Hace años inventé un artefacto para escuchar señales
del Universo Profundo. Lo he mantenido oculto. He tratado de no encenderlo; sus
mensajes me perturban demasiado. Cuando logro escucharlos, creo entender algo,
pero luego parecieran degradarse dentro de mí, y ya no entiendo nada. Anoche,
después de años, me atreví nuevamente a activarlo. La duda de que todo sea un
engaño de mi propia mente, o un insólito malentendido, o la maniobra de algún hábil
manipulador, paradójicamente me acaba redirigiendo hasta él. Hoy no he podido dejar
de pensar en el mensaje que recibí anoche:
“The official language of Hell is English.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario