Cuando
comiencen a escupir los cañones de la estupidez humana
prosperarán
los vates necios que comiencen a entonar ¡aleluya!,
ensuciarán
columnas de obituarios con nombres de caídos
y
escribirán a sus madres y mujeres que murieron heroicamente
y
bendecirán sus lágrimas destruidas llamándolas semillas de la patria
hasta
lograr que las mujeres del mundo agradezcan a Dios que estén bien muertos
y
los niños y los hombres y mujeres que serán arrancados por la espalda de la
vida
con
metralla y fuego y ácido de humanidad enferma terminal
los
esconderán aquellos épicos poetas en cifras redondas iguales a cero.
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