¿Quién sabe al despertar cada mañana
adónde se dirige nuestro mundo
en el espacio infinito?
¿Quién sabe si el amor se acaba
cuando se pierde la memoria?
¿Quién sabe si Dios es algo más
que esta dudosa realidad?
Bebamos,
bebamos,
replicarán mis viejos poetas
y levantaré con ellos hacia lo alto
el cáliz rojo de sangre
mientras se adormece de a poco mi pregunta
¿quién
sabe?... ¿quién sabe?... ¿quién sabe?
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