lunes, 4 de octubre de 2021

Reflexión Improvisada - ABDUCCIÓN

 

[…] la revolución copernicana […] demostró que la Tierra, y por tanto la Humanidad, no residía en el centro del Universo. Las abducciones de ovnis y los fenómenos relacionados sugieren, primero, que los humanos no son los seres inteligentes preeminentes en un Universo más o menos vacío de vida consciente. No obstante, las experiencias de los abducidos también indican que estamos participando en un cosmos que contiene seres inteligentes que son mucho más avanzados que nosotros en ciertos aspectos, y tienen el poder de dejarnos indefensos para propósitos que apenas estamos empezando a sondear.” [T. del A.][1]

 

A la hora en que todo comienza a desintegrarse dentro de mí, y alrededor de mí, lanzaré estos gritos apacibles de agonía, reflexiones improvisadas, tal vez como imágenes explosivas y significativas – esta vez en palabras - que se apropian de la mente de los agonizantes, de los que comienzan a morir ya durante los últimos instantes de vida, y entonces se alucina realidad, pura y buena realidad… ¡Escúchame, escúchame!... [No tengo tiempo para explicarte racionalmente el motivo.]

Al finalizar la lectura de este libro excepcional de J. E. Mack, me he encontrado con este pasaje que estimuló fuertemente mi retina interior, y logró activar mis cuerdas vocales ya casi inservibles: hablar de mí, a través de mí, y para ustedes... No es que yo quiera hablar de mí; al contrario; pero tengo que hacerlo por una suerte de mandato ineludible. Son ustedes, no yo, quienes están en el trasfondo de este mandato ineludible. Yo sólo soy el monito del organillero.

¡Qué cierto es eso de que nos creemos superiores a todos esos necios pre-copernicanos que creían fervientemente (se creían superiores) (por)que la Tierra era el centro del Universo!... ¡Grande Humanidad la actual (superior), capaz de salir de un engaño para adentrarse y sumergirse hasta los tuétanos en un nuevo y similar engaño!... Seguimos contemplando el Universo (la (nuestra) Realidad) y aseveramos con la mayor convicción síquica, aunque reconozcamos intelectualmente que “puede y hasta debe haber vida inteligente en el Universo, además de nosotros”, que somos los únicos que gobernamos éste nuestro planeta, y nuestra realidad, y nuestra persona individual… ¿Si hubiese habido indígenas en la Luna, o en Marte, les habríamos tenido que pedir permiso para aterrizar o, simplemente, para civilizarlos (humanizarlos), es decir, en nuestra Luna, en nuestro Marte, en nuestro sistema solar, en nuestra galaxia, en nuestro Universo…? Estamos traspasados y condicionados desde lo más grande a lo más pequeño, desde lo más conciente a lo más inconciente, autopoiéticamente, por este YO YO YO… (NOSOTROS NOSOTROS NOSOTROS…) ANTROPOGÉNICO. Somos como la hormiga que le muerde una pata al elefante, y orgullosamente grita: “¡Te tengo, te tengo, eres mío, eres mío!”...

Quienes han vivido una experiencia de abducción saben perfectamente de qué estoy hablando… El siquiatra John E. Mack concluyó lo mismo, después de tratar hipnóticamente a decenas de abducidos. El fenómeno ovni y sus tripulantes o Entidades asociadas están INFINITAMENTE por encima y más allá de nuestra condición humana y de nuestra realidad natural (ontológica). Aunque ya muchos ufólogos comparten actualmente esta apreciación, sobre todo quienes hemos tenido experiencias de abducción, o Encuentros Cercanos personales, sabemos, por medio de esa experiencia humanamente LÍMITE, que ELLOS, o lo que sea(n), están más cerca del poder y de las características que le asignamos a nuestro concepto de Dios-Demonio (unificado), que a cualquier otra cosa. Si la ENTIDAD toma la forma de ovni, de humanoide, de esfera de luz, de Virgen María, de fantasma, de pensamiento, de sueño, de pie grande, de chupacabra, de hombre de negro, o de lo que sea, será siempre como una modalidad de adecuarse y configurarse antropogénicamente, para “conectarse” humanamente con nosotros, el irrenunciable y delirante YO-NOSOTROS, pero siempre (ENTIDAD) inalcanzable sobrenaturalmente para la Humanidad. Si nos desentendemos de que ELLOS existen, o les asignamos cualquier característica, o condición, o positiva o negativa, absolutamente cualquiera, si reaccionamos de ésta, o de cualquier otra manera, si somos contactados telepáticos o escépticos, siquiatras o esquizofrénicos, militares o científicos, esto o lo otro, con toda nuestra gama inagotable de diferencias y tipos humanos, igualmente ELLO(S) seguirá(n) adelante, sin el menor tropiezo…

¿Qué importa si USA o Rusia o China, o el país que sea, se ha apropiado de una o muchas naves extraterrestres, o incluso hagan tratos en secreto con alienígenas, o que hayan derribado numerosos ovnis, o que hayan aplicado exitosamente ingeniería inversa?... El elefante juega siempre su propio juego con nosotros mientras nos aferramos a su pata para delirar nuestro propio delirio antropogénico con un elefante que ni siquiera es elefante



[1] Mack, John E., Abduction, Ballantine Books, New York, 1995, p.419: “[…] the Copernican revolution […] demonstrated that the earth, and therefore humankind, did not reside at the center of the cosmos. UFO abductions and related phenomena suggest first that humans are not the preeminent intelligent beings in a universe more or less empty of conscious life. But abductees' experiences also indicate that we are participating in a cosmos that contains intelligent beings that are far more advanced than we are in certain respects and have the power to render us helpless for purposes we are only just beginning to fathom.”

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