sábado, 27 de agosto de 2011

Creer

Cree

cree en el parto de los horizontales soles milenarios

cree

en la tierra jugosa y negra que se aprieta entre los dedos del indio

cree

en los veloces matinales del ciudadano místico

martirologio de sus volteretas sin sentido

cree

en las torturas de los dientes despedazados de los pobres

como molinos de oro resecos de sueños rechazados.

Cree

en el mañana que se aleja cuando te vas acercando

en el chillido del violín que se destempla en una última cuerda.

Cree

en las manos laboriosas que se van quemando con la lepra del hombre

y las súplicas adormecidas en madrugadas de un mundo que se hunde

y vuelve a levantarse como cuello de ahogado.

Cree

en los niños, en el papa, en la paz, en las naciones unidas

cree

en la poderosa economía mundial, en los blancos ideales, en tu santa religión, en la soldadesca popular.

Cree, hermano cree,

de lo contrario las cosas podrían ser diferentes

y ya no quiero más

no quiero más de lo mismo.

Porque crees

sé que todo se derrumbará

en horas sólo en horas más.

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