“Ignorancia es dicha”
escrito se leía sobre la bóveda del milenario templo.
A todo aquel que doliéndose entraba una máquina infernal
grababa con rojo estilete por detrás de la cuenca de los ojos
“ignorancia es dicha”.
La primera sonrisa de la madre
al infante sediento de verdad
tembloroso desnudo y sin sentido
inválido lloroso asustado sorprendido
lo adormece con su fatal canción de cuna
“ignorancia es dicha”.
Uno y otro más
pululando de oriente hasta occidente
intentó afanosamente multiplicar en el día a día
el motivo secreto de las multitudes:
ignorantes para ser como dioses.
Al levantar sus ojos al cielo nuestro niño juguetón
un enigma se encontró
desde los inicios del tiempo:
¿cómo es de cierto la realidad?...
¿día o noche?
“Ignorancia es dicha.”
su texto me recuerda aquello de "la IGNORANCIA ES LA FUERZA" de orwell. muy bueno
ResponderBorrar