Los trigales espesos y ardientes
se desbordan hasta la orilla del mar,
las naciones tomadas de la mano
cantan un himno de amistad y alegría,
las estrellas estallan de día lo mismo que el sol
y un rugido de olas bate los muros de las montañas.
Todos corren felices
todos se abrazan y besan
hermanos e iguales,
la humanidad al fin está lista:
--¡Es la hora, es la hora!
nadie quiere dejar de morir.
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