viernes, 8 de junio de 2012

La araucaria



La araucaria abre sus alas verdes
como si una llamarada de palomas
se posara una sobre otra.

Una araucaria sola
apoya su silueta negra
sobre la cónica blancura del volcán.

La luna gira alrededor de la araucaria noche tras noche
y es nieve y luna y blanca soledad
el majestuoso silencio que la conserva erguida.

Detente, caminante,
y contempla tiritando
la verdad de nuestra condición humana.

1 comentario:

  1. Rodrigo, me ha gustado mucho ese giro final que ha dado otro sentido a todo el poema. Precioso poema.
    Me ha gustado mucho pasar por aquí.Un beso

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