He
decidido irme.
He
dejado mis pertenencias afuera de mi casa
que
ya no es mi casa;
la
ciudad no es el único mundo donde puedo vivir,
más
allá de las calles anodinas y de las poblaciones humanas
existe
un mundo que se parece mucho más a mí,
existe
un cielo hinchado de aire azul
existen
noches sin rúbrica ni tacha
estrellas
como pétalos de margaritas
pajaritos
y cóndores, dedalitos de oro y yuyos mojados
carretas
que se doblan con el peso de la carga
bueyes
que bufan, tórtolas que huyen tímidas
agua
libre que baja siempre en busca del mar
y
sol por la mañana, por la tarde y el ocaso.
He
decidido irme
y
sólo mi cuerpo sabrá si me acompaña.
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