martes, 1 de enero de 2013

Campos y llanuras




Campos y llanuras sobre remansos invisibles
no como las tierras fecales de la lombriz humana.
El humus espirituoso que un dios creó en la ingenuidad de su propia infancia
cuando todavía profetizaba un humano hijo y amigo de ángeles,
ahora este dios escéptico soporta a la canalla crucificadora de lirios mágicos.

Aires iluminados y estremecidos por espíritus incorpóreos
no como los gases venenosos que arroja la inmundicia del alma.
Sabios vegetales que procesaron en sus alambiques estelares
la dulzura del sol
y la calma de la uva infinita.

Delicadas voluntades germinales
demasiado silenciosas y profundas
demasiado bellas y exigentes
para esta eléctrica conciencia humana,
inalcanzables mundos para las armas de destrucción masiva
inabordables para el quirófano de su saber miserable
inmortales aun en medio de la muerte
del avance talador del hombre.

Paisaje del alma de un dios sobresaltado
que se dispone a comenzar un sueño sin antropoides.

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