miércoles, 9 de abril de 2025

Una Variante del Argumento Teísta de Jenófanes de Colofón

 


“Si los bueyes, los caballos y los leones tuviesen manos y pudiesen pintar y producir obras de arte como los hombres, los caballos reproducirían la forma de sus dioses como su propia figura, los bueyes según la suya, y cada uno haría los cuerpos de acuerdo con su especie.”

Jenófanes, Fr. 15 DK

 

Si a las hormigas se les pudiese preguntar si quisieran ser sapos, perros, elefantes o aves, o todavía más, como los seres humanos, o incluso más, como los dioses de los humanos, seguramente responderían que no, de ninguna manera; preferirían seguir siendo hormigas, o, en el mejor de los casos, llegar a ser superhormigas, igual que los seres humanos crean dioses que sólo son humanos mejorados, como proyecciones de sus propias debilidades. Los seres humanos no son mejores ni diferentes a las hormigas: sólo quieren seguir siendo humanos, o superhumanos, porque no pueden ser diferentes de lo que ya son, y siempre han sido; porque no pueden conocer algo diferente de lo que ya creen conocer, y seguirán defendiendo. Las hormigas viven en hormigueros. Los humanos, en su mundito y en sociedad; meten sus cabezas dentro de ajustados, oscuros y brillantes agujeros, y así viven confiados y exitosos. ¡Suficiente!... ¡Que Dios nos ampare de sus consecuencias!


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