Comemos poesía como comemos segundos minutos y horas. Creamos y producimos poesía como fabricamos automóviles y publicidad. Hacemos poesía como hacemos un hotdog o una hamburguesa. Escuchamos poesía como rostros y cuerpos de personas que van pasando por la calle a nuestro lado. Leemos poesía como el último sorbo de café cuando salimos atrasados por la mañana. Inventamos poesía para mentirnos a nosotros mismos. Vestimos poesía para ser elegantes y fashions. Competimos por la poesía como campeonato mundial de fútbol. Vendemos nuestra poesía en cada esquina con un puesto de maníes. Y al fin, cuando logramos ingresar al templo-mall de la poesía, ya demasiado hinchados, buscamos un baño para cagar poesía.
¡Los poetas del consumo! Simplemente genial Tavi. Algunos han dicho: "la vida es poesía" o "la poesía es vida". Bajo estas imágenes tuyas me siento maravillado, por cuanto enmarcan vigorosamente el temple de nuestros seres citadinos anulados; vendidos desde su intimidad, desde la "poesía".¡Muchas gracias!
ResponderBorrarP.D: Le puedo citar en mi muro de facebook?