Mi cuerpo deshecho en menuda harina parda
es soplado por el viento hasta tu cuerpo líquido de leche.
Seré una luz lejana sobre tu faro, si lo quieres
y hasta el sonido ronco de una tabla bajo tu pie
y hasta la mosca negra junto a tu sopa
cuando aún no vienes a la mesa.
Descúbreme de a poco, no me importa
me basta con cerrar la puerta de la calle
que dejaste apenas abierta
y mirar que duermes en la oscuridad
cuando yo no duermo.
Ya lo ves, o lo verás
soy el minuto fiel que quisiste olvidar
cuando te hiciste ganadora bella.
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