domingo, 16 de septiembre de 2012

QUE NADIE DIGA




Que nadie diga que los sueños no son reales. Que nadie diga que los sueños son un mero apéndice disforme de nuestra vida conciente, explicados a causa de un cerebro que duerme y descansa. 

La existencia tampoco es una ilusión soñada por un cerebro trascendental que descansa en el sueño, que sería este universo. Pasamos, morimos, nos vamos; aunque nadie nos recuerde, continuaremos un sueño que sueña soñado más profundo que esta realidad.

Cada vez que soñamos creamos un universo que ya jamás desaparece, aunque a la mañana siguiente ya no recordemos nada. Cada vez que imaginamos algo ya jamás desaparece, aunque no haya rastro alguno en este plano de existencia. La nada y la eternidad son una y la misma cosa.

Los sueños si quisieran podrían volverse materiales y, si quisieran, entrar también a la existencia.

¿Que cómo sé esto?... Es que sueño y sueño y aún no despierto…

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