jueves, 31 de mayo de 2012

Si no existiesen dioses



Si no existiesen dioses, ángeles, duendes, espíritus y extraterrestres,
y tuviese que vivir sólo entre átomos, reacciones electroquímicas, cuantificaciones, palabras y humanos,
moriría de soberano aburrimiento.

martes, 29 de mayo de 2012

Mala memoria



Cuando me haya ido
                            alguien lanzará una rosa sobre mi ataúd
                            alguien se secará una lágrima avergonzada
pero yo no me acordaré de nadie
igual que no me acuerdo ahora
                            de aquellos que dejé temblando de tristeza
                            para venir a nacer.
                                     

domingo, 27 de mayo de 2012

Viejo muelle



Al viejo muelle de alerce
se le han quebrado sus dos primeras pilastras
y se arrodilla con dificultad ante la superficie del lago.
Las olas van y vienen dando empujoncitos al muelle,
sus piernas de palo tiemblan cansadas y húmedas.
El agua se va y regresa, el muelle resiste;
el agua se va y regresa, el muelle resiste;
el agua se va y regresa, el muelle resiste…
A veces se acerca el viento con olor a lluvia
y el muelle pareciera quejarse sin querer.
Una garza blanca planea con elegancia alrededor del cuerpo debilitado
desconociendo quizás que al posarse majestuosamente
y contemplar como una reina silenciosa el lago
su trono se quebrará finalmente por dentro
y se hundirá hasta el fondo del agua.

viernes, 25 de mayo de 2012

ESCRIBIR



Escribir… escribir… me detengo entre pinceladas de letras y palabras que abundan en mi cerebro nervioso y palpitante… entre significados y nebulosas que enciendo con colores y formas de contornos vivos, zigzagueantes, que van cobrando suficiencia como buscando la inmediatez de un sueño, y no obstante a veces quedan a medio camino despedazadas por algún misterioso designo de mi propia mente soñolienta y juguetona; de un giro veloz que me arranca del vuelo icárico dentro de la página blanca, con un latigazo de existencia. Las mil y una noches de mi mente que me llevan hacia otras mil y una noches posibles, trastabillando, tropezando en el reborde de una pendiente demasiado empinada para una conciencia apenas animal.
A menudo soy disperso simplemente en otros actos aún más naturales e intensos que escribir. Y en este esfuerzo por erigirme como un menhir mental… escribo, una y otra vez escribo, apoyado en un lenguaje tosco, filoso y sugestivo, como si en lugar de un lápiz o un teclado muelle, mis dedos se aferrasen al filo de un cuchillo que escribe con el hilo de mi propia sangre, pero que al final se seca y  ya nadie lee en ella más que un trazo de tinta roja y fea.

martes, 22 de mayo de 2012

El tiempo se va



Me empinaré sobre la verja
de puntillas sobre la piedra más grande del jardín
y miraré por encima
para espiar adónde el tiempo se va
por el revés de su asombroso disfraz.