Pura
inmediatez
marcas,
rostros, mujeres objeto
intensas
emociones desechables
mientras
el viento aletea por las praderas decapitadas del desierto
y
el otoño enrojecido se acurruca en un planeta condenado
y
al otro lado del mundo siempre una mujer llora por un hijo muerto,
(no
hay respuesta)
los
constructores del futuro sólo especulan
y
fingen interés en el bien,
quizás
sea preferible dejarlo todo de una vez así,
aunque
la carne de mi cuerpo
se
tome su tiempo para decapitar a mi alma
y
las rosas del misterio vuelvan a crecer fragantes en otro mundo
alimentadas
con otros delirios más benignos
que
acabarán narrando historias semejantes
a
planetas como el nuestro
si
nadie nos mira.
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