sábado, 19 de noviembre de 2011

UNA PREGUNTA


 Me preguntas si las cosas van a mejorar… ¿Por qué debías hacerme esa pregunta justo cuando iba a deleitarme con mi postre de castañas al almíbar que tanto me gusta? Te miré a los ojos y al entrever en la ribera otoñal de tu alma la necesidad de amar y no perderme, me concentré en lanzar un ramillete de luminosas esperanzas por el brocal de tu deseo. ¿Cómo podía decirte si no, que aunque te amaba tanto esperaba que en cualquier momento nos llegara la muerte? ¿Cómo podía decirte que al arcón de los recuerdos, ese que habíamos heredado de los abuelos y atesorábamos bajo el altar de la casa, se le había roto la chapa y desbordaba de fotos sonrientes, de cartas desmesuradamente largas, de perfumes descontinuados, de discos de vinilo y mucha muchísima eternidad? Que lo lleno acaba rompiéndose y que es mejor beber el vino de la copa pero no aprisionarla hasta quedar con los cristales rotos en la mano. ¿Quieres escuchar algo hermoso, algo que ningún mañana pueda destruir?... Te lo diré, “Te amo”.

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