martes, 4 de diciembre de 2012

Rojo




El follaje de la tarde grabado al rojo vivo
la inocencia de los pescadores sobre sus botes teñidos de sangre
reverberos de lejanos sacramentos de arcilla rezan sobre sencillos corazones
las estrellas de mar desmenuzadas en jardines vibrantes de rocas
la tierra toda se empurpura como las arenas del desierto amargo
dos amantes se arrebujan al mirar la esfera que lagrimea en el horizonte
la intensidad acaba siempre contenida por el silencio del fondo.

1 comentario:

  1. Una mirada a un atardecer maravilloso, un ardor que acaba con un vacío interior .
    Precioso poema.
    Un beso

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