sábado, 21 de mayo de 2011

ALICIA


Su pelo se ha vuelto blanco sentada en el balcón. Tantos rocíos de luna tiñeron su cabello, y el fulminante resplandor de la aurora. A su espalda el tic tac de su reloj milenario marca el ritmo de su esperanza tenaz y adormecida. Esa mujer aún espera a su príncipe, tratando de olvidar las brechas que sus amores insatisfechos dejaron al partir. Un bolero gime ruinoso y lejano una y otra vez desde el desván. La dama toma temblorosa la  taza de té desde la mesa. Una nube parda cubre de improviso el sol. La dama lleva su mano crispada hasta el pecho. El sonido de una porcelana que se quiebra contra el piso, y el rojo té se escurre bajo su pie inmortalizado.

1 comentario:

  1. Dice Pablo Milanés en una de sus más conocidas canciones que "el tiempo pasa, nos vamos volviendo viejos" a lo que yo añadiría: "el amor no llega y la muerte sale a nuestro encuentro".
    Genial microrrelato con connotaciones inteligentísimas a la obra más famosa de Lewis Carroll.
    Saludos

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