lunes, 17 de mayo de 2021

¡INEVITABLE!

 

 

 

Se me están acabando las palabras. Cada vez me cuesta más escribir. La realidad se me está extinguiendo, se reblandece y se quiebra, como el cuerpo de un anciano que padece el deterioro veloz de su final, o como las últimas rosas de mayo, que diviso desde aquí, en mi jardín. Y sé que al mismo tiempo debo escribir las frases justas, algo así como el epitafio póstumo, la prolongación de mi aliento vital cuando mi cuerpo aparezca muerto en el presente. Éste fue uno de mis dones manifiestos: escribir… Narrar las extrañas historias de mi vida, junto con el sorprendente despliegue de una realidad desconocida que he tenido el privilegio de descubrir, para compartir apenas con ustedes, sólo de palabra, con mis individuos lectores y mi Humanidad universal. Preciso, justo y necesario.

Siempre he estado en la cresta de la ola. Lugar maravilloso y terrible. Soy un receptor privilegiado de lo manifiesto y de lo no-manifiesto. Ustedes también son receptores, aunque algo más débiles, más adormecidos – sólo nos separa una pequeña diferencia -. Yo debo cumplir mi rol, eso que llamamos destino, en esta ola que sobresale la única por encima del océano de los tiempos, y que pronto caerá estruendosamente conmigo, para ceder su privilegio y su poder a una nueva ola que ya viene pisándome los talones, con otros sabios enviados, más grandes y mejores que yo.

Debo hablar tartamudeando lo que todos antes que yo debieron silenciar, o fueron silenciados… Yo mismo he tenido que esperar hasta el final para declarar lo que ahora he comenzado. No se puede revelar, en cambio, lo que la Humanidad no esté madura para oír. Esto es un mandato histórico, supremo e inviolable. Yo mismo todavía hablo bajito y tartamudeando, para que me escuchen unos pocos, de a poco, pero que, al igual que este virus pandémico, se vaya extendiendo subrepticia e insensiblemente por el Mundo hacia el Futuro. Así ha ocurrido todo desde el principio del Universo, movido por un Agente Misterioso, elusivo e imperceptible para la condición humana. Por eso estoy aquí, encaramado sobre la ola, para donar un poco de mi sobreluz, de la energía profuturo, de verdad, tanto como de un nuevo espejismo y de un nuevo engaño. Esto es sobre todo nuestra realidad y nuestra condición humana: una mezcla indisoluble de ilusión, mucho engaño, y un poquito de verdad (incomprensible); es decir, un Gran Delirio.

¿Qué podría hacer un ser humano, si de un día para otro se le revela que TODO es un GRAN DELIRIO?... ¡OBLIGADO!... Que la Realidad que experimentamos que es, no es real… Y que lo que concebimos como irreal, ni es irreal ni real… Que simple y metafóricamente TODO se parece más a un GRAN DELIRIO, sin serlo… Incluso más, que AQUELLO que lo mueve TODO, EL GRAN AGENTE, es EL DELIRIO ULTÉRRIMO, EL DELIRIO DE TODOS LOS DELIRIOS…

Hasta hace sólo cincuenta años esta revelación no habría traído a la Humanidad más que locura, ignorancia, muerte y caos. Desde hoy, al menos, no traerá sólo locura, ignorancia, muerte y caos. Desde hoy en adelante, deberemos surfear juntos sobre la cresta del tsunami… Ya no hay escape; ni en el mismo DELIRIO que lo copa TODO; ni en la vida, ni en la muerte, ni en el Universo, ni en la ciencia, ni en la mente, ni en la temporalidad, ni en el espíritu, ni en la posibilidad, ni en lo cotidiano…

Primero, que cada quien conviva como pueda con esta idea; con esta hipótesis, esta locura, absurdo, horror, o como se lo quiera calificar… Primero, incluso, que sólo se lo escuche, y se lo niegue, se lo rechace, se lo ignore, se lo olvide, se lo odie, se lo racionalice, pero que INGRESE al menos en cada cerebro, en cada mente y en cada conciencia, para que realice su misión oculta, profunda, inconciente, inconcebible, transformadora y gradual, de la misma manera que el fenómeno de los ovnis lo ha estado realizando magistralmente durante los últimos setenta años… ¡Los Ovnis y las Entidades tienen tanto que enseñarnos acerca del DELIRIO UNIVERSAL y HUMANO!... ¡Por esto y ante todo ESTÁN AQUÍ, ASÍ!...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario