Yo podría ser alegre
aplaudir a los niños que nacen
hablar del amor y de la hierba luminosa
del esfuerzo remunerado del obrero
de la familia unida cada domingo
del lamido de un quiltro
a la mano pordiosera
del valor inquebrantable de la fe
del ataúd que se cierra al final
de un niño
del sol y de la hierba
del obrero
de la la familia
y de este quiltro
con un crujido sordo y seco.
Sí, tal vez,
después de todo,
yo podría ser alegre.
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