Palpitan seres invisibles en mis sienes
a veces monstruos
a veces ángeles inmortales
o bellas ninfas que al tocarlas se deshacen
en espumas de escarlata y de rosa.
Se disuelven en sangre mis surcos y mis cosechas
más allá de mis manos extendidas por encima de los montes
tensas y nerviosas de alcanzar lo invisible.
Hay seres que me rozan el pensamiento
hay seres que me sueñan
murmurando infinitas sinapsis
entre los nudos de mis puentes colgantes
hay seres de amor de pasión y de furia
en la arquitectura de mis huesos
como pilares enhiestos
martilleados por las olas del mar universal.
Se descuelgan por el raíl de mi espalda
misteriosas criaturas
que instalan alas a mis sueños de colores
y por mi ombligo nacen mariposas
para volar con ellas sobre mi cadáver.
Hay seres invisibles
que me han hecho invisible a las miradas humanas
hay cielos y tejados para correr mi locura
hay barcos que se hunden en mi estómago
hasta llegar al amor al dolor,
hay trompetas de desamparo
hay nubes de fuego bajo mi tierra flotante
hay niños muchos niños que ríen sin mí
hay fantasmas de libros no escritos
hay seres invisibles hay seres invisibles
invisibles.
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