX. 43

XXI 45

XXII 47

XXIII 49

XXIV. 51

XXV. 53

XXVI 54

XXVII 56

XXVIII 58

XXIX. 60

XXX. 62

XXXI 64

XXXII 67

XXXIII 68

XXXIV. 70

XXXV. 72

XXXVI 74

XXXVII 76

XXXVIII 78

XXXIX. 80

XL. 82

XLI 84

XLII 86

XLIII 88

XLIV. 90

XLV. 91

XLVI 93

XLVII 95

XLVIII 98

XLIX. 101

L. 103

LI 106

LII 109

LIII 111

LIV. 114

LV. 116

LVI 117

LVII 118

LVIII 119

LIX. 121

LX. 123

LXI 124

 

 

 

 

 




[1] “Los dados han sido arrojados, pero Dios es DIOS.”

[2] Lc. 6:27-29.

[3] Fr. 53DK.

[4] 1 Jn., 4:7-8.

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