domingo, 5 de febrero de 2012

El fondo de algo

Se fue la niñez,
hace años se fueron los cielos de caricias maternas
volantines humedecidos de nubes, ojitos de gato, trompos zumbones
sentimientos más intensos que un sol repicando sobre el horizonte
y me dejó en la mitad de los años de una adolescencia y juventud
martirizadas  por la efusión de la conciencia,
solitarias de camaradas hacia el infinito
que despertaran entre sus miradas, dulzura,
entre palpitaciones apresuradas, mis volantines del alma,
sin encontrar más que abandono y bilioso desprecio
como los soldaditos de plomo que se me fueron quedando
caídos, apáticos, rotos al fondo de algo,
como la luna redonda y amiga que se volvió fría y fisgona
de mis fracasos de mal amante, de mis lágrimas
que sólo cicatrizaban por unas horas al dormirme.
Y aun así amaba,
eso es: amaba,
amaba el calor insostenible de todo deseo,
amaba la furia de empujar adelante como cuernos de toro
y a la mujer cósmica desflorarla en mujeres humanas,
la ilusión de este ardid que justifica la existencia
inventando razones académicamente bípedas
para distanciarnos arrogantemente del padre simio,
pero que acaba en la vejez,
esta imposible lejanía
que ahora comienzo a reconocer también
cuando me miro al espejo
como el fondo de algo.

3 comentarios:

  1. Amigo Rodrigo, un poema precioso que hace un recorrido por los lugares de tu vida...Altamente reflexivo inevitablemente conduce a recapacitar sobre la vida misma, y el paso del tiempo que nos envuelve.Me ha gustado mucho.Un abrazo

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  2. Gracias, amiga, por leerme tan cariñosamente... Un abrazo

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  3. "amaba el calor insostenible de todo deseo" hay frases, versos que se clavan como una saeta ésta es una de ellas, gracias

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