Miro
el río que se desliza veloz y manso frente a mi casa,
en
sus aguas verde y grises fluye la memoria del universo,
a
diez metros de mí las montañas que resplandecen de sol
contienen
mi asombro
siempre
a punto de estallar hacia el infinito
y
pienso con tristeza
en
los ríos humanos de las calles del mundo
que
sólo corren y corren
para
comprar.
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