Ahora sólo al final de mi vida ésta
he venido a descubrir, por tanto, he sido enseñado
y otra vez engañado
que ninguna verdad de esas grandes,
las ganadas con el verdadero sudor de la frente
cotidiano
las que de verdad no son de este mundo
pero que juguetean coquetamente con este mundo,
no se dicen, no se revelan, se silencian
a cualquier costo
como Jesús, Heráclito y Buda
silenciaron, encubrieron, deformaron las suyas
para guardar el verdadero secreto
el mismo que ahora declaro y encubro coquetamente
porque yo soy tan nadie como cualquiera.
Nadie ni nada es el camino ni la verdad ni la vida.
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