El piano rojo alza el vuelo
sobre
las crestas azules
fogonazo
entre vellos brumosos
de
una espalda húmeda
cuajada
de himnos de lobos blancos
y
risas de mendigos asustados y ebrios
dentro
del túnel de la noche oscura del alma
y
gaviotas de metal dormidas sobre la arena
y
la paz de un mantel cuadriculado en sepia
y
la luna encerrada dentro de un barco imposible
y
el viento divergente del pensamiento
afuera
en el silencio inverosímil
de
una simple y vieja sordera interior.
Pero…
¡esa música!
la
música de las esferas de todos los universos
la
música dilatada y roja
la
música de la muerte
y
las incomprensibles lágrimas de un recién nacido
que
sonríe.
Siempre conmovedor, la vida y la muerte en la sonrisa de un niño, un instante lleno de significado y poesía. Abrazo fuerte
ResponderBorrarHermoso.
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