Tras
una puerta
tras
una y mil puertas
tras
la congoja de un puño de vidrio
tras
las plumas de un nido sobre la montaña
tras
las esferas brumosas de un cerebro activo
tras
la marcha incomprensible de las estrellas dispersas
mi
mañana comienza
al trasponer el delirio
de una y mil realidades.
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