Era sólo un niño cuando lo clavaron entre cuatro estrellas. Allí lo abandonaron sin agua y sustento, y nadie lo oía cuando se quejaba de frío y silencio. La ropa caía y desnudo miraba de lejos. Lloraba sin lágrimas como ojos de ciego. ¿Quiénes sus verdugos y sepultureros?... Era sólo un niño cuando lo bajaron del cielo.
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