sábado, 19 de marzo de 2011

AMORES BENDECIDOS


Oceanía de blancos pechos planetarios
contra  el mojado margen de un pezón erecto
sobre las ropas a un lado descuidadas
junto al lago de caricias verdes
juegan unas manos santas
unos dientes que ríen de verdad
desconcertados pálidos por tantos besos,
águilas de nubes que recuestan
sus cabezas en el nido de fuego
se desprenden por primera vez
del pudor impuro de amar.

Terrícolas de frutos perfumados
envueltos en caracolas de fieltro
luces de pupilas furiosas
que se abren afiebradas de deseos
girando en remolinos de colores
caen desde las ramas del cielo
de entre las gotas de los besos
como clavos de acero sobre el mar.

--¡Impureza! ¡Impureza!
Grita sin rostros
el almanaque de los tiempos,
veloz cierra las cortinas con vergüenza
para cuidar al amor en un convento,
entre luces rojas de un burdel
duerme frustrado el mismo amor
después del sexo.

Amor bendecido y limpio
amor del roce de la piel iluminada
del beso esquivo y rojo,
del animal milenario que besa
hasta desgarrarse los labios
contra la olorosa tierra vegetal.


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