sábado, 12 de noviembre de 2011

Sólo piel



Pegada mi piel al asfalto
se estira un poco más con el tranco galopante
de las ruedas que torturan y me queman.
Ya no tengo cuerpo
soy un pellejo pegado al pavimento
y aquel caminante me mira
con recelo
también dispuesto a pisarme.
Las monjitas de la Caridad
al verme allí tirado
se persignan
y llaman a la policía
que me busca por las calles ululantes
sin hallarme.
¿Cómo se puede vivir pegado al pavimento
y no morir de hambre ni frío?
Hay un perro que me huele y ladra
hay una gaviota que me invita al mar
y una hormiga me hace cosquillas en la oreja aplastada.
Hay un gramófono en la esquina que canta
y me dan ganas de bailar como un fantasma
hasta el amanecer.
Estoy pegado al suelo
demasiado atropellado
sólo piel
para levantarme.

2 comentarios:

  1. hermética desolación Rodrigo, sentirse sin huesos ni sotén, apenas algunas palabras...

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  2. me huele a mi gente... entre la que me cuento.
    me suena a pueblo, a indigencia... a humanidad.
    lo veo cotidiano, doloroso.

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